Un nuevo enfoque para resolver el problema de los piquetes

En sintonía con el proceso de reformas y acuerdos que ha puesto en marcha el Gobierno de Mauricio Macri, fundamentalmente en el plano económico, inicia la segunda etapa de su mandato con la necesidad de comenzar a resolver la situación de conflictividad persistente que se padece en las calles y las rutas del país. Este fenómeno de los cortes sistemáticos en la vía pública constituye una singularidad negativa de nuestro país, al dejar en evidencia de manera palmaria el fracaso del Estado en una de sus prerrogativas esenciales, como lo es garantizar el orden público y la libre circulación de sus ciudadanos. Y pone en entredicho la declamada intención gubernamental de mostrar que el país va hacia la normalidad.

Es cierto que, como ocurre con otras cuestiones estructurales que obstaculizan las posibilidades de desarrollo de nuestro país, la pretensión de que se puede resolver de manera simple y expeditiva un problema del nivel de complejidad de los piquetes no sería realista. La apuesta al gradualismo también aquí podría ser acertada. Pero es un hecho que, sobre todo a partir del claro triunfo electoral de medio término, ya no subsisten los principales condicionantes que pudieron haber desalentado una acción firme al respecto, fundamentalmente las dudas de gobernabilidad que pesaban sobre un gobierno no peronista.

Por el contrario, para un oficialismo que parece tener allanado el camino hacia un ciclo de varios años de gobierno, constituye un mandato dar señales convincentes de que puede llevar adelante una política razonable de orden público, aun pagando costos en el corto plazo ante una opinión pública tan proclive a fluctuar en sus posiciones. Justamente, la relevancia pública del problema en la actualidad se ve en parte reflejada desde la percepción ciudadana, como revela una encuesta reciente de D’Alessio y Berensztein que sostiene que una mayor firmeza ante los piquetes está entre los principales reclamos que se le hacen al Gobierno.

Pero son sobre todo las cifras las que acercan a una real dimensión de la magnitud de la problemática. El último informe de Diagnóstico Político muestra que si bien hubo una disminución en la cantidad total de cortes registrados en 2017 (5.221 casos) en relación con los cinco años precedentes, el que pasó fue el sexto año consecutivo en que se superó el número de cinco mil piquetes en la Argentina. Si se consideran los últimos 9 años, la cantidad total de cortes llega a la inconcebible cifra de casi 45 mil casos.

A su vez, los dos factores que en 2017 caracterizaron la dinámica de los piquetes fueron una mayor politización y un aumento de la violencia, lo que constituye un agravante por cuanto exterioriza síntomas claros de degradación institucional. La creciente politización es un proceso que se viene registrando desde el inicio del Gobierno de Cambiemos, y se explica en buena medida a partir de la actitud de organizaciones afines al kirchnerismo que, por razones obvias, hasta 2015 no fomentaban la protesta callejera. En este sentido, la realización de cortes de calle llevados a cabo por gremios estatales, organizaciones sociales y agrupaciones político-partidarias ha ganado participación y representa en torno al 70% del total, al tiempo que se redujo la cantidad de cortes espontáneos (mayormente vecinos autoconvocados, que representaron el 15% en 2017).

En lo referente a la violencia en las calles, esta se puso de manifiesto fuertemente en la segunda parte del año, sobre todo a partir de los casos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, que dieron lugar a múltiples manifestaciones, cortes y destrozos tanto en las provincias patagónicas como en Buenos Aires. Recientemente, ante el tratamiento de la reforma previsional en el Congreso, donde grupos radicalizados en connivencia con algunos sectores políticos llevaron a cabo incidentes de una gravedad inusitada.

Dos lógicas temporales para resolver la problemática

Ante este cuadro de situación, resulta claro que los piquetes representan desde hace tiempo una práctica extendida y naturalizada por distintos sectores de la población, e incluso por actores políticos que la promueven. Un reclamo sindical de empleados con altos salarios, una interna partidaria a dirimir, una protesta estudiantil o bien un corte de luz en barrios de clase media alta, se constituyeron todas en razones legítimas para cortar y transformar en caos las calles, lo que perjudica a otros ciudadanos. Se ha consolidado lo que puede denominarse una “cultura del piquete”, que evidentemente no es un fenómeno aislado, sino una manifestación más de la anomia argentina y de la ausencia del Estado.

Por lo tanto, resulta imprescindible abordar el problema desde esa complejidad, con una mirada integral. Esto, por un lado, implica atender las cuestiones y las falencias estructurales que resultan en factores detonantes de la conflictividad en las calles (pobreza, exclusión), para lo que son indispensables políticas de mediano y largo plazo, sobre todo en materia de educación y desarrollo económico, que paulatinamente vayan recomponiendo el tejido social. Es decir, reducir las condiciones objetivas que explican una parte del fenómeno.

En simultáneo, pero en lo inmediato, debe sistematizarse una política de acción preventiva y ordenadora de los conflictos en la vía pública. Esto supone la intervención de los gobiernos en sus distintos niveles según corresponda (nacional, provinciales) para dar la respuesta adecuada ante las disímiles situaciones y variadas formas que adoptan los cortes, bajo la premisa de que debe primar ante todo el respeto a la ley y el derecho de todo ciudadano a transitar libremente. Para ello será condición necesaria que las fuerzas de seguridad se desempeñen con criterio en el marco de sus protocolos de actuación, y que el Poder Judicial empiece a tener una participación responsable.

Un enfoque que armonice estas dos lógicas, del corto y del largo plazo, permitirá disminuir la conflictividad en las calles y comenzar a desarraigar la cultura piquetera. Y constituirá un paso ineludible para restaurar el Estado de derecho y reinsertar a la Argentina en las vías de un desarrollo posible.

El autor es politólogo, analista jefe en Diagnóstico Político.

 

Publicado en Infobae el 9/01/2018

El 56% de la gente cree que el PJ tratará de poner frenos y distanciarse del Gobierno

La imagen del PJ ¿Cómo imagina que será la dinámica del peronismo dentro del Congreso en los próximos dos años?

Las elecciones legislativas evidenciaron una crisis dentro del peronismo. Así lo refleja un sondeo de la consultora D Alessio IROL, que señala que el 56% de la población piensa que el PJ `tratará de frenar u obstaculizar` los proyectos que proponga el Gobierno.

El 30% sostiene que si bien avalará los proyectos del oficialismo, el peronismo marcará las diferencias en los puntos en que no coincida y apenas el 2% cree que `tratará de apoyar` las propuestas del macrismo en el Congreso.

El sondeo revela, además, que a pesar de las dificultades afrontadas por el Gobierno en el último mes, el movimiento que engloba al Partido Justicialista y al Frente para la Victoria (FPV) aún no logra reacomodarse y su fragmentación es evidente.

Los resultados señalan también que el PJ es un partido `carente de poder de fuego`, aunque sí lo suficientemente combativo para obstaculizar los proyectos del Gobierno en los próximos dos años de gestión.

La encuesta, realizada entre el 19 y 20 del mes pasado de forma oriline a 1278 personas, indica que las tensiones provocadas durante diciembre durante el debate por la reforma previsional, los despidos y las políticas del Gobierno incidieron en contra de la imagen de todo el espectro político.

Los más afectados fueron las figuras de Cambiemos. Pero si bien muchos de los máximos exponentes del peronismo mejoraron sus niveles de adhesión, aún se ubican en los puestos del fondo de la lista. En esta misma línea, el 65% de los consultados cree que el peronismo se encuentra debilitado. Sin embargo, más de la mitad coincide en que adoptará una postura más dura y combativa.

En cuanto a las elecciones presidenciales de 2019, el panorama aún no es muy preciso. Las respuestas fueron bastante diversas. El 40% considera que el Partido Justicialista se presentará de forma fragmentada y el 19% sostiene que lo hará absorbiendo a Unidad Ciudadana. Al ser consultados sobre los dirigentes capaces de liderar la eventual reorganización del PJ, el 24% mencionó a Cristina Kirchner, seguida de Juan Manuel Urtubey (17%), Miguel Pichetto (7%), Florencio Randazzo (5%), Sergio Massa (4%) y el 13% eligió `algún otro dirigente`. En tanto, el 30% sostuvo que no hay ningún político que sea capaz de rearticular el partido.

Al respecto, los votantes de Cambiemos en las elecciones de 2015 consideraron en primer lugar la figura de Urtubey (30%), mientras que el núcleo de electores del FPV destacó básicamente aCristina Kirchner (45%).

Las conclusiones del sondeo presentan a un peronismo inmerso en su `propia grieta`, en un contexto de crisis de representatividad política, con una oposición dividida y falta de líderes políticos. La mayoría de los entrevistados adherentes al FPV sostuvieron que en los próximos años les gustaría ver a un peronismo combativo, mientras que los allegados a Cambiemos esperan encontrar una oposición más dialoguista.

Publicado en La Nación el 8/01/2018.

Enamorado de su gradualismo

Muchos esperaban que este 2018 sin elecciones a la vista pudiera ser el año del ajuste. Probablemente aún lo sea para quienes analizan la realidad desde una óptica populista y piensan que cesantear a un solo empleado estatal es poco menos que un sacrilegio. Pero las más recientes señales del gobierno de Mauricio Macri, empezando por la `recalibración` de las metas de inflación, indican que el combate al populismo se dará al compás de la canción que hizo célebre el puertorriqueño Luis Fonsi. Esto es, despacito.
¿Qué ocurrió para que, de pronto, el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, quedara reducido a la altura de un ministro del Poder Ejecutivo y por debajo del jefe de Gabinete, Marcos Peña? ¿Qué obró para que todos olvidaran que, al inicio de su gestión presidencial, Macri se jactaba de que una de las principales contribuciones que podía hacerle a la economía era respetar la autonomía del Banco Central?
Dos factores explican el triunfo de la postura encabezada por Peña y el enamoramiento del gradualismo. El primero fue que imperó cierto temor a que una excesiva concentración en la lucha contra la inflación terminara impidiendo un mayor crecimiento económico. El segundo, la caída en la imagen presidencial y en las expectativas económicas de la opinión pública durante el último mes.
Distintas encuestas reflejan que los sectores medios de la sociedad, en particular, quienes mayoritariamente votaron a Cambiemos, han comenzado a exhibir malestar ante el devenir económico. El estudio de DAlessio Irol y Berensztein, concluido el 20 de diciembre entre 1.278 encuestados, da cuenta de que, por primera vez en la presidencia de Macri, es negativa la percepción social sobre el futuro económico. La gestión del Gobierno, que en noviembre era calificada como buena por el 53% y mala por el 42%, pasó a fines de 2017 a ser calificada como mala por el 54% y buena por el 45%.
El consuelo para el oficialismo es que no solo cayó la imagen positiva de Macri (del 53 al 44% en un mes). También se derrumbó la imagen de prácticamente toda la dirigencia. La oposición no logra rearmarse y el peronismo es percibido como una fuerza fragmentada, carente de liderazgo y sin poder de fuego.
Solo Cristina Fernández de Kirchner surge con un claro perfil en la oposición. Ella misma lo dejó trascender en sus últimas exposiciones, tanto en el Senado como ante dirigentes de su sector: hay que oponerse a todo lo que proponga el gobierno de Macri. `Para eso nos ha votado la gente`, aclara la expresidente. Su objetivo de mínima es debilitar a Macri de cara a su posible reelección en 2019; su objetivo de máxima, bastante improbable, es forzar su retiro anticipado del poder, como ocurrió con De la Rúa.
Mientras los dirigentes peronistas debaten qué perfil adoptar y el Gobierno intenta aislar al kirchnerismo, la mencionada encuesta ofrece otro dato interesante: el 40% dice que le gustaría ver un peronismo dialoguista en los próximos años; solo el 22% prefiere un peronismo combativo.

 

Publicado en Diario Castellanos, el 6/01/2018.

Finalmente, el gobierno de Macri terminó enamorado de su gradualismo

El pulso político por Fernando Laborda.

Muchos esperaban que este 2018 sin elecciones a la vista pudiera ser el año del ajuste. Probablemente aún lo sea para quienes analizan la realidad desde una óptica populista y piensan que cesantear a un solo empleado estatal es poco menos que un sacrilegio. Pero las más recientes señales del gobierno de Mauricio Macri, empezando por la `recalibración` de las metas de inflación, indican que el combate al populismo se dará al compás de la canción que hizo célebre el puertorriqueño Luis Fonsi. Esto es, despacito.

¿Qué ocurrió para que, de pronto, el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, quedara reducido a la altura de un ministro del Poder Ejecutivo y por debajo del jefe de Gabinete, Marcos Peña? ¿Qué obró para que todos olvidaran que, al inicio de su gestión presidencial, Macri se jactaba de que una de las principales contribuciones que podía hacerle a la economía era respetar la autonomía del Banco Central?

Dos factores explican el triunfo de la postura encabezada por Peña y el enamoramiento del gradualismo. El primero fue que imperó cierto temor a que una excesiva concentración en la lucha contra la inflación terminara impidiendo un mayor crecimiento económico. El segundo, la caída en la imagen presidencial y en las expectativas económicas de la opinión pública durante el último mes.

Distintas encuestas reflejan que los sectores medios de la sociedad, en particular, quienes mayoritariamente votaron a Cambiemos, han comenzado a exhibir malestar ante el devenir económico. El estudio de D´Alessio Irol y Berensztein, concluido el 20 de diciembre entre 1278 encuestados, da cuenta de que, por primera vez en la presidencia de Macri, es negativa la percepción social sobre el futuro económico. La gestión del Gobierno, que en noviembre era calificada como buena por el 53% y mala por el 42%, pasó a fines de 2017 a ser calificada como mala por el 54% y buena por el 45%.

El consuelo para el oficialismo es que no solo cayó la imagen positiva de Macri (del 53 al 44% en un mes). También se derrumbó la imagen de prácticamente toda la dirigencia. La oposición no logra rearmarse y el peronismo es percibido como una fuerza fragmentada, carente de liderazgo y sin poder de fuego.

Solo Cristina Fernández de Kirchner surge con un claro perfil en la oposición. Ella misma lo dejó trascender en sus últimas exposiciones, tanto en el Senado como ante dirigentes de su sector: hay que oponerse a todo lo que proponga el gobierno de Macri. `Para eso nos ha votado la gente`, aclara la expresidenta. Su objetivo de mínima es debilitar a Macri de cara a su posible reelección en 2019; su objetivo de máxima, bastante improbable, es forzar su retiro anticipado del poder, como ocurrió con De la Rúa.

Mientras los dirigentes peronistas debaten qué perfil adoptar y el Gobierno intenta aislar al kirchnerismo, la mencionada encuesta ofrece otro dato interesante: el 40% dice que le gustaría ver un peronismo dialoguista en los próximos años; solo el 22% prefiere un peronismo combativo.

 

Publicado en La Nación 5/01/2018.

Consejos de los expertos a Macri para comunicar medidas antipáticas

LA OTRA MIRADA. Consejos de los expertos a Macri para comunicar medidas antipáticas. Más allá de algunos logros recientes, como la comunicación del anuncio de subas en el transporte -mitigada por el boleto multimodal- lo cierto es que el Gobierno tiene problemas para comunicar la crisis. Frente al panorama de reformas que se vienen, 3 Días consultó a varios expertos para saber cómo debería transmitirlo el Gobierno.

Por Giselle Rumeau.

Hay quienes creen que al no comunicar bien los cambios en las jubilaciones, el Gobierno malgastó el capital político que acumuló en las urnas. Pero la especialista en medios Adriana Amado plantea lo contrario: usó esa fuerza para realizar las medidas impopulares de golpe. Es una de esas tantas cosas que suceden inevitablemente en cualquier mandato de gestión política: ejercer el poder produce desgaste y los presidentes y sus gobiernos suelen sufrir caídas estrepitosas en la percepción de su imagen positiva por parte de la opinión pública. En el inicio de su tercer año al frente de la Casa Rosada, Mauricio Macri no es la excepción. Los cambios en el cálculo de la movilidad jubilatoria y la reforma previsional enturbiaron la visión optimista que creció tras los comicios de octubre. Basta un dato para corroborarlo: la imagen positiva del Presidente cayó a 44% en diciembre, 9 puntos desde el 53% registrado en octubre y noviembre, según el Monitor del Humor Social realizado el mes pasado por la firma D´Alessio IROL/ Berensztein y publicado el miércoles por El Cronista.

En el Gobierno prefieren mirar el lado lleno del vaso. Afirman que Macri aún mantienen una alta imagen positiva en relación al resto de los presidentes de Latinoamérica y destacan como algo normal que se produzca esa baja ante medidas antipáticas. Así, minimizan la medición como algo del momento, un mal humor de corto plazo, alentados por la experiencia: lo mismo -dicen- le sucedió hace un año, tras los tarifazos energéticos y finalmente ganó las elecciones.

Es verdad. Pero no menos cierto es que en los primeros meses del 2018 seguirán las malas noticias por la continuidad del plan de cambios estructurales. Habrá más medidas impopulares, como la reforma laboral o la extensión de la edad jubilatoria. Y la clave será la forma en que se comunique y se administre la crítica y el rechazo.

Mucho se ha dicho sobre las debilidades de la comunicación macrista para explicar y sostener medidas dramáticas. Hay quienes creen que el error fundamental fue no haber trnasmitido de entrada y sin reservas la hecatombe heredada del kirchnerismo, que minó el camino hacia adelante.

Otros identifican el problema en la falta de un relato M. Para evitar cualquier debate oseoso, vale aclarar que no se trata de pensar al relato político como una ficción. O peor aún, como una explicación desmesurada de lo absoluto, que no deje lugar a la disidencia y pida adhesiones incondicionales, tal como desplegó el Gobierno anterior. Lo que se le pide al macrismo es comunicar su visión de país de largo y mediano plazo, un plan que especifique el rumbo, con la dosis de mística que eso conlleva.

Para muchos, al no explica bien los cambios en las jubilaciones, Macri malgastó el capital político que acumuló con el triunfo de octubre. Pero la doctora en Ciencias Sociales por FLACSO y licenciada en Letras por la UBA, Adriana Amado, cree que sucedió exactamente al revés: el Gobierno usó esa fuerza para realizar todas las medidas antipáticas en un santiamén, sin dejar que los ciudadanos se recuperen del primero golpe. `Estratégicamente le sirvió para legitimar lo que viene ahora que es el recorte del gasto público. Paradójicamente, muchos de los críticos de la reforma previsional pedían a Cambiemos que saquen el dinero de otro lado. Y con el rechazo, estaban habilitando de alguna manera lo que vendrá, como el recorte de subsidios o el achicamiento de la planta pública`, asegura.

Más allá de algunos logros recientes, como la comunicación del anuncio de la suba de tarifas -mitigada por el boleto multimodal que incluye descuentos en viajes sucesivos- lo cierto es que el Gobierno tiene problemas para comunicar la crisis. Frente al panorama de cambios irreversibles, 3Días consultó a varios expertos de comunicación política para dar algunos consejos al Gobierno. Pasen y lean:

– Distinguir al equipo de comunicación de campaña del de gestión: algunos expertos consideran que gran parte del problema está en la amalgama que se hace entre comunicación electoral y de gestión. Si hay algo en lo que el Gobierno de Cambiemos resultó eficaz es en construir un discurso negativo del pasado centrado en el kirchnerismo. Esa estrategia de ´lo viejo contra lo nuevo´ le permitió ganar dos elecciones, pero la comunicación del día a día es diferente y por eso consideran que deberían ser diferentes los equipos. Es la visión del sociólogo Marcos Novaro. En cambio, el especialista en comunicación política, Orlando D´Adamo, remarca que la transición de la comunicación de campaña a la de gestión es compleja. `El gobierno no comunica mal pero es evidente que ha habido aciertos y desaciertos. Entre los primeros, la construcción de un estilo diferente de comunicación presidencial. El no uso de las cadenas nacionales (y menos el abuso de la era K), la realización de conferencias de prensa y las entrevistas a periodistas le han dado un toque de seriedad y formalidad muy importante a la vez que carece de la vocación autorreferencial de victimización permanente de los tiempos de Cristina. Si ´yo´ era la palabra más usada, ahora lo son ´equipo, argentinos o nosotros´. También se destaca la conferencia de prensa pos electoral como un acierto`, explica D´Adamo. En tanto -dicelas fallas más visibles se dieron en la comunicación de tarifas, la Ley Previsional y las nuevas medidas para la economía.

– Hacer docencia para explicar las medidas económicas: los analistas asumen que transmitir decisiones en política económica nunca es sencillo. La gente se aburre con la economía, parte de la base que siempre son malas noticias y en general no entiende en que medida esas decisiones pueden afectar su vida cotidiana. `Creo que habría que hacer una suerte de docencia en estas cuestiones, al menos como para que no se instale, como en la Ley Previsional, la opinión de la oposición como dominante`, remarca D´Adamo. En ese sentido, todos recomiendan realizar un trabajo informativo para explicar los motivos y objetivos de la medida y la proyección social de su impacto.

– Admitir que una medida puede ser impopular: el politólogo Julio Burdman también cree que existe cierta tendencia oficialista a negar que algunas políticas, como la reforma previsional, son impopulares. Y por lo tanto, no logran medir los costos de sus decisiones. `Deberían admitir que eso es una posibilidad y no negarla de raíz`, dice.

– Enfocarse en la prensa y los grupos ilustrados: la experta en medios Adriana Amado considera que quienes mejor comunican para el macrismo son los opositores. `El Gobierno es bastante torpe para comunicar el día a día pero como los otros dramatizan demasiado, esa exageración termina siendo un punto a favor del oficialismo: cuando las cosas malas suceden siempre es en menor escala de lo planteado`, remarca. Según su visión, las críticas no sólo le llueven de la oposición sino del grupo más activo e informado de la población. `Lo que falla es que aquellos que suelen mover la opinión publicada son siempre los más disconformes. Y esos son siempre los menos atendidos. Porque a este gobierno le cuesta mucho comunicar en la crisis. Y como estamos en épocas de crisis y reformas, creo que si no fuera por la decisión de la oposición de llevar la situación a un extremo, le costaría mucha más legitimarse en la opinión pública`, explica. Y agrega: `Falta ver como administrar esa crítica furibunda que hay en la prensa y en el grupo de la población más informado, posiblemente con razón, pero como es el grupo informado, al igual que lo hace la protesta social, llevan los argumentos a unos extremos que en ambos casos se clausura la escucha`. La clave de todo -dice- es la información. El gobierno debería elaborar más informes técnicos a través de especialistas y ponerlos a disposición de estos grupos informados. Con todo, la mayoría considera que la diferencia con el kichnerismo es inmensa. `El anterior gobierno comunicaba muy bien para fanáticos. Lo carismático y lo discursivo era lo principal, Y por eso los argumentos de Macri resultan muchas veces ´descremados´`, cierra Amado.

 

Publicado en El Cronista, Suplemento Tres Días, el 5/01/2018

Monitor de Humor Social y Político – Diciembre

LA CRISIS DE LA LEY PREVISIONAL IMPACTÓ NEGATIVAMENTE EN LA IMAGEN DEL GOBIERNO Y DE SUS PRINCIPALES REFERENTES

-Merma del optimismo post electoral a raíz de la incertidumbre provocada por las reformas previsionales y fiscales. El tratamiento de las mismas -y los hechos de violencia posteriores- impactan en la valoración de la situación económica.
-Por primera vez desde que iniciamos las mediciones, es negativa la percepción del futuro económico nacional.
-A pesar de las dificultades afrontadas por el oficialismo, la oposición no logra rearmarse: se percibe a un peronismo fragmentado y carente de poder de fuego.
-Las tensiones generadas durante diciembre golpean en forma directa a casi todo el espectro político y provocan un retroceso en la imagen de la mayoría de los dirigentes.

Las obsesiones del señor frío

Dureza en su semana más tensa. Ajuste, `gendarmeritis` y rosca con el peronismo. Favores de la izquierda y sensibilidad duranbarbista.

La orden es precisa. Severa. Indiscutible. Si van a encender el aire acondicionado, que sea estrictamente necesario y jamás baje de 24 grados.

Ahorrar, ahorrar, ahorrar, esa es la cuestión central tras los considerables dividendos políticos de haber tirado toda la carne al asador durante un año y medio para ganar las elecciones parlamentarias de octubre pasado.

En Mauricio Macri, la calentura típica de la sangre calabresa se compensa de sobra con la frialdad propia del ingeniero.

Martes 19 de diciembre. Fecha emblemática en el peor de los sentidos. La temperatura del Salón Blanco se hace notar en los sudores, en los ceños fruncidos, en la densidad absoluta del ambiente. Luego de tres batallas campales con heridos, detenidos y destrozos en pleno centro porteño, sólo una bien pensada impavidez puede explicar el inicio de una conferencia de prensa diciendo:

-Vivimos un clima de paz El Presidente lo hace y agrega:

-Hemos recuperado la herramienta del diálogo. Claro que se pueden mejorar las herramientas de comunicación. Nos ha ido bien en estos dos años, pero los cambios son muchos y generan incomodidad. Es cierto: muchos cambios aún la gente no los siente.

El alivio por haber impuesto el ajuste previsional en la Cámara de Diputados por 127 a 117 votos se pretende tajante, aunque suena escaso. El macrismo en pleno sabe que acaba de tomar su decisión menos marketinera. La más impopular, grita la oposición. La más antipática, corrigen en voz baja los oficialistas. Apunta el ingeniero:

-Suavizamos el cambio de fórmula (para calcular las jubilaciones, pensiones y subsidios sociales) con el bono.

Nadie suaviza lo que no duele. Leve analgésico sin receta médica.

`El capital político está para gastarlo. La cuestión es no quemarlo todo de golpe: quedó clarísimo que quieren voltearnos, pero salimos fortalecidos`, susurra un ministro alineado en la certeza de que, una vez más, corremos el riesgo de perder cosas mucho más serias que unos pesos en determinados bolsillos.

Casi 10 años después de la sublevación del campo contra los K, vuelve una palabra temeraria: `des-

NOTICIAS siguió el paso a paso de la evolución del Presidente. ¿El costado frío es la verdadera cara de Macri? ESCÁNDALO. El jueves 14 y el lunes 15 se vivieron momentos de gran tensión, dentro y fuera del Congreso.

FOTOS: PABLO CUARTEROLO Y CEDOC. FOTO: PRESIDENCIA DE LA NACIÓN. MARTES 19. Tras la aprobación del ajuste previsional, Macri llega custodiado a la conferencia de prensa en la Casa Rosada. tituyente`. Concluye Macri:

-Dénse la oportunidad de pensar que esto va a funcionar, porque va a funcionar.

Un poco de persecuta estimulada por la acción salvaje de grupos ultraviolentos, otro poco de fe porque `se puede` y vamos viendo.

Pericles, el gran maestro de la comunicación directa en el ágora, sostenía que `el odio a los atenienses es valioso pues demuestra su potencia`. Siglos después, Mao Tse-Tung decía que `ser atacados por el enemigo es una cosa buena`. Ahora, en su excelente libro `Paranoia, la locura ocura que hace historia`, el afamado o psicoanalista italiano Luigi Zoja lanza una advertencia: `El hecho de ser r odiados, en vez de ser motivo de autocrítica, puede convertirse en prueba de que es justo odiar. () Apelar a la paranoia colectiva equivale vale a invertir capital en una especulación lación peligrosa. Se puede obtener un n rédito rápido y desproporcionadamente mente alto con una pequeña inversión, ón, lo cual requiere capacidad de cálculo, álculo, no verdadera inteligencia`. En otras palabras: Macri, i, jefe

f constitucional de una Argentina ntina fracturada hasta el desquicio donde e poco importan las razones y demasiado quién gana por al menos un gol, puede darse el lujo de usufructuar (y hasta gozar) el rol de villano que le asignan sus dispersos y desprestigiados rivales.

El Señor Frío no se rinde. Hace cuentas. Mide. Calcula. Y, aun cascoteado, va por más. El número mágico es 2019.

EL PEOR MOMENTO. Fue una cadena de desatinos.

El primero se le achaca al vicejefe de Gabinete, Mario `Farmacity` Quintana. En la interna de la Casa Rosada se le adjudica el haber despreciado el impacto negativo que tendría sobre las cuentas previsionales la `reparación histórica a los jubilados`, bandera de campaña si las hubo durante más de un año.

El segundo fue adelantar de sopetón para el jueves 14 la sesión en Diputados. El Presidente, Marcos Peña y Rogelio Frigerio se confiaron en que el pacto con los gobernadores, la CGT y el peronismo parlamentario bastaba para una sesión exprés sin demasiados sobresaltos. Por primera vez, desoyeron las encuestas: el 70% se mostraba contrario a la medida.

El tercero involucró a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. El El Gobierno jugó a fondo para aprobar la reforma previsional. Los gobernadores viajaron a apoyar, y el quórum fue finito. No pudieron evitar los incidentes.

Los tarifazos Una de las primeras medidas de Macri, apenas asumió, fue ordenar un fuerte aumento en los servicios. Terminó siendo un revés político: la Corte Suprema, en agosto del 2016, frenó la suba de las tarifas. La reforma jubilatoria La última batalla que dio el Macri duro. Aún cuando tocaba un tema tan sensible como los jubilados, el Gobierno jugó a fondo y logró sacar la ley. La calle fue un caos y al oficialismo no le tembló el pulso. La avanzada

de la Justicia contra los ex K La andanda de Comodoro Py

contra los ex funcionarios fue

uno de los momentos en los que el oficialismo se mostró duro. Ahora los detenidos se cuentan de a docenas: el último arrestado fue Cristóbal López.

INFOGRAFÍA: FERNANDO SAN MARTÍN. FOTOS: PABLO CUARTEROLO, PRESIDENCIA DE LA NACIÓN Y TÉLAM. pico máximo de `gendarmeritis` oficial resultó un boomerang sangriento que espantó al coro de periodistas más proístas que el PRO y a votantes de Macri en las redes sociales.

El cuarto desatino quedó en amague. Entre la noche aún humeante del jueves y el mediodía del viernes, voceros gubernamentales de todo pelaje aseguraban que nada más faltaba la firma presidencial para sacar la reforma por decreto. Se veían venir horas aciagas. Hasta Elisa Carrió, fundamental para levantar la sesión bajo la promesa de que se incluiría un `bono compensatorio` en el proyecto, saltó como leche hervida contra la Opción DNU. Sólo un ministro le confesó a este periodista: `Es humo, tranquilo. La idea es forzar el rearmado de los acuerdos con el mensaje de que, si están locos, Macri está loco y medio y que se arreglen. Se llama ganar tiempo sin bajarse los lompas. Hay que calmar los ánimos`.

Quedaba por delante un fin de semana intenso. Frigerio avanzó hacia los gobernadores, comprometiéndolos a viajar a Buenos Aires para avalar la nueva sesión. Peña controló que Emilio Monzó y Nicolás Massot avanzaran a destajo sobre los diputados dubitativos, mientras sumaba al comité de crisis a Horacio Rodríguez Larreta y a Martín Ocampo, ministro de Seguridad de CABA. Ya habían decidido junto a Bullrich que la Gendarmería quedaría out el lunes 18, cuando la jueza Patricia López Vergara les dio la coartada perfecta: prohibió que se usaran `armas letales` en el control de las calles aledañas al Congreso. Terminó siendo como enfrentar a Atila con boy scouts. `No esperábamos tanta violencia, nos agarró por sorpresa. Las encuestas decían que la gente está en contra, pero culpaba mitad y mitad al Gobierno y a los K. Cuando el viernes se evaluó lo que había pasado, se decidió ver cómo revertir la imagen`, relata un alto funcionario.

NOTICIAS: Estaban entre consolidar un virtual estado de sitio y exponer a los policías metropolitanos

Funcionario: Había que exponer quiénes son los violentos.

NOTICIAS: ¿Aun con el precio de 88 policías heridos?

Funcionario: ¡Ah, bueno! ¿Conocés a la Gata Flora? ¡Dejémonos de joder! El lunes pasó algo muy importante: se cayó el mito de la derecha que reprime. Hoy todos sabemos que de un lado están los violentos, que venían con la idea planeada de querer voltear a este Gobierno, y del otro el orden y el Estado de derecho. El que no entiende esto va preso.

Si bien exagerado, el funcionario da en la tecla. La cúpula macrista entendió a tiempo los riesgos de mostrarse autoritario o, peor aún, delarruizado al cabo de un jueves fatídico. La mano dura suele delatar debilidades. El lunes se exhibió un peronismo más atomizado que nunca, con el kirchnerismo arrinconado contra un extremo izquierdo que ni por asomo hegemoniza. En ese costadito también se lo detesta.

Empecinado en mantener la frialdad, Mauricio Macri esperó las novedades durante la tarde del lunes, en Olivos, jugando al paddle (ver recuadro).

Mano dura con sus propios funcionarios Macri siempre hizo prevalecer su opinión dentro del Gobierno. Prat-Gay, Lousteau, Costantini, Buryaile, Regazzoni o Melconian cruzaron su autoridad y terminaron expulsados del Gobierno. La idea es clara: nadie discute el poder omnipotente del jefe. El rol de la Gendarmería Uno de los actores claves del 2017. Macri y su ministra de

Seguridad, Patricia Bullrich, apoyaron a la Gendarmería públicamente, en cada momento delicado: tanto con la muerte de Maldonado o la del joven Rafael Nahuel. El no al peronismo en las elecciones A pesar de lo que reclamaba el ala política -liderada por Emilio Monzó-, Macri, asesorado por Durán Barba, se mantuvo en su posición: se negó a incorporar al peronismo para las últimas elecciones legislativas. Nombramiento de jueces por DNU Fue su primera jugada fuerte. Apenas llegado, Macri quisó llenar las vacantes en

la Corte Suprema nombrando a dos magistrados mediante un DNU. Desoyó a propios y ajenos, y redactó el texto presidencial. Al final, tuvo que retroceder sobre sus pasos. Por MARTÍN KOHAN IDEOLOGÍA

¿Si a Macri le falta una mayor sensibilidad social? A mi criterio, no: para nada. A nadie le falta lo que, en rigor, no necesita. Y el proyecto político que impulsa Mauricio Macri no necesita sensibilidad social. Al revés, diría incluso que necesita no tenerla, que hasta podría resultarle un obstáculo para implementar las medidas que se propone aplicar, las que ya ha estado aplicando.

Yo lo pensaría más en términos de ideología (ideología social, antes que política, en el caso específico de Macri). Un modelo de país en el que un pequeño grupo puede hacer grandes negocios (a eso se le llama `inversiones`), en condiciones de precarización laboral lo más degradantes que se pueda (a eso se le llama `atraer inversiones`), para que luego el sobrante de sus ganancias descomunales eventualmente vaya a parar a los pobres desgraciados que sostuvieron todo con sus sacrificios (a eso se le llama `derrame`). ¿Le hace falta sensibilidad social a una ideología semejante? Yo creo que no, en absoluto. ¿Tiene sentido pretender que Macri gobierne por fuera de su ideología? Yo creo que no. ¿Tiene sentido pretender que la modifique? Creo que no, que sería absurdo.

Hay en el humor gráfico, de Quino a Diego Parés, todo un género dedicado al encuentro entre el gran empresario y su pequeño empleado: el primero, repantigado en su sillón con un habano entre los dedos; el segundo, apabullado en su sillita del otro lado del escritorio. En el medio, la crueldad. Habría que estudiar esa serie con atención, me parece que sería muy útil para pensar nuestro presente. ESCRITOR

INFOGRAFÍA: FERNANDO SAN MARTÍN. FOTO: CEDOC.

Uno de los gobernadores justicialistas más movedizos de los últimos tiempos aporta su visión. NOTICIAS: Ganó el Gobierno

Gobernador: Zafó. Perdimos todos, pero más el Gobierno. Hoy no hay un solo argentino que no piense que a los jubilados les metieron la mano en el bolsillo. Los gobernadores quedamos como cómplices. No teníamos opción, dependemos de los fondos de la Nación. La crisis económica pega en todo el país.

NOTICIAS: ¿Los alinearon a lo peronista?

Gobernador: Estos pibes juegan fuerte. Son duros, van a fondo, rosquean y tienen algunos vicios peores que los del kirchnerismo. Te llaman todos: Macri, Peña, Frigerio y de ahí para abajo también. Todo el día. Las diferencias son las formas. Estos no te tienen que gritar o amenazar para que te des cuenta lo que te quieren decir. Hablan bien, charlan, pero el mensaje es claro. Lo del lunes fue violento. ¿Qué necesidad había de obligarnos a ir a Diputados a poner la cara para la foto? NOTICIAS: Bueno, fueron

Gobernador: Acordamos el pacto fiscal y no podíamos dejar afuera lo de las jubilaciones, que no nos gusta nada. Es un pack. O apoyábamos todo o nos enfrentábamos al Gobierno. El tema es que el jueves se armó una rosca que nadie esperaba y los diputados no son robots, no les podemos mandar un WhatsApp y ordenarles cada segundo de su vida. Entre que no gustaba la reforma y el quilombo que hubo, muchos se sintieron tocados y no quisieron dar quórum. Es más, a pesar de ir el lunes a Capital, algunos votaron en contra. Es difícil.

NOTICIAS: ¿Es cierto que los apretaron con que todo volaba por el aire antes de abril si no se aprobaba el paquete fiscal?

Gobernador: Sí. Pero eso Macri lo dijo en público, aunque con más suavidad: `Si bajamos el gasto, la economía no va a estallar`. Les preocupa mucho, pero mucho, la gobernabilidad. Y a nosotros también.

En cuanto a quién paga los principales costos, el gobernador podría tener razón. Una encuesta de D´Alessio IROL/ Berensztein indica que las perspectivas de la opinión pública se complicaron después la reforma. El 45% percibe que la situación económica actual está `bien-muy bien`, mientras que el 53% la ve `mal-muy mal`. A futuro, el 46% piensa que irá `mejor-mucho mejor` y el 50%, que estará `peor-mucho peor`. El 45% considera que la gestión macrista es `buena-muy buena`, pero el 54% la evalúa como `mala-muy mala`. En cuanto a la imagen del Presidente, se habría invertido desde noviembre.

CRUCES. Luego de los incidentes se armó polémica con las siguientes fotos: ¿era un infiltrado? Luego la UOM se hizo cargo y dijo que era de los suyos. Por JULIO BÁRBARO QUÉ QUEDA DEL PERONISMO No sé si queda algo, de las ideas, poco muy poco, del folklore se conserva todo aquello que da votos, que lo convierte en un recuerdo rentable. Fue una concepción nacional, esencialmente cultural, con desafío productivo e integración continental. Perón forjaba el A-B-C, la unión con Brasil y Chile, mientras la izquierda soñaba sublevaciones campesinas y la derecha tenía a esos mismos países en sus hipótesis de guerra. Menem nos hizo un poco yanquis y los Kirchner un poco marxistas, pero con tragamonedas, cosa de ponerle un dato de modernidad.

Se suele acusar al peronismo de temas que en rigor corresponden a `la política`, se los mezcla, y lo cierto es que salvo Frondizi, después de Perón nadie hizo demasiado. Ahora, después de Martínez de Hoz y Cavallo, los ricos son muy ricos y los pobres son muy pobres. Pero los gobernadores, intendentes y sindicalistas, junto con demasiados funcionarios, son ricos. Y son muy ricos, se quedaron con la que les falta a los pobres.

Perón saco a millones de la pobreza, sus herederos los volvieron a ese lugar a cambio de ser ellos parte de la nueva oligarquía. Fue la expresión de los pobres, nos legó la rebeldía hasta ser derrocados y volvió a pacificar. El abrazo Perón- Balbín es la última expresión de la unidad nacional. Por eso debió expulsar a los violentos de la Plaza, a esos que Cristina reivindicó.

Fue la expresión de los humildes, instaló una sociedad justa y retornó para pacificar. Su único heredero es el pueblo, hay una burocracia que se enriquece en su nombre, pero esos no tienen nada que ver con su historia. Simples herederos, lucran con su memoria. DIRIGENTE PERONISTA `Buena-muy buena`: 44%. `Malamuy mala`: 51%.

Más que la violencia estrepitosa, en el staff M se encendieron luces de alerta tras los cacerolazos pacíficos posteriores en casi todos los barrios porteños, zonas acomodadas del GBA y varias grandes ciudades del interior. Nadie parecería desesperar, de todos modos.

`La verdadera novedad de todo esto es que se produjeron las primeras manifestaciones espontáneas contra el Gobierno. Los cacerolazos del lunes y el martes fueron tranquilos, de clase media. A Cristina se los hicieron a los cinco años, en el 2012. Que te lo hagan al segundo año es mucho más preocupante, pero hay que ver. Se pagó un costo grande por la represión del jueves y se revirtió gracias al dispositivo policial y los tirapiedras del lunes. Ahora se paga el aguinaldo y vienen las vacaciones. Hay que esperar que baje la espuma y mantener la frialdad`, especula un conocido asesor macrista.

EL ÚNICO ALIVIO. Mientras tanto, en el peronismo mandan las peleas, las desconfianzas y los pases de facturas. Como muestra, vale lo sucedido el martes 19 en el consejo directivo de la CGT, donde se consolidaron su fractura y el aislamiento del triunvirato. Dos de los presentes afirman que se produjo un duro contrapunto entre Francisco `Barba` Gutiérrez, hasta entonces secretario de Interior de la central obrera y líder de la UOM-Quilmes, y Héctor Daer. Gutiérrez: ¡Qué paro de mierda! !No salimos ni en los zócalos de los diarios!

 

Publicado en Revista Noticias el 21/12/2017

¿Cómo impacta en la imagen del Gobierno la protesta social?

Dos relevamientos dan cuenta del poco consenso, el rechazo que generó en la opinión pública y la tensión social que produjo la Reforma Previsional. Más de la mitad de los encuestados cree que perjudicará a los jubilados.

Según dos encuestas de la consultora D’Alessio IROL y de la consultora Ágora, el Gobierno nacional sufrió un impacto en su imagen tras las semanas de tensión por la aprobación de la Reforma Previsional. A primera vista, según los relevamientos, el proyecto de ley aprobado por el Congreso no tiene el suficiente consenso social entre los ciudadanos y genera más rechazos que adhesiones.

De los datos de D’Alessio IROL se desprende que la Reforma es una medida de gestión que no tiene suficiente consenso social: el 85% de los encuestados cree que es mala, de los cuales el 55% además cree que es innecesaria. El 30% considera que a pesar de ser mala era necesaria y solo un 15% la considera buena.

Ágora también releva un 53% de ciudadanos que la creen innecesaria contra un 40% que la suponían necesaria. Sin embargo 3 de cada 4 votantes de Cambiemos la consideran necesaria, por otro lado el 85% de los cercanos al kirchnerismo y el 71% de los peronistas la consideran innecesaria.

Mientras la mitad de los encuestados cree que el gobierno nacional sale debilitado de la aprobación de la reforma, pero un 61% cree que sale igual o fortalecido de los hechos de violencia ocurridos en las inmediaciones del Congreso.

El mayor golpe percibido a la imagen de la gestión fueron los cacerolazos: el 54% cree que el Gobierno sale debilitado y el 62% considera que fueron espontáneos.

Números similares muestra el relevamiento de Ágora: 55% de la población cree que la reforma perjudicará a los jubilados y solo un 9% que los beneficiará. Consecuentemente dos de cada tres está en desacuerdo con la modificación que impulsó el Gobierno y solo el 29% está de acuerdo.

Lo que sí existe es un fuerte consenso sobre el accionar de las fuerzas de seguridad frente a los disturbios o las manifestaciones que sucedieron en el Congreso: el 58% de los habitantes del AMBA cree que las FFSS deben actuar para desalojar un corte de calle, el 51% está de acuerdo con reprimir las manifestaciones y el 48% está de acuerdo con el accionar de las fuerzas en el Congreso.

Sin embargo – curiosamente – la responsable política de las fuerzas de seguridad, la ministra Patricia Bullrich es muy mal evaluada por su actuación en los incidentes del Congreso. El 52% cree que actuó mal y solo un 27% que lo hizo correctamente. Números similares de desaprobación se muestra hacia el accionar del Gobierno en general.

Los mejores evaluados en su gestión frente a los incidentes son las fuerzas de seguridad (41% a favor y 40% en contra) y la diputada oficialista Elisa Carrió, que con su juego político del jueves pasado logró un 38% de aprobación y un 40% de desaprobación.

Evaluación de gestión, imagen de dirigentes y potencialidad de voto en 2019

Por el momento la evaluación de gestión de la gobernadora María Eugenia Vidal salió indemne de la tensión reformista. A pesar de haber logrado su propia reforma previsional y la modificación de las jubilaciones del Banco Provincia la gestión provincial mantiene un 55% de evaluaciones positivas contra un 39% de negativas, lo que le deja un saldo positivo de 16 puntos.

Herida salió sin dudas la gestión nacional del presidente Macri: un 44% de positivas contra un 50 % de negativas, con un saldo neto de 6 puntos negativos. El poco consenso hacia la reforma, la represión y el cacerolazo pegaron bajo la línea de flotación de la gestión.

Respecto de la imagen personal también Vidal se mantiene en la cima de las preferencias: 6 de cada 10 habitantes del AMBA la evalúan positivamente, seguida de lejos por Carrió que tiene un 49% de aprobación.

Mauricio Macri mantiene una imagen positiva de 49%, pero con un 48% de negativa, lo que deja un magro saldo neto de 1 punto para el presidente.

Florencio Randazzo es el dirigente peronista mejor evaluado a pesar de tener un 44% de imagen positiva y un saldo neto negativo de 3 puntos. En último lugar aparece la exmandataria Cristina Kirchner con 55% de imagen negativa.

Cabe destacar que en diciembre cayeron de manera relativa a noviembre las imágenes positivas de todos los dirigentes evaluados, lo cual indica que la tensión y los incidentes de las últimas semanas hicieron mella sobre toda la clase política nacional.

Respecto del potencial voto presidencial en 2019 en diciembre creció levemente la posibilidad de un voto a CFK o candidato que ella designe respecto de noviembre, l la vez que bajó la potencialidad de un voto por Macri, Vidal o un candidato que ellos apoyen.

Situación económica, estado de ánimo nacional y principales problemáticas

Existe entre los encuestados un desfasaje entre la percepción de la situación económica nacional y la personal. Mientras un 55% cree que la economía a nivel país es positiva solo un 46% percibe su situación personal de la misma manera.

Estas percepciones sobre la economía van a contrapelo de los estados de ánimo expresados por los encuestados. A nivel país predominan la preocupación (33%), la tristeza (24%) y el enojo (15%). Solo aparece la esperanza (23%) como estado positivo y predomina únicamente entre los que expresaron cercanía partidaria con Cambiemos.

Por último las principales problemáticas nacionales percibidas son la corrupción (22%), el aumento de tarifas (17%), la pobreza (16%), el desempleo (15%) y la inseguridad (13%). La corrupción predomina como problema para el núcleo duro de votantes de Cambiemos, mientras que para el sector del peronismo (k y no-k) y la izquierda el foco está en la pobreza.

 

Publicado en El País Digital el 21/12/2017

El impacto de la reforma previsional en la sociedad: el 55% la calificó como mala e innecesaria

El analista político Sergio Berenztein habló con Lanata Sin Filtro sobre el costo político que deberá asumir el Gobierno con la aprobación de la reforma previsional.

Según un estudio de DAlessio Irol y Berenztein, la imagen del Gobierno se vio desfavorecida con la aprobación de la reforma previsional. El 55% de los encuestados opinó que la reforma fue mala e innecesaria, y para el 30% la reforma fue mala pero necesaria. A su vez, sobre la comunicación del Gobierno en relación al proyecto aprobado en Diputado el último martes por la mañana, el 76% la calificó negativamente y, solo un 7% piensa que la comunicación del Gobierno fue buena. Con respecto a esto último, el 56% dice que se enteró por los medios de qué se trataba la reforma previsional, manifestó el analista político Sergio Berenztein en diálogo con Lanata Sin Filtro.

Específicamente sobre los graves incidentes ocurridos alrededor del Congreso, la encuentra reveló que la mayoría de los ciudadanos cree que los disturbios fueron planificados, sin embargo más del 60% indicó que los cacerolazos que sucedieron durante la noche fueron espontáneos.
El kirchnermso necesita potenciar el conflicto. Por tanto, es importante la madurez en la clase política para desescalar el conflicto, destacó el analista. Quien criticó también el desempeño del Gobierno: Prometió un diálogo amplio y no existió. Hubo solo un acuerdo mínimo con los gobernadores.
Por otro lado, Berenztein subrayó que no hay que perder de vista cuál es el costo de no implementarlas -las reformas-, el cual es altísimo.

 

Publicado en Radio Mitre el 21/12/2017.

Según una encuesta, el 85% de los argentinos cree que la reforma previsional “es mala”

Luego de dos semanas de mucha tensión, el Gobierno logró que se apruebe en el Congreso la reforma previsional, cuya principal crítica de sus opositores es el cambio en la forma en que se calculan los aumentos. El Ejecutivo se ahorrará más de $ 100.000 millones con ese ajuste, pero en términos políticos el costo fue alto para su imagen ante la sociedad.

Según el Tracking de Humor Social y Político, que D’Alessio IROL efectúa en forma continua junto a Berensztein, el 85% de los argentinos cree que la reforma “es mala”. Sin embargo, ese porcentaje se compone por un 55% que considera que era “innecesaria”, y un 30% que cree que debía hacerse. En cambio, solo un 15% respalda la nueva ley.

Por otro lado, el 50% de los encuestados cree que el Gobierno quedó “debilitado” tras la sanción de la reforma, mientras que para el 28% se fortaleció. Respecto a los cacerolazos, el 62% considera que fueron espontáneos y un 54% que golpearon la imagen de la gestión de Mauricio Macri.

A diferencia de lo que respondieron sobre esas protestas callejeras, el 73% de los sondeados respondieron que los incidentes ocurridos en las inmediaciones del Congreso mientras se discutía la ley fueron “planificados”, y sólo un 13% que fueron espontáneos.

 

Publicado en Ámbito Financiero el 21/12/2017.