Cómo fue 2015 para las pymes


Nota publicada el 04/01/2016 – Revista Pymes (Clarín) – Pág. 66-73 –

Los que más perdieron fueron los exportadores.
El mercado interno fue el refugio de las empresas para mantener sus niveles de ventas, pelo a costa de ceder rentabilidad. Nino Fernández: Más allá de las distorsiones de las variables macro y de la condición de año electoral, el 2015 ha sido un año con rasgos atípicos para las empresas pequeñas y medianas. Por un lado, porque no se cumplieron los pronósticos esbozados a principios de año para muchos de los sectores; por el otro, por la dispersión de resultados, incluso al interior de los diferentes segmentos de la producción y el comercio. Son muchas las empresas cuyos dueños aseguran que les fue bien y no se pueden quejar. También hay varias a las que les fue mal y no ven la hora de que termine el año. Y hay una amplia mayoría que cerró 2015 con sensación de empate: alternaron buenas y regulares.
Los sectores menos dependientes de las exportaciones obtuvieron mejores desempeños que aquellos con mayor proporción de ventas externas.
De este modo, podría asegurarse, aunque no de forma concluyente, que el mercado interno ayudó a que muchas empresas lograran comportamientos positivos o menos críticos de lo que habían previsto los especialistas o compensaran —en parte— la caída de sus exportaciones.
Por cierto que esto no significa que todos los actores que producen o venden exclusivamente en el mercado local hayan tenido un buen año. Los planes oficiales de financiamiento y de administración de precios de tipo selectivos, por ejemplo, no abarcan todas las bocas de expendio ni todos los productos. Los efectos de la inflación sobre los hábitos de consumo, la sobreoferta de productos en algunos rubros y la creciente presencia de puestos de venta ilegales en algunas zonas, están alterando las tendencias de la demanda.
La producción de bienes y servicios, en tanto, mostró una recuperación dispar en los últimos meses, pero presenta dificultades que empiezan a ser estructurales, como la mochila impositiva y, en menor medida, las restricciones a las importaciones.
Ante este panorama, la mayoría de los empresarios se inclinó por resignar márgenes, para mantener cuotas de mercado. Una receta que consolida la pérdida de rentabilidad como la principal preocupación en el año que termina.

MEJOR DE LO PENSADO Según el reporte más reciente sobre actividad industrial pyme de la consultora D’Alessio Irol (llega hasta mediados del año pasado), el 51% de las firmas consultadas admitió haber tenido un primer semestre entre “bueno y muy bueno”, respecto de igual período del 2014. Mientras que un 34% respondió que los primeros seis meses fueron regulares y un 14% se inclinó por elegir la opción “entre malo y muy malo”. Para el final de 2015 las expectativas resultaron aun mejores. Vale la pena aclarar que el relevamiento fue meses antes de la elección de Mauricio Macri y de concocerse cuáles serían sus primeras medidas de gobierno.
En la primera parte de 2015, los empresarios pyme distinguieron el primer trimestre, chato, con una recuperación de las ventas a partir del segundo trimestre.
Según el Observatorio Pyme, que releva la situación de la industria manufacturera, entre enero y marzo el volumen de ventas del sector retrocedió 6,3%, con un impacto más pronunciado en las industrias chicas de hasta 5o empleados (-9,8%) que en las medianas de hasta 200 empleados (-2,4%). El rebote operado entre marzo y junio elevó las cantidades vendidas por las pymes industriales en 3,3%, pero de nuevo las más chicas la corrieron desde atrás (1,9%) comparadas con las medianas (6,6%). El trabajo señala que la recuperación de las ventas industriales tuvo su correlato en un aumento de la confianza de las pymes y un incremento de la producción del 1%. Sustancias y productos químicos, textiles, productos de cuero, calzado, y alimentos y bebidas fueron los sectores que encabezaron la recuperación.
Pero no hubo un desempeño homogéneo.
En alimentos, por ejemplo, una de las excepciones fueron los lácteos, cuyo consumo general no se retrajo, pero sí bajó la demanda de los productos industrializados por pymes.
“Cuando comenzaba el año pasado, las ventas de lácteos se mantuvieron estables y el sector exportaba bien.
Pero en el segundo trimestre mermó la exportación y toda la producción se volcó al mercado interno; entonces, bajaron la venta de las pymes, una situación que se dio por sobreoferta, no porque la gente haya dejado de consumir”, dice Javier García Mazzaro, director de Lácteos San Gotardo, de Trenque Lauquen, productora de quesos destinados a la industria gastronómica.
En otro sector de la alimentación, en el rubro fideos y pastas, también se registraron retrocesos puntuales, aunque por otras razones.
En Simon Hermanos, empresa de 57 empleados de La Banda, Santiago del Estero, fabrican pastas secas con la marca Tío N ico. Allí, sus ventas cayeron 12% en 2015. Su titular, Jaime Simon, menciona cuestiones de mercado, estrategia de precios y otros factores, como algunos viejos vicios políticos.
“Vendemos básicamente en todo el NOA y el NEA, y notamos una alta inestabilidad de la demanda.
La rentabilidad retrocede menos que la venta, porque en nuestro caso tratamos de defender el precio del producto a efectos de cuidar márgenes razonables y de no entrar en la perversa guerra de precios. A esto hay que agregarle una mayor concentración de la oferta de fideos, por las compras y fusiones de empresas, que determinaron posiciones dominantes de los compradores.
Y tampoco puede ignorarse la entrega de los bolsones de alimentos en tiempos preelectorales, que impactan en nuestras ventas”, dice.
En la consultora Nielsen, especializada en medir consumo masivo, aseguran que la demanda osciló.
“Arrancamos 2015 con cero crecimiento.
En el segundo trimestre, registramos una recuperación sostenida, seguida por una leve desaceleración en la última medición, que no interrumpe la tendencia positiva.
En el acumulado del año, el consumo masivo crece 1,9% respecto del año anterior”, dice Matías Montalván, a cargo del área de servicios minoristas.
Para Marcelo Tabbaj, socio a cargo de las compras de Luna Nueva, firma del barrio de Barracas, especializada en dietética y bombonería, las ventas crecieron un 25% hasta septiembre, pero con menor rentabilidad.
Preocupado por mantener su nivel de ventas en momentos en que la tensión de precios con fabricantes y proveedores ponía en riesgo el ritmo de la demanda, Tabbaj no dudó en cortar por lo sano. Y no se arrepiente.
“Como vimos que se podían caer las ventas, optamos por recortar márgenes y dejamos de comprarle a muchos distribuidores que cobraban desde un 30% de más en relación con los fabricantes”, cuenta. “Paralelamente, junto a tres amigos, armamos un pool de compras, a fin de alcanzar los mínimos que requerían algunos fabricantes para vendernos a menores precios. De ese modo, logramos revertir la tendencia a la caída de las ventas.” En Dsdcero Equipamientos, un fabricante de muebles de oficina, equipamiento de hospitales y diseños a medida, con oficinas en Buenos Aires y taller en Moreno, las ventas en cantidades vendidas crecieron 30%. Y la clave, según explica su titular, Luis Cabrera, también pasó por los precios.
“Los costos, básicamente de materiales y mano de obra, se incrementaron cerca del 40% y nuestros precios de venta, alrededor de un 30%. Sacrificamos rentabilidad pero ganamos en penetración de mercado y aumentamos las ventas. Esto nos permitió modernizar parte de la tecnología e incorporar nuevos colaboradores.
En la actualidad, estamos tercerizando parte de la producción, como estrategia para consolidar la tendencia de crecimiento”, afirma Cabrera.
PROMOCIONES En otros casos, el “gancho” seductor para atraer consumidores ha estado en las diversas promociones e instrumentos de crédito.
“En líneas generales, en una situación de inflación e incertidumbre el consumidor busca stockearse de mercadería que cree que puede necesitar a futuro, o se endeuda en cuotas para mercancías que no son de primera necesidad y que, sin embargo, se siguen consumiendo”, dice Maximiliano Narducci, de Nielsen.
Esto se evidencia en la experiencia de este año de Elementos Esenciales, una firma dedicada a fabricar y comercializar fragancias y productos para la estética, a través de franquicias.
“Gracias a las promociones bancarias o de alguna tarjeta, las ventas crecieron entre 20 y 25% con respecto al 2014. Hace un año, empezamos a vender por Internet, y próximamente haremos una experiencia en los comercios Look de Farmacity, para tratar de consolidar la tendencia y mejorar la rentabilidad, que se nos redujo por los aumentos de materias primas, alquileres, salarios y por los descuentos de promoción con tarjetas, que rondan entre el 20 y 30%”, dice su titular, Liliana Lampuri.
HACIA OTROS MERCADOS Hace varios años que el comercio exterior dejó de ser negocio para varias ramas de la producción local.
Las razones son conocidas: pérdida de competitividad del tipo de cambio; caída de los precios internacionales de commodities y cierre de mercados afectados por crisis locales. En 2015, se sumó el agravamiento de la crisis económica e institucional en Brasil, principal socio comercial y primer destino de las exportaciones industriales de la Argentina. Para industrias como la automotriz, con una fuerte participación de autopartistas pyme, la demanda brasileña es clave para mantener los niveles de actividad.
Al cierre de 2015, la exportación de vehículos experimentó una caída de 5o% contra igual período del año anterior. Sin embargo, de acuerdo con una encuesta de Asociación de Fabricantes de Autopartes y Componentes (AFAC), el cierre de 2015 fue con un aumento de las ventas —medidas en dólares— del 3,3%, cuando en el 2014 se había registrado una caída del 21,1%. La explicación proviene del mercado repositor, que creció a un ritmo del 13% con respecto al año pasado.
“El sector de reposición es el único rubro que crece fuerte y eso obedece principalmente a la demanda de repuestos para el mantenimiento de los vehículos comprados en los últimos cuatro o cinco años”, dice Juan Cantarella, director ejecutivo de AFAC.
El otro gran sector afectado por la “crisis de los embarques” es el de las economías regionales, cuyas exportaciones, según la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) cayeron 11,5% en el primer semestre de 2015. Arroz (con una retracción del 62,2%), carne ovina (-54,4%), manzanas (-38,2%), aceitunas (-36,9%) y peras (-26,4%) son los rubros más perjudicados.
Desde la Cámara de Exportadores de Citrus del NEA (Cecnea) recuerdan que, en 2008, llegaron a exportar lo millones de cajas de mandarinas y naranjas, y hoy no llegan a cuatro millones. “El productor recibe $ 0,50 por kilogramo y el costo de producción y cosecha asciende a $ 1,5o. Ante la devaluación de todas las monedas y el fortalecimiento del dólar, nosotros no podemos competir en el exterior. Y para colmo, las fábricas de jugo pagan con cheques a 18o días. Una situación desesperante, que se mantuvo todo el año”, asegura Mariano Caprarulo, titular de Cecnea.
Citrícola Chajarí es una de las principales firmas agrupadas en esta entidad. En el último año, sólo pudo colocar directamente en el exterior (Países Bajos) un lo% de su producción, mientras que un 2o% lo exportó a través de terceras empresas y otro 20% fue a la industria juguera. El restante 5o% fue captado por el mercado interno.
“La ecuación no nos cerró porque el Estado nos liquida al dólar oficial y a eso hay que sumarle las retenciones del 5% anticipadas a la salida de la mercadería. El mercado interno no alcanza a compensar la disminución de las exportaciones, porque está sobresaturado y, encima, sufre el agobio de competidores directos de los países de la región”, dice Hugo Tarditi, titular de la empresa.
En el mercado agropecuario, también se habla de un tipo de cambio que no conviene, pero al parecer la situación es otra. En Conecar, un Peed lot para engorde de vacunos, con una planta de alimentos balanceados en Carcarañá (Santa Fe), la exportación no llega al lo% de la producción total, pero con ventas firmes a lo largo del año pasado.
“No nos interesa desarrollar el mercado externo, porque en la actualidad es menos rentable que el interno, a causa del atraso cambiario que caracterizó todo el año. De todas formas, en 2015 mejoramos las ventas en un 20% en valores constantes, ya que los precios se mantuvieron debido al bajo valor de los cereales”, dice su titular, Roberto Guercetti.
Algunas industrias no tradicionales presentan un perfil más competitivo en mercados externos y,adiferencia de los casos anteriores, están sustituyendo importaciones.
Un sector emblemático son los fabricantes de medicamentos.
Según datos del Indec, las exportaciones farmacéuticas crecieron 29,6% durante el segundo trimestre del 2015, respecto de igual lapso del 2014, y 57% frente al primer trimestre de este año.
En Eriochem, un laboratorio de la localidad entrerriana de Colonia Avellaneda, que produce activos farmacéuticos para drogas oncolgicas utilizando técnicas de biotecnología, las exportaciones medidas en dólares crecen este año 11,5% en relación con el 2014. Pero, además, la firma logra consolidar su expansión y aumentan sus chances de competir en los mercados más exigentes.
“Aunque el atraso cambiario afectanuestras utilidades, exportamos más del 85% del total de laproducción a casi 4o países. Ya contamos con tres filiales en el exterior(en California, Montevideo ySan Pablo). Y este año, además, invertimos en I + D y en los sistemas de logística y de gestión”, cuenta Antonio Bouzada, gerente de la firma. “La gran noticia de 2015, para nosotros, fue que nos convertimos enlaprimera empresa latinoamericana en lograrlaaprobación de sus plantas farmacéuticas por parte de la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos”.
SERVICIOS Y COMERCIO La industria del software también exporta más allá del tipo de cambio.
Según un informe de la Coyuntura del Software y Servicios Informticos del Observatorio Pyme, el 28% de las empresas del sector esperaba aumentar sus exportaciones. En Córdoba Technology, un centro de desarrollo de la provincia mediterránea que agrupa a 18o empresas del sector tecnológico, las expectativas están vinculadas no tanto al tipo de cambio, sino a la estrategia de promoción exportadora del complejo.
“Si bien todavía son pocas las experiencias de comercialización en forma conjunta, este cluster dispone de varias acciones de promoción de exportaciones, que ayudan a las empresas que lo integran”, dice Melina Morello, su vocera. Cuenta que las empresas que exportan comparten su experiencia con las demás. “Además, hay una activa participación de la Comisión de Mercados Externos para obtener apoyo y promoción con entidades de la Cancillería, Agencia ProCórdoba y Consejo Federal de Inversiones.” Santex, una de las firmas integrantes de este polo de desarrollo, exporta 85% de su producción de software a medida, a países como Estados Unidos y Reino Unido.
Registró un aumento de sus ventas externas del orden del 18%.
“Aunque la rentabilidad fue un poco menor a la prevista, esto nos permitió incrementar la dotación en un 20% e invertir en acciones destinadas a potenciar el crecimiento en el mediano plazo, como viajes de colaboradores a otras sedes, visitas a Estados Unidos, misiones comerciales, asociaciones estratégicas, equipamiento de un nuevo piso con oficinas y diseño de zona de relax y descanso para el personal”, destaca Walter Abrigo, su director general.
TURISMO La actividad turística se movió con fuerza, tanto en lo interno, como en viajes hacia y desde el exterior. Oscar García, titular de Barlovento Viajes y Turismo, asegura que el crecimiento de su facturación fue del 35%. “En 2015, la gente siguió viajando, independientemente del valor del dólar o de la retención del 35%; en muchos casos, porque las empresas y muchos particulares pudieron descontarlo.
El crecimiento se da en momentos en que crecen las operaciones on line, con proliferación de empresas dedicadas a vender por Internet. El desempeño de mi empresa se explica porque hago mucho foco en el nicho empresarial; agrego valor a los servicios y ofrezco cuenta corriente”, dice.
En la calle Florida, uno de los termómetros para medir la cantidad de turistas extranjeros que llegan al país, aseguraban —antes de poder evaluar cómo habían sido las ventas navideñas— que el balance de 2015 estaba dando para abajo.
“Si bien en facturación crecemos algo más del 2o% en línea con la inflación, en promedio las ventas cayeron en el año un 3%, con una baja de 25% en artículos de cuero en un extremo y librerías subiendo entre 4 y 5%, en el otro”, dice Héctor López Moreno, titular de la Asociación Amigos de la Calle Florida y dueño de un local de indumentaria masculina. “No sólo nos ha afectado la menor afluencia de turistas, sino también flagelos como los arbolitos y vendedores de servicios de turismo; o, en su momento, los manteros, que ahora se han dispersado por otras zonas de la ciudad.”

Un nuevo desafío

Cambio es la palabra de este año electoral. Para las más de 600.000 pequeñas y medianas compañías que hacen al grueso de la matriz empresarial argentina, cambio es el pan de cada día. Acostumbradas a tener que adaptarse a una de las coyunturas más demandantes del mundo, según una investigación realizada por The Economist, la PyME argentina es hoy una de los activos de la economía local. Así también lo graficaron los programas de los tres precandidatos presidenciales que acudieron al 51° Coloquio de IDEA, celebrado al cierre de esta edición en su ya tradicional sede de Mar del Plata. Todos remarcaron que, en un eventual gobierno propio, la PyME será uno de los principales frentes a activar para volver a insertar la economía argentina en el mundo. Razón no le falta: el sector es uno de los que más sufre el círculo vicioso que generó el intento fallido de regular la economía a través de controles al comercio exterior, restricción de acceso a las divisas y la pérdida de talento calificado. Sin embargo, al mismo tiempo, se trata de un segmento que hace de la resi-
liencia una marca registrada. La tradicional encuesta que realiza la consultoraD’Alessio IROL para Idea Pyme reveló que un 51 por ciento de las PyMEs consultadas tuvo resultados positivos en el primer semestre (en 2014, había sido un 48 por ciento). Un 45 por ciento de las compañías logró superar los resultados del año pasado. En lo que va de 2015, las PyMEs también lograron hacerse atractivas para los bancos. Aprovecharon los préstamos a tasa subsidiada del 18 por ciento anual vigentes para hacer inversiones de mediano y largo plazo. Mientras, las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) se convierten más y más en una herramienta
de valor. El stock de financiamiento al sector crecerá en torno a un 30 por ciento en 2015 estiman los expertos. Parte de la razón radica en las proyecciones que hace un 30 por ciento de los empresarios, en cuanto espera una mejora de la situación económica hacia fin de año; en 2014, a esta altura, solo lo hacía un 24 por ciento. Una de las oportunidades radica en ampliar su inclusión en la cadena de valor de las grandes organizaciones. Solo el 25 por ciento de las pequeñas y medianas empresas pertenecen a la cadena de valor de una gran compañía, según revelan los datos de D’Alessio IROL. Otro potencial se presenta en el sector de servicios e innovación, donde la rentabilidad, siempre según los datos duros, anticipa incrementar su tendencia positiva.
En el lado B de las expectativas para el futuro inmediato, las PyMEs sitúan la presión impositiva, el nivel de inversión y el mantenimiento de la demanda interna en primer lugar. Mientras, el mercado coincide en que el próximo año marcará un antes y un después para la realidad PyME local. Es por eso que decidimos orientar el foco de este reporte anual de El Cronista en las herramientas que guían en este momento de cambio. La meta, la de siempre: aportar para encarar mejor lo que viene. Hasta el próximo número.

*Podés conocer la visión de los empresarios PyME en: http://goo.gl/qYStW1

Las pymes no prevén eliminar puestos de trabajo

Las pequeñas y medianas empresas (Pymes) de la Argentina descreen que el cambio de gobierno modifique demasiado su situación actual. Si bien las expectativas de sus directivos para el primer tramo de 2016 son mejores que las registradas en años anteriores, el fin de ciclo no les genera gran optimismo en relación a una mejora sobre la economía que impulse sus negocios, ni creación de puestos de trabajo, pese a los pronósticos de crecimiento del PBI.

Esa fue una de las conclusiones de una encuesta a directivos de esas compañías realizada por D’Alessio Irol durante agosto, y publicada esta tarde en Idea Pyme, un evento de la entidad empresaria que reunió a cientos de empresarios en el Auditorio del Buenos Aires Design, ubicado en Recoleta. “En un horizonte a un año, no se espera un cambio explosivo, ni sobresaltos”, ni para bien, ni para mal. En términos del debate político de estos tiempos, al parecer, las pymes descartan un shock y proyectan un gradualismo.

En una revisión sobre los datos de 2014, Eduardo D’Alessio, presidente de la firma que lleva su apellido, destacó el “divorcio” entre las perspectivas y lo que finalmente sucede. Dio de ejemplo lo ocurrido en 2015, que mostró un mejor desempeño respecto de la baja prevista. “La realidad (en el primer semestre) no convalidó el pesimismo de 2014”, se leyó en la pantalla. El año anterior, había ocurrido a la inversa.

En base a los datos obtenidos, D’Alessio precisó que un 31% de las empresas mantuvo y 45% tuvo un incremento en sus ventas entre enero y julio, pero con la rentabilidad en baja. “¿Les suena conocido?”, le preguntó D’Alessio al público distribuido en las mesas del salón. No fueron pocos los que asintieron.

De allí otro de los indicadores de proyección que aparecieron en la pantalla: no se espera que las responsables del 60% del empleo en el país generen nuevos trabajos. Aunque tampoco un recorte. “Las pymes tienen mejor capacidad de previsión de los costos laborales. Esperaban cerrar paritarias en 27,3 y un 82% cerró en 27,9” de subas, dijo el responsable del relevamiento. Hace un tiempo podría haber sido un dato positivo el hecho de que no se prevean recortes de personal, pero los augurios de crecimiento para 2016, lo empañan. Por caso, la consultora Elypsis, dirigida por Eduardo Levy Yeyati, estimó un avance del 4% del PBI en el año próximo.

Claudio Zuchovicki, gerente de desarrollo de la Bolsa de Comercio, que acompañó al dueño de la firma de investigación de mercado en la exposición, consideró que el empresariado está en una posición de espera hasta que llegue el próximo gobierno y disipe las dudas sobre qué curso tomará la economía para salir de los problemas actuales. Lo dicho se reflejó en la encuesta, en la cual, una mayoría respondió que frente al cambio de Gobierno prefiere “mantener el statu quo” y, en menor medida, “hacer ajustes preventivos”.

Zuchovicki citó uno de los inconvenientes de la macro, que viene en aumento. ¿De dónde saldrá el dinero para pagar el déficit fiscal?, se preguntó. En relación con las pymes, la presión impositiva se posicionó como uno de los principales, y crecientes, desafíos. “La queja es más por la distorsión que por la presión, porque están pagando impuestos por ganancias ficticias”, matizó D’Alessio.

En el frente externo, la encuesta dejó entrever la preocupación de los empresarios pyme sobre una desmejora que, según D’Alessio, “les preocupa más que el cambio de Gobierno, porque lo ven como impredecible”. “La mayoría percibe un cambio negativo; sobre todo, hablamos de Brasil”, dijo, del cual depende buena parte de las exportaciones argentinas. Al igual que el mantenimiento de la demanda interna, las condiciones para el comercio internacional están al tope de las preocupaciones sobre el año próximo.

Con todo, en un momento en que el 75% de las pymes operan por encima del 70% de su capacidad, la inversión tiende a mejorar, “a estirar la capacidad existente”. En este sentido, el sector agropecuario y servicios fueron los destacados, por encima de la industria.

Las pymes venden más, pero ganan menos

Según un informe de IDEA, el 45% de las empresas vive esa realidad.

Encuesta

Las pymes no creen que el cambio de gobierno modifique demasiado su situación actual. Si bien las expectativas de sus directivos para el primer tramo de 2016 son mejores que las de años anteriores, el fin de ciclo no les genera gran optimismo porque una mejora de la economía impulse sus negocios ni la creación de puestos de trabajo. La encuesta que D’Alessio Irol hizo entre directivos de esas compañías para Idea Pyme tiene otra conclusión de peso: el 45% de las empresas tuvo un aumento de las ventas entre enero y julio, pero su rentabilidad fue en baja. “En un horizonte a un año, no se espera un cambio explosivo ni sobresaltos”, dice el informe que presentó ayer Eduardo D’Alessio, presidente de la consultora, en un evento organizado por la entidad.
“¿Les suena conocido?”, preguntó D’Alessio a los ejecutivos que lo escuchaban sobre la situación de ventas en alza y ganancias en caída. No fueron pocos los que asintieron.
De allí que no se espera que se generen nuevos empleos. Aunque tampoco un recorte. “Las pymes tienen mejor capacidad de previsión de los costos laborales. Esperaban cerrar paritarias con subas de 27,3%, y un 82% cerró en 27,9”, dijo el responsable del relevamiento.
El analista destacó el “divorcio” entre las perspectivas y lo que finalmente sucede. Señaló lo ocurrido en 2015, que mostró un mejor desempeño respecto de la baja prevista. “La realidad (en el primer semestre) no convalidó el pesimismo de 2014”, se leyó en la pantalla. El año anterior había ocurrido a la inversa.
Claudio Zuchovicki, gerente de desarrollo de la Bolsa de Comercio, que acompañó a D’Alessio en la exposición, consideró que el empresariado está en una posición de espera hasta que llegue el próximo gobierno y disipe las dudas. Una mayoría respondió en la encuesta que frente al cambio de gobierno prefiere “mantener el statu quo” y, en menor medida, “hacer ajustes preventivos”.
Zuchovicki citó uno de los inconvenientes. ¿De dónde saldrá el dinero para pagar el déficit fiscal?, se preguntó. Aliviar la creciente presión impositiva fue uno de los principales desafíos planteados. “La queja es más por la distorsión que por la presión, porque están pagando impuestos por ganancias ficticias”, matizó D’Alessio.
En el frente externo, “la mayoría percibe un cambio negativo”, sobre todo por Brasil, dijo el consultor.

Las pymes no esperan grandes cambios tras las elecciones

Encuesta de IDEA

En la mayor parte de las empresas chicas y medianas no esperan cambios significativos con el Gobierno que asumirá el 10 de diciembre, al menos hasta que la nueva administración muestre todas sus cartas. Esa es la principal conclusión de la encuesta Expectativas de Ejecutivos PYME, presentada ayer en el marco de IDEA Pymes.

“Las futuras medidas económicas son percibidas como cambios graduales, no demasiado significativos”, planteó Eduardo D’Alessio, responsable del sondeo, realizado por Internet entre 168 directivos y dueños de pyme.

Casi nueve de cada diez entrevistados pronosticaron un escenario post-10 de diciembre similar al actual: 22% dijo que estarán “moderadamente mejor” que ahora, un 41% respondió que esperan estar “igual” y otro 26% dijo que sus expectativas son de estar “moderadamente peor”. Un 8% dijo que espera estar “mucho mejor” y, en el otro extremo, apenas un 3%, “mucho peor”. En cuanto a la actividad económica, la gran mayoría señaló que está trabajando en niveles altos (41%) o muy altos (31%).

“Se prevé que no habrá cambios significativos durante el próximo semestre”, agregó D’Alessio. “Si hilamos fino en los números, el pronóstico es el de una ligerísima mejora”. De todos modos, ante el cambio de Gobierno, la estrategia de las empresas es mantener el statu quo y realizar ajustes preventivos.

En ese contexto de moderada estabilidad, la principal preocupación es la presión fiscal: un 45% de los encuestados la señaló como el problema que más los afecta. “La queja no es tanto por las alícuotas, sino por la distorsión de no actualizar por inflación”, agregó el consultor. También inquieta el mantenimiento de la demanda interna y las condiciones para el comercio internacional.

Sobre el final de la séptima edición de IDEA Pyme, hubo un momento entre irónico y divertido cuando el moderador, Claudio Zuchovicki, interpeló al público: “¿Cúantos de ustedes atravesaron una crisis económica”, preguntó. Todos alzaron sus manos. “¿Dos?”. De nuevo, todas las manos se alzaron. “Muy bien –agregó– ahora pido que levante su mano quien cree que no vamos a tener una nueva crisis”. Ni una sola mano se alzó.

Encuesta Felaban / Dalessio IROL

El “missing middle” y los Bancos

Compartimos los datos de un interesante trabajo regional realizado para Fomin / BID. Aquí, el concepto del “Missing Middle” explica cómo en los países en vías de desarrollo existe una gran cantidad de microempresas en un extremo y algunas grandes en el otro, pero en el medio operan muy pocas bajo la categoría PyME, por lo que su contrunución a la economía nacional no es tan significante.

Los invitamos a descargar el informe desde aquí:  Informe Missing Middle Felaban

Las pymes de América Latina y el Caribe

Mediante el siguiente link puede acceder al trabajo “Las pymes de América Latina y el Caribe: un negocio estratégico para los Bancos de la región” (Quinta encuesta Regional en América Latina y el Caribe 2012) realizado por D’Alessio IROL.

http://idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument.aspx?docnum=37278359

Las pymes se preparan para un repunte económico, asegura una encuesta

El trabajo preparado por Eduardo D’Alessio señala que la mitad de las pequeñas y medianas empresas tuvo un buen primer semestre del año, aunque hubo retracción en las ventas, que impactó en la rentabilidad promedio.

Las pymes se preparan para un repunte en el segundo semestre en juego con los cambios internacionales y porque están superando los problemas con los trámites de importación”, afirmó ayer el consultor Eduardo D’Alessio, al analizar su encuesta de Expectativa de Empresas Pymes.
Los números, que fueron presentados el miércoles en el marco del 4º Encuentro IDEA Pymes, recogen apreciaciones de 125 dirigentes de ese segmento, de los que el 50% respondió que en el primer semestre mantuvo “resultados positivos” y que alcanzó objetivos en torno a mantener las ventas y facturación, pese a que reconocieron “una retracción de la demanda con pérdida de rentabilidad”, además de complicaciones con las nuevas metodologías de comercio exterior.
A contramano de lecturas apocalípticas, D’Alessio llamó a poner en contexto los datos y evaluó que “esa inflexión es significativa para la mitad de las empresas: hay que ver a qué segmento pertenecen; hubo un impacto, pero insignificante comparado con otras caídas”, comparó el analista, quien vaticinó para el actual semestre una mejora fundada en cambios de la coyuntura mundial, con eje en Brasil.
El titular de la consultora D’Alessio Irol dijo que las empresas que esperen mejorar sus rendimientos en el segundo semestre, en lugar de trasladar costos a precios, deberán “invertir en capacitación, modernización y mayor eficiencia”. En esa línea, otro de los problemas señalados en la encuesta fue el impacto de las paritarias en la rentabilidad: “Cerraron uno o dos puntos por encima de lo que preveían y es una preocupación porque no se puede volcar un 25% al precio. La solución es la inversión en nuevas estrategias”, apuntó el analista, quien agregó que “en lugar de trasladar, las pymes tienen que aportar más eficiencia, más inversión en maquinaria, bastante más que el año pasado, marketing: cuando la rentabilidad baja hay que aumentar el volumen”, recetó.
Uno de los indicadores importantes de la encuesta señaló que el 52% no tuvo problemas con los controles a las importaciones. Sin embargo, también fue alto el porcentaje de “perjudicados”. “El otro 48% –aclaró– tampoco tuvo problemas en sentido estricto, sino que debió afrontar nuevos trámites” desconocidos hasta entonces para las empresas chicas, lo que complicó los procedimientos, según dijo.
Un aspecto saliente de la medición informó que los empresarios no tienen previsto hacer movimientos en el campo laboral. “Hay estabilidad laboral, probablemente entre las empresas que no inviertan estarán muchas que no abran puestos de trabajo pero tampoco se prevé eliminación de empleos.”

4 de cada 10 pymes dependen de una “grande” (mejoran las expectativas para el segundo semestre)

La Encuesta de Expectativas de las Pymes realizada por la consultora D’Alessio IROL para IDEA Pyme bien puede ser tomado como una radiografía de las pequeñas y medianas empresas del país y su situación actual. Algunos de los datos son:
De cada 10 pymes:
• 8 cuentan entre sus clientes a grandes empresas.
• 4 poseen más de la mitad de su facturación basada en este segmento.
• 2 integran la cadena de valor de una gran empresa.
• Las expectativas van camino hacia la recuperación en el próximo semestre.
• La mitad tuvo resultados positivos durante el primer semestre de 2012.
• Solamente un 16% enfrentó una situación general negativa.
• Con menor ímpetu continúan las inversiones.
• Panorama de estabilidad laboral.
• 8 ven repercusiones negativas de la crisis internacional en nuestro país.
• Los acuerdos salariales promedio cerrados se encuentran 2,1% por encima de lo previsto.

Para la realización de la encuesta se entrevistaron 125 directivos de empresas pequeñas y medianas de todo el país durante el mes de agosto.

La mitad de las pymes tuvieron un buen nivel de ventas en el primer semestre

Los empresarios pymes creen que el segundo semestre del año será mejor que el que pasó, según revelaron en el cuarto encuentro anual de IDEA. Esa buena perspectiva sobre su propia empresa, discrepa con los pronósticos sobre la situación económica general.

Por Darío Gannio
La mitad de las pymes indicaron que el primer semestre del año fue positivo. Pese a que en el inicio de 2012 les fue peor de lo que esperaban, piensan que lo peor ya pasó. En concordancia con lo que vienen señalando las grandes empresas las últimas semanas, las firmas más chicas también estiman que la segunda parte del año será mejor que la primera.
Los datos fueron el resultado de la encuesta Expectativa de Empresas Pyme 2012, realizada por la consultora D’Alessio IROL y presentada ayer en el IV Encuentro Anual IDEA Pyme, frente a más de trescientos empresarios. Según el relevamiento, las pymes esperan un semestre mejor que el primero, pero sólo el 27% planea invertir en el próximo año, mientras que en 2011 ese número era de 42 por ciento. La mitad de ellas tuvieron un buen resultado general hasta ahora, mientras que un 16% calificó al semestre como “malo”. Para estos empresarios, la retracción de la demanda, la pérdida de rentabilidad y las complicaciones operativas por regulaciones al comercio fueron las principales consecuencias negativas de 2012. De los 125 directivos de empresas medianas y pequeñas consultados, tres de cada cuatro dijeron que que les fue “igual” o “peor” que en 2011 y el nivel general de las ventas fue menor que el que esperaban.
La encuesta, presentada por el director de la consultora, Eduardo D’alessio, en el Auditorio Buenos Aires, reveló que, a diferencia de lo que opinan los ejecutivos de las grandes empresas, la mayoría de los directivos de las pymes creen que la crisis internacional tendrá un impacto negativo en la Argentina. Un 70% cree que será “algo negativo” el efecto, mientras que el 12% contestó que perturbará “muy negativamente”.
También, en comparación con los “pesos pesados”, las pymes se mostraron más afectadas por la restricción a las importaciones. Casi la mitad sostuvo que se vio perjudicada por el corte a la entrada de insumos, mientras que sólo 5% dijo verse beneficiada. Los guarismos para las trabas a las compras de bienes finales fueron de 38% y 4%, respectivamente.
Grandes empresas. Uno de los aspectos relevantes de la encuesta es la alta articulación que se observa entre las pymes y las grandes empresas, ya que el 80% de las primeras tienen como clientes a las segundas. “El problema, en este caso, es que depende de un solo ‘elefante’”, dijo un empresario de una Pyme a BAE durante el evento. “Eso te da una alta vulnerabilidad, porque un día te deja de comprar y fuiste”, agregó. No obstante, sólo el 14% confirmó que le vende exclusivamente a firmas grandes, mientras que el 24% opera entre un 51% y un 75 por ciento.
En cuanto al empleo, el 12% proyecta contratar personal, mientras que el 63% “no tiene previsto cambios por el momento”. En cambio, el 33% confirmó que tiene planes de capacitación de su plantilla. En cuanto a los salarios, un 67% afirmó que las paritarias cerraron a un valor superior al previsto. Esa mayoría indicó que el promedio de los aumentos salariales se ubicó en 25,7%, cuando esperaban que ese número rondara el 23,6 por ciento. Por su parte, quienes pertenecen a sectores en los que aún no se firmaron los acuerdos paritarios, creen que cerrarán en un 24,5 por ciento. Finalmente, un 30% estimó que en lo que queda del año sus ventas aumentarán.
Según D’alessio, pese a la inflexión respecto de las expectativas de crecimiento, la pymes, en general, “sienten haber operado por encima del contexto”.
Más de trescientos empresarios se reunieron en IDEA PYME