Prevén una mayor caída en la imagen de Mauricio Macri

La desaprobación llegó a su pico por las tarifas y el dólar. Ahora, analistas estiman que seguirá en picada. En la Rosada trabajan para recuperar confianza.

En el Gobierno buscan darse ánimo, pero la realidad es que hay mucha preocupación. “Hay una caída esperable, sobre todo por las tarifas”, reconocen, y ya trabajan para resolverlo.

La mini-125 del gobierno llegó a las encuestas. Incluso antes de ordenar un acuerdo a las apuradas con el (antipático) FMI, la imagen de Mauricio Macri había alcanzado su piso desde diciembre de 2015. Y los consultores no pronostican una mejoría, al menos en el corto plazo.

La reforma jubilatoria (un ajuste, en los hechos inmediatos), más los tarifazos, la corrida cambiaria y el nivel de inflación (superior al 15% previsto) potenciaron la desaprobación al Presidente. Y ahora, en la semana en la que comenzó la negociación con el FMI, la imagen de Macri parece seguir su ritmo descendente.

Desde las elecciones de octubre de 2017, la caída promedia casi 20 puntos, según un combo de encuestas recientes. El Gobierno afirma que el descenso es mucho menor, pero se resiste a mostrar encuestas propias (en general encargadas a Isonomía). Y, a su vez, celebra la ausencia de referentes opositores que capitalicen su mal momento.

Al final de la semana más difícil para el ciclo cambiemita, un grupo heterogéneo de analistas coincide en que se abrió un escenario político riesgoso para el macrismo, al margen de los problemas económicos y financieros. Una etapa en la que el oficialismo deberá mostrar cintura y audacia para restituir la confianza perdida. Con un detalle en su contra: tras el triunfo de las legislativas, el recurso de la polarización con el kirchnerismo quedó bastante diluido.

 “El rey está desnudo. Estamos ante un punto de inflexión, aunque no conocemos la resolución final. Yo veo un problema de comunicación: primero anuncian que recurrimos al Fondo, y después nos explican que no es grave”, opina el consultor Eduardo D’Alessio.

Según una encuesta reciente de D’Alessio IROL/Berensztein (hecha online sobre 1077 casos), un 75% consideró “inadecuado” pedir ayuda al FMI, mientras que un 18% lo interpretó “adecuado, pero resistido”, y sólo el 2% como “adecuado”, según Perfil.

Pese al optimismo habitual de los voceros oficiales, en Casa Rosada admiten la dificultad de presentar como favorable una negociación urgente con el Fondo. “Comunicar que se vuelve al FMI es una confesión de fracaso. Hay pocos consensos tan amplios como el rechazo al Fondo”, asegura el director de Ibarómetro, Ignacio Ramírez. Y agrega que “la marca Cambiemos envejeció demasiado rápido, sin una belle epoque que lo sostuviera en las malas”.

En un estudio cerrado el 3 de mayo pasado, la consultora Management & Fit concluyó que Macri atraviesa su peor imagen en casi dos años y medio: un 54,9% de rechazo a la performance presidencial, contra un 35,1% de aprobación.

La encuesta, hecha a pedido de Clarín, se realizó durante una de las últimas escaladas del dólar. “La macroeconomía aguanta. El desafío del Gobierno es generar confianza. Y en estos días no lo logró: se lo vio nervioso”, señaló la directora de M&F, Mariel Fornoni.

El consultor Hugo Haime no percibe demasiados matices: “En Argentina cuando se te escapa el dólar y tenés que ir al FMI, eso se llama crisis político económica”.

Según una encuesta que terminó a fines de abril, Macri llegó a un récord negativo de 64% de desaprobación. O sea, 17 puntos menos que en septiembre pasado. “Este es un gobierno de expectativas. Y ahora se derrumbaron: pasaron de positivas a negativas”, resume el experimentado Haime.

Su colega Jorge Giacobbe señala a Cambiemos “desconcertado”. A punto de terminar una medición de 2500 casos telefónicos (previa al inicio de las negociaciones con el FMI), Giacobbe anticipa una imagen negativa del 48% para Macri.

Para Analogías, Macri también está en su piso histórico. Un estudio telefónico sobre 2820 bonaerenses (el 6 y 7 de mayo), reveló un rechazo del 60,1%, unos 20 puntos más que en octubre pasado. De acuerdo a Gustavo Córdoba y asociados, Macri perdió 7,4% de imagen positiva sólo en mayo.

Más agorero aún, el sociólogo Artemio López cree que existe un”temblor estructural”. Y suma un agravante: “El FMI restringirá la vía de la heterodoxia que había ensayado el oficialismo en 2017”. En la Rosada, en cambio, tratan de darse ánimo: “Hay una caída esperable, sobre todo por las tarifas. Pero no es terrible”, promete un asesor presidencial.

 

Publicado en IProfesional el 13/05/2018

Monitor de Humor Social y Político – Enero

EL GOBIERNO NO LOGRA REMONTAR AÚN LA CAÍDA DE DICIEMBRE

-El 2018 comienza con cierto grado de incertidumbre, asociado a los rezagos del convulsionado mes de diciembre. Los ciudadanos están alertas a cómo evolucionarán temas sensibles como la inflación, el empleo y el tipo de cambio.

-Los dirigentes del oficialismo siguen liderando el ranking de imagen positiva, pese a que todavía no retornaron a los valores de noviembre cuando predominaba el optimismo post-electoral.

-La oposición no consigue apoyarse en figuras fuertes de amplia aceptación.

Puede descargar el informe acá: EL GOBIERNO NO LOGRA REMONTAR AÚN LA CAÍDA DE DICIEMBRE

Un nuevo enfoque para resolver el problema de los piquetes

En sintonía con el proceso de reformas y acuerdos que ha puesto en marcha el Gobierno de Mauricio Macri, fundamentalmente en el plano económico, inicia la segunda etapa de su mandato con la necesidad de comenzar a resolver la situación de conflictividad persistente que se padece en las calles y las rutas del país. Este fenómeno de los cortes sistemáticos en la vía pública constituye una singularidad negativa de nuestro país, al dejar en evidencia de manera palmaria el fracaso del Estado en una de sus prerrogativas esenciales, como lo es garantizar el orden público y la libre circulación de sus ciudadanos. Y pone en entredicho la declamada intención gubernamental de mostrar que el país va hacia la normalidad.

Es cierto que, como ocurre con otras cuestiones estructurales que obstaculizan las posibilidades de desarrollo de nuestro país, la pretensión de que se puede resolver de manera simple y expeditiva un problema del nivel de complejidad de los piquetes no sería realista. La apuesta al gradualismo también aquí podría ser acertada. Pero es un hecho que, sobre todo a partir del claro triunfo electoral de medio término, ya no subsisten los principales condicionantes que pudieron haber desalentado una acción firme al respecto, fundamentalmente las dudas de gobernabilidad que pesaban sobre un gobierno no peronista.

Por el contrario, para un oficialismo que parece tener allanado el camino hacia un ciclo de varios años de gobierno, constituye un mandato dar señales convincentes de que puede llevar adelante una política razonable de orden público, aun pagando costos en el corto plazo ante una opinión pública tan proclive a fluctuar en sus posiciones. Justamente, la relevancia pública del problema en la actualidad se ve en parte reflejada desde la percepción ciudadana, como revela una encuesta reciente de D’Alessio y Berensztein que sostiene que una mayor firmeza ante los piquetes está entre los principales reclamos que se le hacen al Gobierno.

Pero son sobre todo las cifras las que acercan a una real dimensión de la magnitud de la problemática. El último informe de Diagnóstico Político muestra que si bien hubo una disminución en la cantidad total de cortes registrados en 2017 (5.221 casos) en relación con los cinco años precedentes, el que pasó fue el sexto año consecutivo en que se superó el número de cinco mil piquetes en la Argentina. Si se consideran los últimos 9 años, la cantidad total de cortes llega a la inconcebible cifra de casi 45 mil casos.

A su vez, los dos factores que en 2017 caracterizaron la dinámica de los piquetes fueron una mayor politización y un aumento de la violencia, lo que constituye un agravante por cuanto exterioriza síntomas claros de degradación institucional. La creciente politización es un proceso que se viene registrando desde el inicio del Gobierno de Cambiemos, y se explica en buena medida a partir de la actitud de organizaciones afines al kirchnerismo que, por razones obvias, hasta 2015 no fomentaban la protesta callejera. En este sentido, la realización de cortes de calle llevados a cabo por gremios estatales, organizaciones sociales y agrupaciones político-partidarias ha ganado participación y representa en torno al 70% del total, al tiempo que se redujo la cantidad de cortes espontáneos (mayormente vecinos autoconvocados, que representaron el 15% en 2017).

En lo referente a la violencia en las calles, esta se puso de manifiesto fuertemente en la segunda parte del año, sobre todo a partir de los casos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, que dieron lugar a múltiples manifestaciones, cortes y destrozos tanto en las provincias patagónicas como en Buenos Aires. Recientemente, ante el tratamiento de la reforma previsional en el Congreso, donde grupos radicalizados en connivencia con algunos sectores políticos llevaron a cabo incidentes de una gravedad inusitada.

Dos lógicas temporales para resolver la problemática

Ante este cuadro de situación, resulta claro que los piquetes representan desde hace tiempo una práctica extendida y naturalizada por distintos sectores de la población, e incluso por actores políticos que la promueven. Un reclamo sindical de empleados con altos salarios, una interna partidaria a dirimir, una protesta estudiantil o bien un corte de luz en barrios de clase media alta, se constituyeron todas en razones legítimas para cortar y transformar en caos las calles, lo que perjudica a otros ciudadanos. Se ha consolidado lo que puede denominarse una “cultura del piquete”, que evidentemente no es un fenómeno aislado, sino una manifestación más de la anomia argentina y de la ausencia del Estado.

Por lo tanto, resulta imprescindible abordar el problema desde esa complejidad, con una mirada integral. Esto, por un lado, implica atender las cuestiones y las falencias estructurales que resultan en factores detonantes de la conflictividad en las calles (pobreza, exclusión), para lo que son indispensables políticas de mediano y largo plazo, sobre todo en materia de educación y desarrollo económico, que paulatinamente vayan recomponiendo el tejido social. Es decir, reducir las condiciones objetivas que explican una parte del fenómeno.

En simultáneo, pero en lo inmediato, debe sistematizarse una política de acción preventiva y ordenadora de los conflictos en la vía pública. Esto supone la intervención de los gobiernos en sus distintos niveles según corresponda (nacional, provinciales) para dar la respuesta adecuada ante las disímiles situaciones y variadas formas que adoptan los cortes, bajo la premisa de que debe primar ante todo el respeto a la ley y el derecho de todo ciudadano a transitar libremente. Para ello será condición necesaria que las fuerzas de seguridad se desempeñen con criterio en el marco de sus protocolos de actuación, y que el Poder Judicial empiece a tener una participación responsable.

Un enfoque que armonice estas dos lógicas, del corto y del largo plazo, permitirá disminuir la conflictividad en las calles y comenzar a desarraigar la cultura piquetera. Y constituirá un paso ineludible para restaurar el Estado de derecho y reinsertar a la Argentina en las vías de un desarrollo posible.

El autor es politólogo, analista jefe en Diagnóstico Político.

 

Publicado en Infobae el 9/01/2018

El 56% de la gente cree que el PJ tratará de poner frenos y distanciarse del Gobierno

La imagen del PJ ¿Cómo imagina que será la dinámica del peronismo dentro del Congreso en los próximos dos años?

Las elecciones legislativas evidenciaron una crisis dentro del peronismo. Así lo refleja un sondeo de la consultora D Alessio IROL, que señala que el 56% de la población piensa que el PJ `tratará de frenar u obstaculizar` los proyectos que proponga el Gobierno.

El 30% sostiene que si bien avalará los proyectos del oficialismo, el peronismo marcará las diferencias en los puntos en que no coincida y apenas el 2% cree que `tratará de apoyar` las propuestas del macrismo en el Congreso.

El sondeo revela, además, que a pesar de las dificultades afrontadas por el Gobierno en el último mes, el movimiento que engloba al Partido Justicialista y al Frente para la Victoria (FPV) aún no logra reacomodarse y su fragmentación es evidente.

Los resultados señalan también que el PJ es un partido `carente de poder de fuego`, aunque sí lo suficientemente combativo para obstaculizar los proyectos del Gobierno en los próximos dos años de gestión.

La encuesta, realizada entre el 19 y 20 del mes pasado de forma oriline a 1278 personas, indica que las tensiones provocadas durante diciembre durante el debate por la reforma previsional, los despidos y las políticas del Gobierno incidieron en contra de la imagen de todo el espectro político.

Los más afectados fueron las figuras de Cambiemos. Pero si bien muchos de los máximos exponentes del peronismo mejoraron sus niveles de adhesión, aún se ubican en los puestos del fondo de la lista. En esta misma línea, el 65% de los consultados cree que el peronismo se encuentra debilitado. Sin embargo, más de la mitad coincide en que adoptará una postura más dura y combativa.

En cuanto a las elecciones presidenciales de 2019, el panorama aún no es muy preciso. Las respuestas fueron bastante diversas. El 40% considera que el Partido Justicialista se presentará de forma fragmentada y el 19% sostiene que lo hará absorbiendo a Unidad Ciudadana. Al ser consultados sobre los dirigentes capaces de liderar la eventual reorganización del PJ, el 24% mencionó a Cristina Kirchner, seguida de Juan Manuel Urtubey (17%), Miguel Pichetto (7%), Florencio Randazzo (5%), Sergio Massa (4%) y el 13% eligió `algún otro dirigente`. En tanto, el 30% sostuvo que no hay ningún político que sea capaz de rearticular el partido.

Al respecto, los votantes de Cambiemos en las elecciones de 2015 consideraron en primer lugar la figura de Urtubey (30%), mientras que el núcleo de electores del FPV destacó básicamente aCristina Kirchner (45%).

Las conclusiones del sondeo presentan a un peronismo inmerso en su `propia grieta`, en un contexto de crisis de representatividad política, con una oposición dividida y falta de líderes políticos. La mayoría de los entrevistados adherentes al FPV sostuvieron que en los próximos años les gustaría ver a un peronismo combativo, mientras que los allegados a Cambiemos esperan encontrar una oposición más dialoguista.

Publicado en La Nación el 8/01/2018.

Monitor de Humor Social y Político – Diciembre

LA CRISIS DE LA LEY PREVISIONAL IMPACTÓ NEGATIVAMENTE EN LA IMAGEN DEL GOBIERNO Y DE SUS PRINCIPALES REFERENTES

-Merma del optimismo post electoral a raíz de la incertidumbre provocada por las reformas previsionales y fiscales. El tratamiento de las mismas -y los hechos de violencia posteriores- impactan en la valoración de la situación económica.
-Por primera vez desde que iniciamos las mediciones, es negativa la percepción del futuro económico nacional.
-A pesar de las dificultades afrontadas por el oficialismo, la oposición no logra rearmarse: se percibe a un peronismo fragmentado y carente de poder de fuego.
-Las tensiones generadas durante diciembre golpean en forma directa a casi todo el espectro político y provocan un retroceso en la imagen de la mayoría de los dirigentes.

¿Cómo impacta en la imagen del Gobierno la protesta social?

Dos relevamientos dan cuenta del poco consenso, el rechazo que generó en la opinión pública y la tensión social que produjo la Reforma Previsional. Más de la mitad de los encuestados cree que perjudicará a los jubilados.

Según dos encuestas de la consultora D’Alessio IROL y de la consultora Ágora, el Gobierno nacional sufrió un impacto en su imagen tras las semanas de tensión por la aprobación de la Reforma Previsional. A primera vista, según los relevamientos, el proyecto de ley aprobado por el Congreso no tiene el suficiente consenso social entre los ciudadanos y genera más rechazos que adhesiones.

De los datos de D’Alessio IROL se desprende que la Reforma es una medida de gestión que no tiene suficiente consenso social: el 85% de los encuestados cree que es mala, de los cuales el 55% además cree que es innecesaria. El 30% considera que a pesar de ser mala era necesaria y solo un 15% la considera buena.

Ágora también releva un 53% de ciudadanos que la creen innecesaria contra un 40% que la suponían necesaria. Sin embargo 3 de cada 4 votantes de Cambiemos la consideran necesaria, por otro lado el 85% de los cercanos al kirchnerismo y el 71% de los peronistas la consideran innecesaria.

Mientras la mitad de los encuestados cree que el gobierno nacional sale debilitado de la aprobación de la reforma, pero un 61% cree que sale igual o fortalecido de los hechos de violencia ocurridos en las inmediaciones del Congreso.

El mayor golpe percibido a la imagen de la gestión fueron los cacerolazos: el 54% cree que el Gobierno sale debilitado y el 62% considera que fueron espontáneos.

Números similares muestra el relevamiento de Ágora: 55% de la población cree que la reforma perjudicará a los jubilados y solo un 9% que los beneficiará. Consecuentemente dos de cada tres está en desacuerdo con la modificación que impulsó el Gobierno y solo el 29% está de acuerdo.

Lo que sí existe es un fuerte consenso sobre el accionar de las fuerzas de seguridad frente a los disturbios o las manifestaciones que sucedieron en el Congreso: el 58% de los habitantes del AMBA cree que las FFSS deben actuar para desalojar un corte de calle, el 51% está de acuerdo con reprimir las manifestaciones y el 48% está de acuerdo con el accionar de las fuerzas en el Congreso.

Sin embargo – curiosamente – la responsable política de las fuerzas de seguridad, la ministra Patricia Bullrich es muy mal evaluada por su actuación en los incidentes del Congreso. El 52% cree que actuó mal y solo un 27% que lo hizo correctamente. Números similares de desaprobación se muestra hacia el accionar del Gobierno en general.

Los mejores evaluados en su gestión frente a los incidentes son las fuerzas de seguridad (41% a favor y 40% en contra) y la diputada oficialista Elisa Carrió, que con su juego político del jueves pasado logró un 38% de aprobación y un 40% de desaprobación.

Evaluación de gestión, imagen de dirigentes y potencialidad de voto en 2019

Por el momento la evaluación de gestión de la gobernadora María Eugenia Vidal salió indemne de la tensión reformista. A pesar de haber logrado su propia reforma previsional y la modificación de las jubilaciones del Banco Provincia la gestión provincial mantiene un 55% de evaluaciones positivas contra un 39% de negativas, lo que le deja un saldo positivo de 16 puntos.

Herida salió sin dudas la gestión nacional del presidente Macri: un 44% de positivas contra un 50 % de negativas, con un saldo neto de 6 puntos negativos. El poco consenso hacia la reforma, la represión y el cacerolazo pegaron bajo la línea de flotación de la gestión.

Respecto de la imagen personal también Vidal se mantiene en la cima de las preferencias: 6 de cada 10 habitantes del AMBA la evalúan positivamente, seguida de lejos por Carrió que tiene un 49% de aprobación.

Mauricio Macri mantiene una imagen positiva de 49%, pero con un 48% de negativa, lo que deja un magro saldo neto de 1 punto para el presidente.

Florencio Randazzo es el dirigente peronista mejor evaluado a pesar de tener un 44% de imagen positiva y un saldo neto negativo de 3 puntos. En último lugar aparece la exmandataria Cristina Kirchner con 55% de imagen negativa.

Cabe destacar que en diciembre cayeron de manera relativa a noviembre las imágenes positivas de todos los dirigentes evaluados, lo cual indica que la tensión y los incidentes de las últimas semanas hicieron mella sobre toda la clase política nacional.

Respecto del potencial voto presidencial en 2019 en diciembre creció levemente la posibilidad de un voto a CFK o candidato que ella designe respecto de noviembre, l la vez que bajó la potencialidad de un voto por Macri, Vidal o un candidato que ellos apoyen.

Situación económica, estado de ánimo nacional y principales problemáticas

Existe entre los encuestados un desfasaje entre la percepción de la situación económica nacional y la personal. Mientras un 55% cree que la economía a nivel país es positiva solo un 46% percibe su situación personal de la misma manera.

Estas percepciones sobre la economía van a contrapelo de los estados de ánimo expresados por los encuestados. A nivel país predominan la preocupación (33%), la tristeza (24%) y el enojo (15%). Solo aparece la esperanza (23%) como estado positivo y predomina únicamente entre los que expresaron cercanía partidaria con Cambiemos.

Por último las principales problemáticas nacionales percibidas son la corrupción (22%), el aumento de tarifas (17%), la pobreza (16%), el desempleo (15%) y la inseguridad (13%). La corrupción predomina como problema para el núcleo duro de votantes de Cambiemos, mientras que para el sector del peronismo (k y no-k) y la izquierda el foco está en la pobreza.

 

Publicado en El País Digital el 21/12/2017

El impacto de la reforma previsional en la sociedad: el 55% la calificó como mala e innecesaria

El analista político Sergio Berenztein habló con Lanata Sin Filtro sobre el costo político que deberá asumir el Gobierno con la aprobación de la reforma previsional.

Según un estudio de DAlessio Irol y Berenztein, la imagen del Gobierno se vio desfavorecida con la aprobación de la reforma previsional. El 55% de los encuestados opinó que la reforma fue mala e innecesaria, y para el 30% la reforma fue mala pero necesaria. A su vez, sobre la comunicación del Gobierno en relación al proyecto aprobado en Diputado el último martes por la mañana, el 76% la calificó negativamente y, solo un 7% piensa que la comunicación del Gobierno fue buena. Con respecto a esto último, el 56% dice que se enteró por los medios de qué se trataba la reforma previsional, manifestó el analista político Sergio Berenztein en diálogo con Lanata Sin Filtro.

Específicamente sobre los graves incidentes ocurridos alrededor del Congreso, la encuentra reveló que la mayoría de los ciudadanos cree que los disturbios fueron planificados, sin embargo más del 60% indicó que los cacerolazos que sucedieron durante la noche fueron espontáneos.
El kirchnermso necesita potenciar el conflicto. Por tanto, es importante la madurez en la clase política para desescalar el conflicto, destacó el analista. Quien criticó también el desempeño del Gobierno: Prometió un diálogo amplio y no existió. Hubo solo un acuerdo mínimo con los gobernadores.
Por otro lado, Berenztein subrayó que no hay que perder de vista cuál es el costo de no implementarlas -las reformas-, el cual es altísimo.

 

Publicado en Radio Mitre el 21/12/2017.

Según una encuesta, el 85% de los argentinos cree que la reforma previsional “es mala”

Luego de dos semanas de mucha tensión, el Gobierno logró que se apruebe en el Congreso la reforma previsional, cuya principal crítica de sus opositores es el cambio en la forma en que se calculan los aumentos. El Ejecutivo se ahorrará más de $ 100.000 millones con ese ajuste, pero en términos políticos el costo fue alto para su imagen ante la sociedad.

Según el Tracking de Humor Social y Político, que D’Alessio IROL efectúa en forma continua junto a Berensztein, el 85% de los argentinos cree que la reforma “es mala”. Sin embargo, ese porcentaje se compone por un 55% que considera que era “innecesaria”, y un 30% que cree que debía hacerse. En cambio, solo un 15% respalda la nueva ley.

Por otro lado, el 50% de los encuestados cree que el Gobierno quedó “debilitado” tras la sanción de la reforma, mientras que para el 28% se fortaleció. Respecto a los cacerolazos, el 62% considera que fueron espontáneos y un 54% que golpearon la imagen de la gestión de Mauricio Macri.

A diferencia de lo que respondieron sobre esas protestas callejeras, el 73% de los sondeados respondieron que los incidentes ocurridos en las inmediaciones del Congreso mientras se discutía la ley fueron “planificados”, y sólo un 13% que fueron espontáneos.

 

Publicado en Ámbito Financiero el 21/12/2017.

Repercusiones: El ajuste a los jubilados afecta la imagen del Gobierno

Así se desprende a la última encuesta realizada por D’Alessio IROL y Berensztein. El 55 % de los consultados cree que la reforma previsional es “mala e innecesaria”. Además, una porción superior de la sociedad valoró como “espontáneos” a los cacerolazos en rechazo a la medida.

Desmadre en las afueras del Congreso (foto: Federico Hernández).

CAPITAL FEDERAL (ANDigital) El último tracking de humor social y político, que D’Alessio IROL efectúa en forma continua junto a Berensztein, evaluó el impacto de la recientemente sancionada ley de reforma previsional, la cual ha impactado negativamente en la imagen del Gobierno.

La mayoría de la sociedad, el 56 %, dijo saber de la normativa sólo a través de los medios, mientras que un 38 % se jactó de conocerla en detalle, versus el 6 % que adujo desconocimiento.

En tanto, el 55 % de los encuestados considera que la reforma es “mala e innecesaria”, muy por encima del 15 % que cree que es “buena”, mientras que el 30 % opina que es “mala pero necesaria”.

Un dato llamativo es el que tiene que ver con los actos de violencia que tuvieron lugar en las inmediaciones del Congreso mientras se debatía la ley. Es que casi las tres cuartas partes de los ciudadanos aseveran que fueron “planificados”, mientras que en contraposición un 62 % indica que los cacerolazos de repudio a la medida del Gobierno fueron “espontáneos”.

Finalmente, en torno al eventual costo político que tiene la administración de Mauricio Macri por este ajuste a los jubilados, la mitad de los encuestados habla de un Gobierno que sale debilitado.

 

Publicado en AN Digital el 20/12/2017.

 

Las dudas por las reformas liman la adhesión social al Gobierno

El tiempo del fervor electoral dio paso al del apoyo con cautela. A poco más de un mes de las elecciones, la sociedad sigue con atención cuál será el desenlace del debate sobre las reformas lanzadas por el gobierno nacional y qué impacto tendrá en su vida cotidiana.

Con la discusión parlamentaria en marcha, el foco está puesto sobre la reforma tributaria, que dio sus primeros pasos en el Senado, y la del capítulo laboral, que deberá esperar al recambio legislativo del mes próximo. Y la primera reacción, es un mayor nivel de incertidumbre que el experimentado hasta el momento de pasar por las urnas.

Así lo reveló la última medición del Monitor del Humor Social y Político que elabora DAlessio Irol/Berensztein en exclusiva para El Cronista. Los resultados del estudio realizado entre los días 10 y 13 de este mes, a 1308 mayores de 18 años en todo el país, muestran que tras un trimestre en alza, se registró una leve caída en la percepción de la situación económica actual respecto del año pasado, que cayó del 55% a 51% de respuestas positivas, mientras que las negativas crecieron dos puntos hasta el 44%. Y reflejan la misma tendencia al consultar sobre la perspectiva económica para dentro de un año, con una caída de 5 puntos en las proyecciones favorables, que retroceden al 52% y un alza de 3 puntos en las que suponen un empeoramiento, que suben hasta 42%.

Si bien la imagen de los principales referentes del oficialismo se mantiene estable y la de opositores como Cristina Kirchner y Sergio Massa profundizan su deterioro, el lanzamiento de la etapa de `reformismo permanente`, como la denominó el presidente Mauricio Macri, marcó a su vez un leve retroceso en la calificación de la gestión del Gobierno, que cedió tres puntos de la buena nota hasta quedar en 53%, aunque mantuvo la mala en solo 42%.

`Pasado el ciclo electoral, la sociedad argentina entró en una etapa diferente: otros debates, prioridades y preferencias comienzan a concentrar el interés de la opinión pública. En este sentido, la última edición del Monitor presenta claves analíticas que, si bien deberán ser objeto del necesario seguimiento en los próximos meses, sugieren algunos cambios potencialmente significativos. En particular, el pico de optimismo en el cual votamos el pasado 22 de octubre parece haberse por lo menos amesetado, aunque existe evidencia de una eventual, aunque leve, reversión. Más aún, teniendo en cuenta los próximos ajustes tarifarios y el impacto negativo que el paquete enviado al Congreso habrá de tener en los sectores medios, sobre todo en materia impositiva y en los haberes de los jubilados, está tendencia incipiente podríaprofundizarse en los próximos meses`, explicó el analista Sergio Berensztein.

`La brecha entre quienes votaron en el balotaje de 2015 al Frente para la Victoria o a Cambiemos sigue explicando la mayor parte diferencias en la interpretación de la realidad`, aporta el consultor Eduardo DAlessio. Y es que a la hora de valorar las reformas, 7 de cada 10 personas que acompañaron la elección de Macri consideró que tanto la tributaria como laboral son buenas, mientras que 2 de cada 3 de quienes votaron en contra por aquel entonces, las calificó como mala.

Además, 9 de cada 10 encuestados consideró que la reforma tributaria es buena para los empresarios y dos de cada tres cree que favorecerá al país, mientras que un 71% consideró que es mala para los trabajadores y 57% que es negativa para los argentinos en general.

En cambio, sobre las modificaciones previstas en materia laboral, 51% cree que serán buenas para las empresas y solo 21% que beneficiarán al país, al tiempo que 45% considera que serán malas para los trabajadores y uno de cada tres que perjudicará a todos los argentinos.

Publicado en El Cronista el 28/11/2017