Macri intenta contagiar un optimismo que escasea

Las encuesta que llegan a Casa Rosada marcan el incremento de las miradas negativas sobre su gestión. La apuesta por el rumbo elegido y la necesidad de los acuerdos.

En Casa Rosada se leen más encuestas que diarios, se solía decir hace un tiempo para responder a los que alertaban sobre contratiempos posibles en la marcha de la administración de Cambiemos. Los pronóstico podían ser agoreros, pero varios de los funcionarios adictos a los estudios de opinión tenían números a favor para mostrar, para contrarrestar. Más en términos de expectativas que en evaluación de la gestión. Lo que cambió en estos últimos meses no fue el consumo de estos indicadores. Más bien su sentido. Desde diciembre pasado, la ponderación del Gobierno no deja de caer. También la imagen de sus principales figuras.

Los últimos que llegaron a Balcarce 50 ratifican esta idea. Por caso, el seguimiento de humor social de D´Alessio IROL, Berensztein. Con caída en la consideración del presidente Mauricio Macri, por tercer mes consecutivo y un retroceso menor de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. `Les agradezco que me estén acompañando en esta transformación de la Argentina. Estamos convencidos de que hemos tomado el camino correcto para la Argentina. Sin el aporte de ustedes, nada de esto sería posible`, aseguró el Primer Mandatario, intentando insuflarle optimismo no sólo a una sociedad más retraída, sino también a sus adherentes y varios de los funcionarios de segundas y terceras líneas, preocupados por las turbulencias que no cesan. Aunque el mensaje haya sido en un acto en el barrio porteño de Belgrano junto a fuerzas de seguridad, en homenaje a las `víctimas en cumplimiento de su deber`.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, es otra de las pieza clave del Gobierno que salió a calmar las aguas y apostar por el optimismo. Reconoció que existe `un clima tormentoso, producto de varios factores externos`, pero aseguró que el Ejecutivo `va a cumplir` su objetivo de reducir el déficit fiscal, una de las metas u obsesiones del Gobierno en estos días, con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y las negociaciones por el Presupuesto 2019 como parte del meollo. En ese sentido, el funcionario ratificó que la iniciativa de bajar el costo público `no tiene marcha atrás` y resaltó que durante la administración de Cambiemos se redujo `4 puntos el gasto en nuestro PBI, además de bajar 2 puntos de impuestos`. `Hay un avance muy concreto, como lo han expresado la mayoría de los gobernadores y los referentes opositores, en que va a haber un acompañamiento en el Presupuesto que marque ese camino del 1,3 del déficit fiscal para el año que viene`, señaló el jefe de Gabinete. En el frente externo, el Gobierno espera sumar al peronismo que llama `racional`, mientras recela del líder del Frente Renovador, Sergio Massa, y por supuesto, del kirchnerismo. Apuesta a una negociación cara a cara, uno a uno, con los gobernadores, que intentarán plantearle una estrategia común. Mientras que en el frente interno, Cambiemos también tiene sus dudas y resquemores. Cierto tensión menor con el radicalismo que pide no quedar afuera de las reuniones decisivas y cierto enojo, también menor, de los gobiernos propios de Ciudad y provincia de Buenos Aires por los costos que les puede tocar asumir.

Publicado en El Economista el 03/07/2018

El gobierno ratifica aumentos de luz y gas en medio del creciente malestar social

Importantes consultoras privadas coincidieron en que el tarifazo energético está al tope de las preocupaciones de los argentinos y advirtieron que el descontento va en ascenso. Sin embargo, el nuevo ministro de Energía avisó que en septiembre y octubre habrá nuevos aumentos.

Los tarifazos energéticos ganan  cada vez más espacio en la larga lista de asignaturas que profundizan el malestar popular con la política económica de Cambiemos, sin embargo el flamante ministro de Energía, Javier Iguacel, confirmó este domingo que los aumentos de la luz y el gas continuarán en septiembre y octubre.

En una entrevista con el canal América, el ministro definió que la energía “nos cuesta el doble de lo  que estamos pagando” por lo que adelantó que la idea del gobierno nacional es “seguir con una corrección” de las facturas que pagan los usuarios.

Estudios recientes hacen hincapié en la incidencia de los aumentos de los servicios públicos en el malhumor social en relación con la orientación de la política económica.

La consultura Kantar TNS, especialista en temas de consumo masivo, ubicó al problema de los aumentos de los servicios como una de la claves del pesimismo con la economía nacional. Según la fuente, las expectativas económicas (IGEE) cayeron un 7% en mayo en relación con mismo mes del año pasado y un 2% en relación con abril pasado.

La investigadora Mercedes Ruiz Barrio explicó que la depreciación de ese indicador “se observa por una marcada incertidumbre respecto a la situación futura y su impacto en la vida y consumo personal”.

A una conclusión similar llegó la consultora D’Alessio Irol, cuya última encuesta arrojó que los sucesos económicos recientes “acentuaron la crítica del presente y el pesimismo hacia el futuro”.

Un 78% de los consultados definió la situación económica como Peor y Mucho Peor respecto de 2017; mientras que un 57% prevé que el contexto será Peor o Mucho Peor en 2019. Un 55% cree que la actividad crecerá menos a partir del acuerdo con el FMI.

En ese contexto, la Inflación pica a la cabeza de las preocupaciones más grandes de los encuestados (el 72% piensa que este año será mayor a la esperada) y los Aumentos de Luz y Gas aparecen en el tercer lugar detrás de la Inseguridad. La categoría Otros Aumentos figura en el cuarto puesto.

Pese al malestar en ascenso, en la entrevista del domingo, Iguacel hizo malabares para argumentar la necesidad de volver a remarcar los valores al público.

“La luz y el gas –señaló- tienen tres componentes en la factura. Uno que es la energía en sí misma, producir, el otro es el transporte y el otro la distribución”. Y en ese marco diferenció que: “Del transporte y la distribución, las tarifas ya están corregidas. Ya no hay más aumento salvo la corrección por inflación. Que es la mitad de la boleta”.

Según el ministro, el resto de la factura consta de “el costo de generación” y advirtió a propósito que “todavía tenemos un costo muy grande porque seguimos importando”.

A partir de esos factores, el funcionario justificó que “la diferencia entre lo que nos cuesta y pagamos es de 2 a 1. Nos cuesta el doble de lo que estamos pagando. Ahí debemos seguir con una corrección”, arguyó.

En ese oden, Iguacel agregó: “El Presidente nos dijo que hay que mantener las reglas de juego y estar integrados al mundo. Generar competencia y que haya una economía sana”, declaró pero advirtió: “También nos pidió que nos aseguremos que la gente y las PyMEs puedan afrontarlas”, moderó.

Publicado en Tiempo Argentino el 02/07/2018

La imagen del Gobierno sigue en baja y hay escepticismo sobre el acuerdo con el FMI

Ocho de cada diez argentinos cree que la situación está peor que hace un año y pocos confían en que el salvataje del organismo sea la solución. Los números.

La imagen del Gobierno nacional, que tocó un techo tras las elecciones legislativas de 2017, no detiene la caída que comenzó con la reforma previsional de diciembre. La aprobación de la gestión de Cambiemos, y del presidente Mauricio Macri atraviesa sus peores meses. Para colmo, las expectativas de que la economía mejore en el próximo año, uno de los motores de la esperanza que impulsaba al oficialismo, sigue en picada gracias a la devaluación y la inflación de los últimos meses. Así se desprende de la encuesta del Monitor del Humor Social elaborado por D’Alessio IROL / Berensztein, a la que accedió Perfil este lunes.

En primer lugar, existe un pico de pesimismo respecto de la visión sobre el presente y el futuro de la economía nacional, a partir de los efectos que la corrida cambiaria. Respecto de la actualidad económica, 78% encuestados ya observa que el escenario empeoró en los últimos 12 meses, mientras que un 57% cree dentro de un año habrá retrocedido más.

A su vez, solo un 14% de los entrevistados se mostró seguro de que el préstamo del Fondo Monetario Internacional servirá para evitar una crisis y apenas un 26% lo estima como probable. Un 55% estima que la economía crecerá menos y un 72%, que habrá más inflación

El estudio fue realizado durante junio, incluyó a 1477 adultos en todo el país, y exhibe una pérdida de confianza en la gestión del Gobierno y de la imagen de los principales dirigentes del oficialismo como consecuencia política.

En el estudio, también como consecuencia política, se observa una pérdida de confianza en la gestión del Gobierno y de la imagen de los principales dirigentes del oficialismo, que se contrapone con el crecimiento de un dirigente opositor con experiencia en el manejo de crisis, como es el caso del ex ministro de Economía Roberto Lavagna, quien encabeza la lista de líderes políticos con un 55% de imagen positiva, que incluye la aprobación del 48% de quienes votaron por Mauricio Macri en 2015 y del 61% de los que lo hicieron por Daniel Scioli, en aquella ocasión.

Imágenes en picada. La imagen de Macri continúa con la brecha entre apreciaciones negativas y positivas que comenzó en diciembre pasado. La imagen favorable cayó a 41%, el valor más bajo de su gestión presidencial, y la negativa trepó a 54%, también un récord desde que asumió.

Como contrapartida, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner parece haber comenzado a cerrar esa misma brecha: su imagen positiva creció al 30%, pero la negativa se mantiene en 64%. La diferencia entre una y otra se achica cada vez que el Gobierno de Cambiemos tropieza. Para Elisa Carrió, otra figura polarizante, la imagen positiva cayó a 44% y la negativa subió a 51%, la primera vez que se registra una diferencia en contra en los últimos dos años. En el caso de María Eugenia Vidal, mantiene la valoración positiva (53%) sobre la negativa (42%).

Publicado en Perfil el 02/07/2018

Pesimismo sobre la economía: la mayoría de los argentinos cree que su situación será peor el año que viene

Según los datos de una encuesta privada, el 57% tiene expectativas negativas sobre su economía

La crisis cambiaria que provocó la búsqueda de un acuerdo con el FMI y la reciente devaluación del dólar, que ya acumula más de 55% en el año, golpearon fuerte en las expectativas de los argentinos: el 57% cree que su situación económica será peor o mucho peor en el próximo año. También cayó levemente la cantidad de proyectos personales —compra de viviendas, cambio del auto, vacaciones— que implican un desembolso de dinero.

Los datos corresponden a una encuesta realizada en junio por la consultora D’Alessio Irol, entre más de 1.400 encuestados en forma online, en todo el país. Consultados sobre la situación económica actual, el 78% tiene una visión negativa si la compara con la del año anterior. Esta tendencia crítica comenzó a fines de 2016 y sigue en aumento: en enero pasado, por ejemplo, el porcentaje negativo se ubicaba en 57% .

Entre los que votaron a Mauricio Macri, hay un cambio de percepción sobre la situación económica, siempre en la comparación con el año anterior. En abril, del total de los votantes de Cambiemos, la mayoría —el 52%— creía que la economía estaba mejor que el año anterior, en mayo ese porcentaje cayó al 34% y hoy se ubica en el 31%.

El “regreso al FMI” generó alerta en los ciudadanos: el 48% lo rechazó y lo consideró la “peor opción”. Este porcentaje sube al 83% en el caso de los votantes del FPV y cae al 37% para los votantes de Cambiemos. El 56% de los encuestados no creen o no están seguros de que el acuerdo con el Fondo  Monetario sirva para evitar una crisis mayor.

También hubo una caída en la intención de concretar proyectos personales que impliquen un gasto o inversión de dinero durante este año. El porcentaje de personas dispuestas a llevarlos a cabo cayó de 57% en mayo a 51% en junio.

Entre los proyectos de largo plazo, solo el 24% considera que podrá cambiar de casa o hacer arreglos y el 10% que podrá destinar dinero a un auto (comprar o cambiar). En el mediano plazo, apenas 11% cree que podrá cancelar sus deudas. Y en el corto plazo, un 30% asegura que realizará salidas o vacaciones y el 13% que se comprará ropa. Entre los que tienen proyectos, la mayoría cree que podrán pagarlos gracias a ahorros (37%) y el 22% recurrirá a ayuda financiera.

Con todo, el foco de las preocupaciones sigue siendo la economía cotidiana (inflación, aumentos en la luz y el gas, presión impositiva) y la inseguridad.

Publicado en Infobae el 03/07/2018

Por la situación económica se acentúa la caída de imagen de Macri y su gestión

El descontento por la situación económica y el pesimismo sobre el futuro están pegando cada vez con más fuerza en la imagen que la opinión pública tiene del presidente Mauricio Macri. Mediciones de la última semana dan cuenta de que en las encuestas se profundizan las sensaciones negativas hacia la gestión de Cambiemos.

Por caso, un sondeo de Grupo de Opinión Pública que mide el Humor Social asegura que éste alcanzó en mayo un nivel de 62,3% negativo y 37,3% positivo. Se trata de los picos más alto y bajo, respectivamente, desde enero de 2016.

Distintas consultoras coinciden en el deterioro de la consideración de la población sobre la situación del país. Por ejemplo, un informe de D’Alessio Irol marcó que en junio la gestión alcanzó un máximo de 61% de desaprobación y un piso de 36% la aprobación. Es la brecha más grande entre las curvas desde que comenzó el ciclo Macri.

Consultados sobre la situación económica, 8 de cada 10 responden que es “peor o mucho peor” que el año pasado y el 57% no ve mejoras para 2019. Más de la mitad no cree que el acuerdo con el FMI mejore la situación y un 72% considera que la inflación será mayor a la esperada.

Así, para D’Alessio Irol la imagen negativa de Macri llegó a 54%, su registro más alto desde que es Presidente; mientras que la positiva se hundió hasta 31%. En sintonía también cayó fuerte la de la diputada Elisa Carrió, aunque en este caso -por la fecha de la medición- se vincula con su actitud durante el debate por el aborto. Por primera vez su imagen negativa superó ampliamente a la positiva: 51% contra 44%.

Asimismo, una medición de la consultora CEIS también arrojó que el 62% “desaprueba” la gestión de Macri, mientras que el 38 % la “aprueba”. “Observamos que la aprobación de la gestión cae consecutivamente en los últimos meses. El año 2018 comenzó con una distribución de una mitad de población aprobando y otra mitad desaprobando, paridad que se mantenía desde los últimos meses del 2017. Desde los primeros meses del corriente año, la aprobación fue paulatinamente descendiendo mes a mes”, se señala el informe.

“La percepción sobre la situación económica y las políticas en la materia son el principal punto oscuro en la evaluación presidencial. Con relación a las respuestas de los entrevistados en cuanto a la comparación de la economía respecto del 2017, el 65% piensa que la economía ha ’empeorado’. Al observar las respuestas acerca de la situación económica del país en el presente, un 32% de los encuestados sostiene que es mala y el 31% piensa que es muy mala. Mientras que el 35% tiene una evaluación positiva y considera que es buena o muy buena. En cuanto a las expectativas a futuro, un 16% de los encuestados sostiene que la economía ‘seguirá igual’, sin embargo las expectativas de ‘mejora’ económica alcanzan a un 25% de la población, mientras que casi 6 de cada 10 encuestados creen que la misma empeorará”, añade.

Con relación al aumento de tarifas de luz, gas y transporte, casi 2 de cada 3 encuestados respondió estar “poco de acuerdo” o “nada de acuerdo” con el aumento de tarifas de los servicios, y el 60% los considera desmedido. Sin embargo, responsabilizan mayormente al gobierno anterior.

Acerca del aumento del dólar, el 71 % de la población responde que lo afecta, mientras que al 20% de los encuestados no es afectado. En cuanto a la decisión del gobierno de volver al FMI, el 16 % de la población está “muy de acuerdo” y el 22% esta “algo de acuerdo”. Mientras que el 19% “esta poco de acuerdo”, aumentando en proporción en un 43% aquellos que están “nada de acuerdo”.

Se suma a estos relevamientos el Monitoreo Nacional de Ricardo Rouvier & Asociados de junio, que concluye: “Algunos factores que habían empujado la imagen del oficialismo hacia abajo, en las últimas semanas lograron cierta estabilidad y esto se traduce en que la tendencia descendente se detuvo. No obstante, sigue siendo más negativa que positiva tanto la imagen de Macri como de la gestión de su gobierno. En cambio, las expectativas económicas siguen cayendo y se prevé un aumento generalizado de los precios de bienes y servicios. Es decir que una gran mayoría de la población no cree que la inflación vaya a disminuir”.

Para Rouvier, la imagen negativa de Macri está en 58,8%, mientras que la negativa es de solo 37,4%. Si bien es cierto que atravesó período peores en esta medición, la curva actual es totalmente inversa a la que presentaba cuando asumió el jefe de Estado, cuando partió de un 71% positivo y 26% negativo.

La imagen de la gestión de Gobierno no está mejor: 61,8% la rechaza y 33,1% la aprueba. Mientras que las expectativas económicas se encuentran en su peor momento. Tanto es así que 69,4% no cree que baje la inflación.

Tanto la medición de Rouvier como la de CEIS arrojan que la intención de voto a Macri para las elecciones del año que viene, en las que el Presidente buscaría su reelección, no superan el 37%.

Publicado en Ámbito el 02/07/2018

La crisis cambiaria activa el pesimismo y diluye el capital político de Macri

Ocho de cada diez personas cree que la situación es peor que hace un año y pocos confían en el éxito del acuerdo con el FMI. Cae la imagen de líderes oficialistas

Alarmada por la devaluación del peso y el alto nivel de inflación, la sociedad observa con profunda preocupación la situación económica y pocos creen que el acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional logre evitar una crisis.

Así lo revela la última entrega del Monitor del Humor Social elaborado por por D’Alessio IROL/Berensztein en exclusiva para El Cronista, que mostró un pico de pesimismo respecto de la visión sobre el presente y el futuro de la economía nacional, a partir de los efectos que la corrida cambiaria provoca sobre el poder adquisitivo y la actividad.

El estudio, realizado durante el mes pasado a 1477 adultos en todo el país, exhibe también, como consecuencia política, una pérdida de confianza en la gestión del Gobierno y de la imagen de los principales dirigentes del oficialismo, que se contrapone con el crecimiento de un dirigente opositor con experiencia en el manejo de crisis, como es el caso del ex ministro de Economía Roberto Lavagna, quien encabeza la lista de líderes políticos con un 55% de imagen positiva, que incluye la aprobación del 48% de quienes votaron por Mauricio Macri en 2015 y del 61% de los que lo hicieron por Daniel Scioli, en aquella ocasión. Si bien no sufre el desgaste de la gestión, como es el caso de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, que aún registra un 53% de adhesiones, cuatro puntos menos que el mes previo pero 12 más que los que posee el Presidente.

Respecto de la actualidad económica, 78% encuestados ya observa que el escenario empeoró en 12 meses, mientras que un 57% cree dentro de un año habrá retrocedido más.

El economista señaló que “no se sabe qué va a pasar esta semana” ya que el tipo de cambio está todavía “buscando un equilibrio”.

“El monitor confirma el deterioro y el desgaste que la corrida cambiaria tuvo en las figuras más importantes del Gobierno y en la percepción que tiene la sociedad sobre la realidad económica. La meseta que se había logrado a mediados de mes era totalmente transitoria y pasó rápido dando lugar a la nueva volatilidad de la semana pasada”, señaló Sergio Berensztein.

En la misma línea, Eduardo D’Alessio consideró que “el impacto de la devaluación sumado a las nuevas perspectivas inflacionarias y la sensación de que los cambios de Gabinete no han llegado a solucionar los problemas de fondo de la crisis del mes de mayo, han hecho de junio un horizonte de menor percepción de bienestar, mientras continúa disminuyendo el optimismo hacia el futuro”.

“Esto potencia la imagen negativa del acuerdo con el FMI porque parece haber sido una medida extrema y de la cual todavía la población no ve ventajas apreciables”, agregó.

En efecto, solo un 14% de los entrevistados se mostró seguro de que el préstamo servirá para evitar una crisis y apenas un 26% lo estima como probable. Un 55% estima que la economía crecerá menos y un 72%, que habrá más inflación. La desconfianza reina entre los opositores. Pero también es fuerte entre los oficialistas, ya que solo un 26% está seguro de que dará resultado.

Así, la delicada situación económica diluye el capital político del oficialismo. En tiempos de recesión “hay que empezar a entender cuáles son los atributos que la sociedad va a buscar en los eventuales candidatos o en las ofertas que se van a organizar en los frentes electorales”, señala Berensztein y agrega que “es evidente que vamos hacia una elección en la que lo económico va a ser prioridad, mucho más que la seguridad y otros aspectos como la transparencia”.

El analista considera que “eso explica en parte por qué la cifra de Lavagna. Tiene que ver con esta demanda de atributos, de gente con capacidad y experiencia de gestión en temas que son prioritarios para la sociedad”, al tiempo que D’Alessio sostiene que “la ausencia de una alternativa parece no ser suficiente barrera de contención como para asegurar una reelección de Mauricio Macri”.

Publicado en El Cronista el 02/07/2018

Lavagna ya dio el visto bueno para que trabajen en su candidatura

Su equipo de confianza, encabezado por Miguel Peirano y su hijo Marco, avanza en el armado de una eventual postulación presidencial, que se materializaría si Macri no logra estabilizar la economía y se concreta un acuerdo con el peronismo.

Cada vez que le preguntan si en 2019 volverá a ponerse el traje de candidato presidencial, Roberto Lavagna responde con buenas frases: “Hay que dejarle lugar a los jóvenes”, repite por estos días sin negar ni aclarar nada. Hasta ahora, el economista siempre se mostró desinteresado en volver al ruedo. Pese a mantener su gran ego intacto, creía que su tiempo ya había pasado y que había que apostar a las nuevas generaciones. Pero las cosas cambiaron y esa posibilidad tomó fuerza entre propios y extraños por la caída en la confianza que sufre el Gobierno y la ineficacia de la oposición -en especial del peronismo- para capitalizar ese desgaste. Según pudo saber 3Días de fuentes de su entorno, Lavagna ya dio el visto bueno para que su equipo de confianza -encabezado por Miguel Peirano y su hijo Marco- comience a trabajar en su candidatura, que podría materializarse si Mauricio Macri no logra estabilizar la crisis y avanzan las negociaciones de sus delfines con el peronismo.

Son varios los sectores del justicialismo que vienen fogoneando la postulación de Lavagna. Con hocico de lebrel, el primero en considerar que el ex ministro de Economía es “el hombre para ser candidato y restaurar al peronismo en el poder en 2019” fue el ex presidente Eduardo Duhalde. “La Argentina necesita un Gobierno de transición de cuatro años para ordenar las cosas. Y Lavagna es un hombre muy experimentado”, propuso el bonaerense en declaraciones a varios programas de radio la semana pasada.

Otro sector del peronismo -cuya cara visible es Miguel Pichetto- también se ilusiona con que la figura del ex funcionario de Duhalde, ricardo alfonsin  y nestor kirchner logre superar las viejas antinomias y aglutine a la fuerza detrás de su postulación. Las negociaciones con el Frente Renovador de Sergio Massa -en el que está enrolado el ex ministro- están a la orden del día y se suceden bajo el más absoluto hermetismo. Pero la condición del equipo de Lavagna es clara: trabajar para que su jefe no aparezca como el candidato del peronismo sino como la cabeza de una coalición más amplia en la no estaría incluido el kirchnerismo. “No hace falta que sea el candidato del peronismo, sino de una construcción entre parte del PJ y otras fuerzas. Desde hace rato, en el país ganan frentes electorales, no candidatos puros”, dice un hombre de su equipo.

El razonamiento es simple: creen que en el electorado crece el rechazo por igual hacia Mauricio Macri y Cristina Kirchner, y que la mayoría ya no es ni macrista ni kirchnerista puro.

Los últimos resultados del monitor de credibilidad que realizan mensualmente las firmas Taquión y Trespuntozero confirma esta tendencia, así como la baja credibilidad que tienen en general las figuras públicas e institucionales. El 70% cree que el país no es confiable. Cuando hablan, solo el 33,4% le cree al Presidente y el 33,1% a Cristina Kirchner. Con todo, a la oposición le va peor que al oficialismo. “Quizá lo que más explica la falta de crecimiento de la oposición ante los problemas del Gobierno es que cuando el Gobierno dice que trabaja para mejorar el futuro de todos los argentinos, el 33,5% le cree. Ahora, cuando se le pregunta lo mismo respecto de cuando lo dice la oposición sólo lo hace el 21,4%. La oposición está enmarcada frente a la sociedad como un conjunto de gente que sólo está trabajando para recuperar el poder, no está pensando en mejorar la realidad del pueblo”, explica Sergio Doval, director de Taquión. Pero cree que Lavagna podría ser “un cisne negro” para el Gobierno.

Pues bien, no sorprende que el peronismo busque colgarse de la buena estrella del ex ministro. Es que el ex funcionario es uno de los pocos candidatos de la oposición que tiene una alta imagen positiva y podría obtener votos de distintas fuentes. Según el Monitor de Humor Social y Político realizado por las consultoras D’Alessio IROL y Berensztein, Lavagna se ubica tercero en el ránking de posicionamiento de dirigentes, con un 49% de imagen positiva y 35% negativa, detrás de María Eugenia Vidal (57% positiva y 37% negativa) y Elisa Carrió (51% positiva y 43% negativa). En el cuarto puesto aparece Macri con el 45% de imagen positiva y el 48% negativa. Cómo se ve, la crisis impacta negativamente en la imagen de gestión, no así en los referentes de Cambiemos. Por caso, José Manuel Urtubey registra un 32% de imagen favorable y un 48% en contra, mientras Sergio Massa va a la cola de la fila, con tan sólo 10% de imagen positiva y un 80% de negativa. Algo que podría llevarlo a construir una alternativa opositora de la mano de Lavagna en la provincia de Buenos Aires, el talón de Aquiles del espacio.

Aunque no se trata de intención de voto sino de imagen del potencial candidato, Sergio Berensztein -titular de la consultora que lleva su nombre- afirma que ambas variables están relacionadas.

“Lavagna tiene tres cosas a favor que son bastante inusuales: arrastra votos de otras fuerzas políticas, algo que pocos líderes de la oposición logran. Lo votan peronistas, radicales y votantes de Cambiemos que están decepcionados. Es, además, uno de los pocos políticos que entiende de economía. Y el tercer atributo, muy tentador, es que sería un presidente para un solo mandato, debido a su edad. Eso lo vuelve muy atractivo como solución contingente”, analiza Berensztein.

En síntesis, al peronismo le cierra que el economista de 76 años sea un candidato de transición, una suerte de bombero que apague el incendio y se vaya a su casa. Les daría tiempo así a los caciques peronistas -que en octubre perdieron en las elecciones legislativas locales- a concentrarse en el armado electoral en sus propios terruños, de cara al 2023.

Menos Cristina, la opositora con mejor intención de voto, que no supera el 25% promedio en las encuestas, y con techo muy definido, todos los candidatos peronistas tienen chances de crecer y construir una candidatura.

Para Lavagna, que siempre tuvo ambiciones presidenciales, llevarse el bronce al final de su carrera política no sería nada despreciable. Incluso Pichetto podría ser el compañero de fórmula que selle el acuerdo, según una versión echada a rodar en base a los buenos números que arroja esa dupla en una encuesta.

La gran incógnita por estas horas es que hará Margarita Stolbizer, socia en la última elección de Sergio Massa. ¿Estaría la titular del GEN dispuesta a apoyar la candidatura del economista? Fue precisamente la postulación presidencial de Lavagna con el sello de la UCR, y en una fórmula con Gerardo Morales, el principal motivo por el que la dirigente pegó el portazo en 2007 y se fue del centenario partido. Pero ya se sabe: en la Argentina, todo es posible.

Publicado en Tres Líneas el 29/06/2018

Por qué Lavagna puede ser un cisne negro para Cambiemos

Su equipo de confianza, encabezado por Miguel Peirano y su hijo Marco, avanza en el armado de una eventual postulación presidencial, que se materializaría si Macri no logra estabilizar la economía y se concreta un acuerdo con el peronismo.

Cada vez que le preguntan si en 2019 volverá a ponerse el traje de candidato presidencial, Roberto Lavagna responde con buenas frases: “Hay que dejarle lugar a los jóvenes”, repite por estos días sin negar ni aclarar nada. Hasta ahora, el economista siempre se mostró desinteresado en volver al ruedo. Pese a mantener su gran ego intacto, creía que su tiempo ya había pasado y que había que apostar a las nuevas generaciones. Pero las cosas cambiaron y esa posibilidad tomó fuerza entre propios y extraños por la caída en la confianza que sufre el Gobierno y la ineficacia de la oposición -en especial del peronismo- para capitalizar ese desgaste. Según pudo saber 3Días de fuentes de su entorno, Lavagna ya dio el visto bueno para que su equipo de confianza -encabezado por Miguel Peirano y su hijo Marco- comience a trabajar en su candidatura, que podría materializarse si Mauricio Macri no logra estabilizar la crisis y avanzan las negociaciones de sus delfines con el peronismo.

Son varios los sectores del justicialismo que vienen fogoneando la postulación de Lavagna. Con hocico de lebrel, el primero en considerar que el ex ministro de Economía es “el hombre para ser candidato y restaurar al peronismo en el poder en 2019” fue el ex presidente Eduardo Duhalde. “La Argentina necesita un Gobierno de transición de cuatro años para ordenar las cosas. Y Lavagna es un hombre muy experimentado”, propuso el bonaerense en declaraciones a varios programas de radio la semana pasada.

Otro sector del peronismo -cuya cara visible es Miguel Pichetto- también se ilusiona con que la figura del ex funcionario de Duhalde, Raúl Alfonsín y nestor kirchner logre superar las viejas antinomias y aglutine a la fuerza detrás de su postulación. Las negociaciones con el Frente Renovador de Sergio Massa -en el que está enrolado el ex ministro- están a la orden del día y se suceden bajo el más absoluto hermetismo. Pero la condición del equipo de Lavagna es clara: trabajar para que su jefe no aparezca como el candidato del peronismo sino como la cabeza de una coalición más amplia en la no estaría incluido el kirchnerismo. “No hace falta que sea el candidato del peronismo, sino de una construcción entre parte del PJ y otras fuerzas. Desde hace rato, en el país ganan frentes electorales, no candidatos puros”, dice un hombre de su equipo.

El razonamiento es simple: creen que en el electorado crece el rechazo por igual hacia Mauricio Macri y Cristina Kirchner, y que la mayoría ya no es ni macrista ni kirchnerista puro.

Los últimos resultados del monitor de credibilidad que realizan mensualmente las firmas Taquión y Trespuntozero confirma esta tendencia, así como la baja credibilidad que tienen en general las figuras públicas e institucionales. El 70% cree que el país no es confiable. Cuando hablan, solo el 33,4% le cree al Presidente y el 33,1% a Cristina Kirchner. Con todo, a la oposición le va peor que al oficialismo. “Quizá lo que más explica la falta de crecimiento de la oposición ante los problemas del Gobierno es que cuando el Gobierno dice que trabaja para mejorar el futuro de todos los argentinos, el 33,5% le cree. Ahora, cuando se le pregunta lo mismo respecto de cuando lo dice la oposición sólo lo hace el 21,4%. La oposición está enmarcada frente a la sociedad como un conjunto de gente que sólo está trabajando para recuperar el poder, no está pensando en mejorar la realidad del pueblo”, explica Sergio Doval, director de Taquión. Pero cree que Lavagna podría ser “un cisne negro” para el Gobierno.

Pues bien, no sorprende que el peronismo busque colgarse de la buena estrella del ex ministro. Es que el ex funcionario es uno de los pocos candidatos de la oposición que tiene una alta imagen positiva y podría obtener votos de distintas fuentes. Según el Monitor de Humor Social y Político realizado por las consultoras D’Alessio IROL y Berensztein, Lavagna se ubica tercero en el ránking de posicionamiento de dirigentes, con un 49% de imagen positiva y 35% negativa, detrás de María Eugenia Vidal (57% positiva y 37% negativa) y Elisa Carrió (51% positiva y 43% negativa). En el cuarto puesto aparece Macri con el 45% de imagen positiva y el 48% negativa. Cómo se ve, la crisis impacta negativamente en la imagen de gestión, no así en los referentes de Cambiemos. Por caso, José Manuel Urtubey registra un 32% de imagen favorable y un 48% en contra, mientras Sergio Massa va a la cola de la fila, con tan sólo 10% de imagen positiva y un 80% de negativa. Algo que podría llevarlo a construir una alternativa opositora de la mano de Lavagna en la provincia de Buenos Aires, el talón de Aquiles del espacio.

Aunque no se trata de intención de voto sino de imagen del potencial candidato, Sergio Berensztein -titular de la consultora que lleva su nombre- afirma que ambas variables están relacionadas.

“Lavagna tiene tres cosas a favor que son bastante inusuales: arrastra votos de otras fuerzas políticas, algo que pocos líderes de la oposición logran. Lo votan peronistas, radicales y votantes de Cambiemos que están decepcionados. Es, además, uno de los pocos políticos que entiende de economía. Y el tercer atributo, muy tentador, es que sería un presidente para un solo mandato, debido a su edad. Eso lo vuelve muy atractivo como solución contingente”, analiza Berensztein.

En síntesis, al peronismo le cierra que el economista de 76 años sea un candidato de transición, una suerte de bombero que apague el incendio y se vaya a su casa. Les daría tiempo así a los caciques peronistas -que en octubre perdieron en las elecciones legislativas locales- a concentrarse en el armado electoral en sus propios terruños, de cara al 2023.

Menos Cristina, la opositora con mejor intención de voto, que no supera el 25% promedio en las encuestas, y con techo muy definido, todos los candidatos peronistas tienen chances de crecer y construir una candidatura.

Para Lavagna, que siempre tuvo ambiciones presidenciales, llevarse el bronce al final de su carrera política no sería nada despreciable. Incluso Pichetto podría ser el compañero de fórmula que selle el acuerdo, según una versión echada a rodar en base a los buenos números que arroja esa dupla en una encuesta.

La gran incógnita por estas horas es que hará Margarita Stolbizer, socia en la última elección de Sergio Massa. ¿Estaría la titular del GEN dispuesta a apoyar la candidatura del economista? Fue precisamente la postulación presidencial de Lavagna con el sello de la UCR, y en una fórmula con Gerardo Morales, el principal motivo por el que la dirigente pegó el portazo en 2007 y se fue del centenario partido. Pero ya se sabe: en la Argentina, todo es posible.

Publicado en El Cronista el 28/06/2018

Monitor de Humor Social y Político – Junio

-Los sucesos económicos recientes acentuaron la crítica del presente y el pesimismo hacia el futuro.

-Los votantes del actual Gobierno sienten que aún no recibieron lo que esperaban, pero mantienen su confianza en la gestión.

-Pese a la leve caída en junio, siguen vigentes los proyectos personales que implican dinero y la intención de afrontarlos con ingresos propios y el apoyo de las tarjetas.

-Inflación e inseguridad continúan siendo los temas preocupantes más recurrentes. Muestran interés por la corrupción, con foco en el pasado o el presente según posicionamiento político. Electores de Cambiemos: sostienen reclamos por movilizaciones/piquetes y subsidios indiscriminados; Votantes del FPV hacen mayor hincapié en la economía cotidiana: tarifas, desempleo y deudas.

-El acuerdo con el FMI no sería un motivo de celebración. Se trataría de una mala decisión a rechazar (según opositores) o de un mal necesario para evitar una crisis, por lo cual todo el arco político debería acompañar (según oficialistas).

-Cae la imagen de las principales figuras políticas en el último mes. De todas maneras, los dirigentes de Cambiemos (encabezados por Vidal, Carrió y Macri) conservan una distancia significativa sobre los opositores.

Informe completo: Monitor de Humor Social y Político – Junio

Los dilemas de la oposición le dan aire a Cambiemos para 2019

Tres hipótesis de por qué al peronismo se le hace difícil capitalizar el desgaste del gobierno.

Hasta ahora, durante los 31 meses que lleva Cambiemos en la gestión, los partidos y líderes de oposición fueron incapaces de capitalizar en términos políticos y electorales el natural desgaste experimentado por el gobierno. Esto incluye, ciertamente, los denominados “errores no forzados” que todas las administraciones padecen y que suelen acelerar la pérdida de imagen. ¿A qué se debe este fenómeno? ¿Cambiará acaso con la reciente crisis cambiaria y la previsible recesión que tendremos al menos por los próximos dos trimestres? Se trata de dos interrogantes cruciales para entender la dinámica del proceso electoral de cara al 2019. Sobre todo por el hecho de que, si no aprovechamos el próximo martes la gran oportunidad que nos han dado nuestros hermanos nigerianos, los potenciales competidores, que estaban preparados para comenzar sus respectivas campañas ni bien termine el Campeonato Mundial de Rusia, se verán obligados a acelerar sus planes originales. Ojalá que esto no ocurra y que nuestra querida Selección se reponga rápidamente del papelón del jueves pasado. En un país tan futbolizado como el nuestro, a nadie le puede sorprender que el calendario de la política esté concebido en función de un torneo de semejante envergadura.

La primera

No hay uno o varios partidos de oposición con la organización y los recursos necesarios como para justamente aprovechar oportunidades como estas. En efecto, el sistema de partidos está enormemente desgastado en la Argentina. Se trata de maquinarias electorales vetustas, muy oxidadas, que se ponen cada dos años en valor gracias a que aún tenemos un sistema de votación absurdo y arcaico en el que los punteros y los fiscales tienen vital importancia. A propósito, esto explica la escasa (o nula) voluntad para introducir modificaciones sencillas como la boleta única, como ocurre actualmente en las elecciones provinciales en Santa Fe y Córdoba, habida cuenta de las dudas que generan otras alternativas tecnológicamente más sofisticadas como la boleta electrónica utilizadas en Salta o en la Ciudad de Buenos Aires. Lo cierto es que, con partidos tan débiles, no hay quien esté en la práctica en condiciones de coordinar los esfuerzos necesarios para aprovechar política o, al menos comunicacionalmente, los errores forzados y no forzados del gobierno.

La segunda

Tampoco hay líderes o candidatos individuales que puedan sacar ventajas, reemplazando el vacío que dejan los partidos. En muchos casos de crisis de sistemas de partidos, aparecen líderes “extra-sistémicos” u otra clase de organizaciones políticas o de la sociedad civil que ocupan el espacio dejado justamente por el fracaso de las organizaciones partidarias. Este no es el caso de la Argentina, a pesar de la histórica importancia que tienen por ejemplo los sindicatos y otras organizaciones sociales (incluso religiosas).

La tercera

Comunicacionalmente el gobierno ha sido muy eficaz en el uso de la famosa grieta, aprovechando la imagen negativa que sigue teniendo Cristina Fernández de Kirchner. Tiende entonces a victimizarse, atribuyendo las eventuales críticas a intentos de desestabilización o bloqueo a la gestión del gobierno. Esto tiene un efecto disuasivo en líderes opositores que necesitan diferenciarse del kirchnerismo para recuperar apoyo entre los votantes independientes, sobre todo en los grandes centros urbanos, que es donde se concentran los segmentos sociales que más rechazo experimentan por el gobierno anterior.

Como puede observarse en la siguiente tabla, que corresponde a un sondeo reciente que realicé junto a D’Alessio IROL, el único dirigente peronista que tiene mayor imagen positiva que negativa es Roberto Lavagna. Recordemos que en el año 2007, el exministro de economía de Duhalde y Néstor Kirchner compitió como candidato presidencial contra Cristina, que tiene una imagen negativa realmente muy elevada, de 75%.

Vale la pena entonces preguntarnos si estamos frente a un fenómeno transitorio, que puede modificarse como consecuencia de la reciente crisis cambiaria y la erosión adicional que experimentará el gobierno como resultado de la recesión, o si por el contrario se trata de un hecho de características permanentes, que no habrá de modificarse en el marco del proceso electoral 2019. A partir de la experiencia histórica, puede especularse con que la fuerte devaluación del peso y la consecuente caída en los ingresos impactarán negativamente en la imagen del gobierno y sus principales líderes. Recordemos que la mayoría de la población ya considera que está económicamente peor que hace un año, y que su situación no mejorará en el futuro cercano. Como admitió el propio Nicolás Dujovne, es muy probable que la situación económica se deteriore aún más al menos durante el próximo trimestre. La mayoría de los analistas económicos independientes considera que el impacto de la reciente corrida cambiaria se puede extender bastante más. El siguiente gráfico, extraído del mismo sondeo, permite comprender la situación actual en materia de expectativas económicas.

Esto nos hace entonces suponer que para el gobierno, en materia de desgaste lo peor aún no pasó. Sin embargo, dentro de la Casa Rosada no abandonan su optimismo respecto del año próximo. Por un lado, consideran que el sector agroindustrial traerá nuevamente buenas noticias. Esta campaña de trigo será excepcional y, clima mediante, la terrible sequía de este año dará lugar a una fuerte recuperación en los volúmenes de soja y maíz. Esto ayudará no solo en términos de recuperación de la actividad económica, sino también para despejar los interrogantes que produce el deterioro de la balanza comercial. Siempre, claro está, que la guerra comercial entre Estados Unidos, Europa, China y también India no nos perjudique en materia de precios. Por otro lado, el nuevo nivel de tipo de cambio, que el Banco Central buscará mantener para favorecer la competitividad, en la práctica protege a un importante número de sectores industriales que sufrían por las importaciones. Esto contribuirá a sostener fuentes de trabajo, sobre todo en grandes centros urbanos, menos impactados por la esperada recuperación del sector agroindustrial. En tercer lugar, si bien este año se espera una caída en el salario real, es evidente que el mismo gobierno impulsará su recuperación en el 2019 para favorecer sus chances en el proceso electoral. Esto también debería impactar positivamente en el consumo doméstico, lo mismo que la esperada reducción de la tasa de interés (que sigue muy alta para desalentar la compra de divisas). Finalmente, el gobierno espera poder implementar, como ocurrió en el ciclo electoral 2017, con algunas oportunidades para incentivar el consumo de los sectores populares, por ejemplo con programas como los créditos Argenta, que favorecieron a los jubilados con prestaciones mínimas y a quienes reciben planes sociales.

Si bien es cierto que el esfuerzo para reducir el déficit fiscal implicará acotar la inversión esperada en obra pública, que solo parcialmente podrá compensarse vía los famosos PPP (Proyectos de infraestructura público-privados), en Cambiemos esperan llegar al 2019 con un clima económico muy distinto al actual.

La crisis cambiaria y haber tenido que recurrir al FMI obligó a modificar los planes de Macri y sus estrategas, pero tal vez el timing no fue tan malo: queda tiempo para intentar una recuperación.

Como Argentina frente a Nigeria, el gobierno depende de sí mismo. Pero para seguir adelante, necesita mejorar y mucho. Tiene una nueva oportunidad. La gran pregunta es si habrá de aprovecharla.

Publicado en TN el 23/06/2018