Los empresarios plantean en IDEA reclamos para el próximo gobierno

Equilibrio fiscal y fortalecimiento institucional serán claves, aseguran.

Empresarios reunidos en el 51º Coloquio de IDEA anticiparon ayer que el próximo gobierno deberá trabajar en pos del fortalecimiento institucional y, además, recuperar el equilibrio fiscal.

Ambos aspectos fueron los más mencionados por los asistentes a una jornada interactiva, con preguntas en pantallas gigantes a las que se respondía mediante dispositivos electrónicos ubicados en las mesas del salón principal del hotel Sheraton de esta ciudad balnearia.

Cuando se trataron los temas que deberá abordar el próximo gobierno, el 27 por ciento de los presentes contestó “el fortalecimiento de la calidad institucional y de la seguridad jurídica”, mientras que el 20 por ciento contestó “la inseguridad”.

Luego se ubicaron el equilibrio económico, con 16 por ciento, y la educación, con 14 por ciento.

En tanto, al ser consultados sobre qué acuerdos o políticas de Estado deberían impulsarse desde diciembre próximo, el 18 por ciento contestó “sobre el grado de apertura de la economía”, el 17 por ciento apunto a las “medidas de búsqueda del equilibrio fiscal” y el 13 por ciento mencionó la disputa con los holdouts.

REGLAS CLARAS

El empresariado confía en una evolución favorable de la actividad durante 2016, aunque mantiene un grado de incertidumbre por cómo se implementarán las medidas necesarias para corregir los desequilibrios económicos.

Según la tradicional encuesta privada difundida en el marco del Coloquio, “se observó un cambio de tendencia positiva” en el sector empresario para el próximo período, aunque se mantienen los reclamos por “reglas de juego claras, políticas públicas en favor de la inversión y la eliminación de impuestos distorsivos”.

Asimismo la encuenta reveló que el 66 por ciento de las compañías fijó como prioridad avances en la inversión en el sector energético.

El informe presentado por D’Alessio Irol surge de las respuestas on line de 178 ejecutivos consultados para IDEA, que basaron su optimismo “en un crecimiento del consumo en el mercado interno, las exportaciones, con mantenimiento del nivel de empleo”.

No obstante, la confianza reflejada en el informe contrasta con la cautela que expresan los hombres de negocios cuando se los consulta en forma puntual y directa sobre el escenario postelectoral.

“Habrá que ver cómo se implementan las correcciones”, fue el factor común de las respuestas de Isela Constantini, presidenta del General Motors, del petrolero Oscar Vicente y Oscar Andreani, empresario dedicado a la logística.

De acuerdo con la encuesta de D’Alessio, un 76 por ciento de los empresarios se inclinó por pronosticar un mejoramiento económico o el mantenimiento de la situación actual. Este escenario se plantea a partir de la confianza en una mejora de los niveles de consumo interno. Respecto de los niveles de inversión, el 38 por ciento de las respuestas marcan que “aumentará moderadamente o significativamente”, con 13 por ciento de un año atrás.

Mejoran las expectativas de los empresarios para después de las elecciones presidenciales

Del relevamiento, efectuado a 178 ejecutivos de empresas y realizado por la consultora D´Alessio IROL, se observa que “un 12% de los encuestado anticipan que la situación será mucho mejor en el próximo semestre, otro 29% anticipa que será “moderadamente mejor”, y un 35% que anticipó que la situación será “igual”. La evaluación del semestre en curso resultó positiva en un 56%, “rompiendo la tendencia que se evidenciaba desde el primer semestre del 2012, con un valor neutro del 50%”, destacó el informe. “Para encontrar números positivos semejantes hay que remontarse a 2010”, manifestó a Infobae el consultor Eduardo D’Alessio.

El analista destacó que “desde marzo de 2012 las expectativas estaban dentro de los rangos moderadamente peor o mucho peor, con lo que el nuevo dato irrumpe dentro del lado positivo y coincide claramente con el cambio de gobierno”.

Para el 2016, los socios de IDEA consultados esperan un crecimiento de las ventas, de las exportaciones, y la inversión, con mantenimiento del nivel de empleo. “Esto último, se contradice con algunas estimaciones laborales que anticipan despidos para después de los comicios de octubre”, dijo el experto.

El estudio señala además que para enfrentar este mayor nivel de actividad, el 75% de las compañías trabajan a menos del 85% de su capacidad instalada. “En lo que respecta a las inversiones sobre las ventas, se mantienen en el 11%, con preeminencia de las inversiones “blandas”, que pueden integrarse en dosis relativamente pequeñas y sucesivas, y que en general sirven para sacar el mayor provecho a las inversiones “duras” o de equipos productivos.

En cuanto a las preocupaciones para aumentar la inversión, los empresarios identifican tres factores que son “la clarificación de las reglas de juego, eliminación de los impuestos distorsivos, y una política fiscal pro inversión”. Los empresarios también reclamaron más inversiones en electricidad y gas para impulsar el crecimiento industrial, y en segundo lugar aparecen el estado de las rutas y del ferrocarril.

Las expectativas de los empresarios son las mejores desde 2010

En la anterior encuesta de julio 2015 un 59% de los ejecutivos de grandes empresas consideró que el segundo semestre de 2015 sería igual o mejor que igual período del año anterior, lo que reflejó un cambio positivo respecto de lo que planteaban a fines de 2014, cuando las proyecciones fueron mayoritariamente negativas.

El mismo estudio realizado en noviembre de 2014 reflejó que para el primer semestre del año los ejecutivos eran menos optimistas, ya que un 30% consideró que seguiría igual, un 14% moderadamente mejor y apenas un 3% mucho mejor.

La consultora evaluó que “el pesimismo mostrado en la medición de fines del 2014 no se vio convalidado en la realidad de este período” y que entre los ejecutivos “se espera un segundo semestre sin sobresaltos y con retorno a la normalidad”. En ese entonces, los factores predominantes que se señalaban a futuro para promocionar las inversiones eran la eliminación de impuestos distorsivos y la clarificación de las reglas del juego. Los principales temas de desafío para los empresarios eran los salarios y la retención de talentos.

Los grandes empresarios esperan crecer en el próximo semestre

Coloquio de Idea en Mar del Plata. Prevén más ventas al mercado interno, por las políticas de apoyo al consumo. Piden menos impuestos y aliento a la inversión.

El cambio de ciclo político atado a las elecciones presidenciales les levantó el ánimo a los empresarios, que por primera vez desde 2012 esperan con claridad que el próximo semestre sea mejor, o mucho mejor, que el año que termina.

Así se desprende de la encuesta de expectativas de ejecutivos que cada año presenta en el Foro de Idea la consultora D’Alessio, que señala que existe “una clara tendencia positiva para el próximo semestre con una mejoría de la situación de las empresas y recuperación de expectativas” que abarca al 76 por ciento de los encuestados.

Hilando un poco más fino, esa mejora reposaría _según el centenar y medio de hombres de negocios consultados_ sobre todo en una mejora de ventas en el mercado interno, algo que espera más de la mitad de los encuestados.

Este escenario positivo y de expectativas renovadas no es casual. Según Dante Sica, director de la consultora Abeceb, la batería de medidas proconsumo dispuestas por el gobierno durante este año ayudó a generar este fenómeno: “Mejorar las expectativas fue un claro objetivo del Ejecutivo con una inyección al consumo, a través de la tranquilidad que trajo el swap con China, al aumento de las transferencias sociales y al atraso cambiario que redundó en una mejora de los salarios”, dijo.

Tanto Sica como D’Alessio atribuyen el cambio de humor al recambio político, en el sentido de que existe una sensación generalizada entre los empresarios de que, gane quien gane, “habrá cambios”, y que esos cambios (correcciones del tipo de cambio y de la política fiscal, entre otros) no van a diferir demasiado con uno u otro candidato sentado al mando de la Casa Rosada.

“No hay atajos ni magia. Todos saben que una medida sola no alcanza, y los diagnósticos son bastantes compartidos respecto a lo que hay que hacer”, afirmó el consultor, para quien ayuda el hecho de que la transición económica entre el gobierno saliente y el entrante “es la mejor desde la restauración de la democracia”.

Sin embargo, esta mejora de ventas esperada no va a traducirse en un incremento de la rentabilidad: “Este es un tema que viene preocupando, aunque si bien las ganancias seguirán en caída esta tendencia se atempera”, dijo D’Alessio.

Empleo e inversiones. La mejora esperada en las ventas no afectará el nivel de empleo registrado privado, que seguirá en niveles actuales sin incorporaciones ni bajas.

Sin grandes mejoras en la inversión prevista por los empresarios (que rondará el 11 por ciento del total de las ventas), las firmas esperan mejorar su desempeño a través de factores internos, como la diversificación de productos y servicios ofrecidos, nuevas alianzas comerciales, baja de los costos y reingeniería interna para optimizar procesos.

“Veremos sobre todo inversiones blandas no relacionadas ni con equipos ni con ampliaciones, de alguna forma se busca estirar al máximo el equipo productivo”, agregó D’Alessio, quien señaló que si bien creció un poco la brecha entre capacidad y utilización, por la retracción de ventas, “igualmente el 68 por ciento de las empresas trabaja con al menos el 70 por ciento de la capacidad instalada”.

Respecto a lo que esperan que cambie para que mejore el nivel de inversión privada, los empresarios mencionaron “la eliminación de impuestos distorsivos, la clarificación de las reglas de juego y una política fiscal pro-inversión” como los elementos más importantes para mejorar el clima de negocios del país.

También señalaron que la inversión pública debe centrarse sin duda en mejora y ampliación de la infraestructura, en áreas como la energía (electricidad y gas), rutas, ferrocarriles y puertos.

Devaluación. Si bien la encuesta no pregunta de manera explícita sobre expectativas devaluatorias, tanto D’Alessio como Sica retomaron el tema durante su presentación.

Por un lado, si el grueso del empresariado espera mejoras gracias a mayores ventas en el mercado interno, eso significa que la devaluación no es esperada como el milagro económico que los salvará.

Existe otra cuestión: aunque mejore el tipo de cambio (algo que ambos analistas descontaron que va a ocurrir), el comercio global no es demasiado esperanzador. “Los dólares ya no vendrán por cuenta corriente, sino por endeudamiento externo e inversiones”, explicó Sica.

Para el director de Abeceb, la mejora vendrá por “una devaluación fiscal” y no una del tipo de cambio: “La devaluación de Kicillof de enero 2014 demostró que una medida así tomada de forma aislada no sirve para nada, y los candidatos lo tienen muy claro”.

Massa prometió reducir la presión tributaria

El candidato a presidente Sergio Massa, del frente UNA, tuvo ayer por la tarde su media hora de “reflexiones” frente a los empresarios que participan del 51 coloquio de Idea, ante quienes expuso su plan económico con eje en la baja de la inflación, la disminución de la presión fiscal, un plan de créditos hipotecarios para construir 1,2 millones de viviendas y un “cambio cultural” para pasar de una lógica asistencialista a otra basada “en la cultura del trabajo”.

El actual diputado llegó acompañado de su equipo económico con Roberto Lavagna a la cabeza, y aprovechó el estrado para confirmar que Carlos Garetto (Coninagro) será su ministro de Agricultura (usó esa categoría) en caso de ganar las elecciones.

Al igual que Scioli un día antes, explicó que el camino a tomar es el del crecimiento, “no el del ajuste o la devaluación, datos pendulares de la historia económica argentina”.

En ese punto, destacó que de acceder a la Casa Rosada creará un consejo económico y social donde se reunirán empresarios, trabajadores y el Estado, “para seguir metas de corto plazo y establecer políticas de desarrollo”.

En materia agropecuaria, dijo que se reducirá la presión tributaria a través de la eliminación de las retenciones al trigo, al maíz y al girasol, y de la compensación por flete para las economías regionales.

Respecto a la presión impositiva en general, aseguró que debe reducirse en un 30 por ciento. “El crecimiento de la presión tributaria ha quitado competitividad aún a sectores que lo eran, es una obligación rediscutir la matriz tributaria”, dijo.

A nivel de política para el empleo, explicó que se generarán medidas para el primer empleo, ya que “cada trabajador que se incorpore que venga de un programa social seguirá cobrando el plan, mientras que al empleador se le reducirá la carga impositiva”.

También prometió una inversión en infraestructura de 22 mil millones de dólares el primer año de gobierno, que llegaría a los 45 mil millones el cuarto año, con la idea de crecer al 4 por ciento anual.

Empresarios apuestan a reglas claras e impuestos menores

La encuesta de ayer mostró un moderado optimismo en el sector privado. No obstante, en los pasillos se manifestaban dudas sobre lo que pasará en 2016.

La mayoría de los empresarios consultados en el 51 Coloquio de IDEA en Mar del Plata consideraron que para promover inversiones se deberían “eliminar impuestos distorsivos, clarificar las reglas de juego y realizar una reforma impositiva”, según una encuesta entre 178 ejecutivos realizada por la consultora D´Alessio IROL.

Los datos de la encuesta, si bien mantienen una visión pesimista sobre el desarrollo de la economía para 2016 (independientemente de quién sea el nuevo presidente) marcarían una reversión de la tendencia negativa que se venía registrando hasta un semestre atrás.

Así, la encuesta revela que hay más empresas que han aumentado su capacidad instalada ociosa a casi el 30%. No obstante, el renaciente optimismo los anima a planificar inversiones, el grueso de las cuales estarán destinadas a tecnologías blandas. En este aspecto, las prioridades mayoritarias están ligadas a capacitación, desarrollo tecnológico, software y sistemas y desarrollo de nuevos productos.

También manifestaron su preocupación por el capital humano de las empresas. La mayoría manifestó que los grandes desafíos pasarán por pagar buenos sueldos y retener los talentos, más que incorporar personal externo.

Otro de los resultados arrojados por la encuesta tiene que ver con el tipo de inversión pública que las empresas requieren para mejorar la productividad y, en este sentido, la opinión mayoritaria se inclinó por inversiones en electricidad, gas, rutas y ferrocarril de cargas, entre las principales.

La recuperación de una visión más optimista se vio reflejada en que, a pesar de prever una caída en la rentabilidad, esperan aumentos en las ventas, las exportaciones y la inversión. Al respecto, el economista Dante Sica expresó que los datos de la encuesta acerca del empleo revelan que no se deberían esperar grandes modificaciones.

Estos son los datos de una encuesta pero en los pasillos del hotel donde se desarrolla el evento, algunos asistentes reconocían que muchas empresas estaban manteniendo sus nóminas de personal para no generar confusiones antes de las elecciones pero posteriormente podrían producirse suspensiones o despidos en algunos sectores muy impactados por la crisis.

De todos modos, la mayoría, en privado, entiende que cualquiera que gane tendrá que tomar decisiones sobre temas que hoy condicionan el avance de la economía como los cepos, el tipo de cambio, la inflación, subsidios y tarifas, entre otros temas importantes.

Dependiendo de cada uno de los candidatos podrá esperarse mayor o menor velocidad. La realidad es que pese a que bregan por mejorar la calidad institucional, las urgencias propias de sus negocios ocupan lugares principales en sus agendas de preocupación.

Aunque no esperan que los candidatos digan mucho en los discursos, muchos ejecutivos intentan acercarse a asesores de los principales postulados para tratar de anticipar el tipo de medidas que se podrían tomar. A muchos, impactados por la crisis, se les nota un clima de urgencias. “No hay mucho espacio para gradualismo” dicen, ante el discurso moderado de los candidatos y sus equipos.

El paso de Massa
El candidato de UNA, Sergio Massa, abordó una agenda que, además de temas económicos, planteó aspectos culturales e institucionales. Primero destacó a los integrantes de su equipo económico y resaltó sus calidades personales y la capacidad para trabajar en equipo.

Planteó, entre otras cuestiones, la necesidad de crecer para generar inversión, crear empleos y salir de la trampa entre ajuste o devaluación cuando el más razonable es el del crecimiento. Propuso la creación de un Consejo Económico Social para hacer seguimiento de metas de corto plazo y las prioridades en materia de infraestructura y de inversión en educación y capacitación.

El candidato también habló del desafío de reactivar la cadena agroindustrial bajando la presión tributaria así como destinar las letras y notas del Banco Central a créditos hipotecarios. El representante de UNA propuso recuperar la cultura del trabajo cambiando la modalidad de los planes sociales y dando beneficios a las firmas que los contraten.

En general, Massa no agregó mucho a su discurso, ya conocido en el debate de los candidatos, pero generó un poco más de satisfacción que el de Scioli. De todas maneras, ambos fueron despedidos con tibios aplausos.

Pedido sobre educación

En el contexto del Coloquio, los empresarios alertaron sobre la necesidad de un cambio en las políticas educativas para que el empleo no se vea resentido por el avance tecnológico. El dato surgió durante la denominada “Sesión Interactiva”, en la que los presentes responden con un dispositivo tecnológico una serie de preguntas que se proyectan en pantallas gigantes.

La encuesta fue respondida en su mayoría por empresarios del sector servicios (64% de los presentes), responsables de firmas que emplean a más de 1.000 personas (40%).

A la pregunta sobre si se impone un rápido cambio en las políticas educativas para que el empleo no se vea resentido con el avance de la tecnología, el 76% respondió que “sí, rápidamente”, y el 20 por ciento opinó que “sí, gradualmente”. Sólo el 5% dijo que “el empleo se irá adaptando”.

Consultados sobre si se adapta la educación a la velocidad suficiente para responder al cambio tecnológico, el 65% dijo que “no, pero debería”; el 21%, “sólo en forma parcial”, el 13% opinó que “no” y sólo 1% consideró que sí. Que la educación prepare profesionales para el mundo que se viene, fue uno de los pedidos que surgieron ayer.

Empresarios esperan con optimismo al nuevo Gobierno

MAR DEL PLATA.- El empresariado confía en una evolución favorable de la actividad durante 2016, aunque mantiene un grado de incertidumbre por cómo se implementarán las medidas necesarias para corregir los desequilibrios económicos. Según una encuesta privada difundida ayer en el marco del 51º Coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), “se observó un cambio de tendencia positiva” en el sector empresario para el
próximo período, aunque se mantienen los reclamos por “reglas de juego claras, políticas públicas pro inversión y la eliminación de impuestos distorsivos”.

Asimismo se reveló que el 66% de las compañías fijó como prioridad avances en la inversión en el sector energético. El informe presentado por D’Alessio Irol surge de las respuestas on line de 178 ejecutivos consultados para IDEA, que basaron su optimismo “en un crecimiento del consumo en el mercado interno, las exportaciones, con mantenimiento del nivel de empleo”. No obstante, la confianza reflejada en el informe contrasta con la cautela que expresan los hombres de negocios cuando se los consulta en forma puntual y directa sobre el escenario post electoral. “Habrá que ver cómo se implementan las correcciones”, fue el factor común de las respuestas de Isela Constantini, presidenta del General Motors, del petrolero Oscar Vicente y Oscar Andreani, empresario dedicado a la logística.

De acuerdo con la encuesta de D’Alessio, un 76% de los empresarios se inclinó por pronosticar un mejoramiento económico o el mantenimiento de la situación actual. Este escenario se plantea a partir de la confianza en una mejora de los niveles de consumo interno. Respecto de los niveles de inversión, el 38% de las respuestas marcan que “aumentará moderadamente o significativamente”, con 13% de un año atrás. A su vez, hubo un 52% de respuestas a favor de un alza de las ventas, contra un 19 de octubre de 2014.

Con relación a las exportaciones, el 36% de las compañías aguarda un progreso, frente al 17% que se había conocido un año atrás.

En otro orden, el 32% de las firmas está trabajando con una tasa de capacidad instalada de entre el 50% y 70%, el 43% lo está haciendo entre el 71% y 85% y el 25% restante entre el 85% y 100%.

Consultados sobre el grado de competitividad que tiene la Argentina, un tercio manifestó que “depende del tipo de cambio” y apenas un 16% lo consideró “alto”.

Cabe apuntar que debido a que la encuesta está focalizada en empresas que integran IDEA, el sector agropecuario -el de mayor necesidad de tipo de cambio competitivo- tiene una participación acotada que influye en el resultado final.

Coloquio de IDEA: Para los empresarios la economía mejorará después de las elecciones

El dato se desprende de una encuesta de la que participaron 168 ejecutivos.

Como si un cambio de Gobierno generara de por sí un viento de cola para la economía, la encuesta anual de expectativas hecha entre los empresarios que participan del Coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) arrojó un resultado que contrasta con el de los últimos años: predomina la visión de que el año que viene habrá perspectivas favorables para el crecimiento industrial.

Para los empresarios esta sensación responde al final del ciclo kirchnerista, marcadamente confrontativo e intervencionista, y a la ilusión que despierta la llegada de un nuevo presidente más abierto a dialogar con los sectores productivos.

De los 168 empresarios que participaron de la encuesta, el 29% opina que la situación económica del país estará moderadamente mejor y el 12% vaticina que estará mucho mejor. Para el resto de los consultados, todo seguirá igual. Sobre el volumen de ventas, el 45% espera un incremento moderado y sólo un 8% imagina que aumentará fuertemente.

Uno los resultados de la encuesta que causó sorpresa fue el referido a la pregunta ¿cuál es la mayor preocupación que tiene para el año que viene? En el tope de esa lista se ubican el cómo afrontar la actualización de los salarios, las negociaciones paritarias con los sindicatos y un nuevo item que años atrás no figuraba en la agenda: la retención de talentos.

Sin embargo, los dirigentes de empresas predicen un escenario con menor tasa de ganancia: el 50% de los encuestados cree que la rentabilidad de sus compañías bajará a causa del persistente aumento de costos que no siempre pueden trasladar a precios. Si bien aspiran a que mejore la demanda en el mercado interno, no esperan que crezcan las exportaciones, a menos que disminuya la carga impositiva. El 48% pide que bajen los impuestos distorsivos, en especial las retenciones, y el 45% pide políticas fiscales de fomento a la inversión.

La presentación de los resultados de la encuesta estuvo a cargo del consultorEduardo D’Alessio y del economista Dante Sica, quien se refirió al nivel de actividad industrial. Sica reveló que este año hubo sectores que se vieron favorecidos por una mayor demanda interna. Rubros como el de la construcción y los electrodomésticos crecieron 8% y 4% respectivamente. En oposición, hubo sectores que se vieron perjudicados por la caída de las exportaciones: la producción automotriz bajó 12% y la siderurgia cayó 9%.

Uno los resultados de la encuesta que causó sorpresa fue el referido a la pregunta ¿cuál es la mayor preocupación que tiene para el año que viene? En el tope de esa lista se ubican el cómo afrontar la actualización de los salarios, las negociaciones paritarias con los sindicatos y un nuevo item que años atrás no figuraba en la agenda: la retención de talentos. Los ejecutivos están tan preocupados por mantener fidelizados a sus empleados mejor capacitados como por afrontar los aumentos salariales que se empezarán a negociar en las próximas paritarias.

Los empresarios esperan un repunte de la economía en el próximo semestre

La expectativa de un nuevo gobierno genera optimismo entre los empresarios, que esperan para el próximo semestre un repunte de la actividad económica. El análisis surge de la encuesta elaborada por Eduardo D’Alessio que presentó este mediodía en el 51° Coloquio de Idea junto al economista Dante Sica.

El titular de D’alessio Irol habló de un “cambio de tendencia” respecto a los semestres anteriores, cuando el nivel de expectativas se mantuvo en un nivel bajo o neutral. El consultor ubicó el índice de expectativas en 56, que no se registraban desde el 2010 o 2011, recordó.

En una charla distendida con periodistas, D’Alessio explicó que el porcentaje de empresarios que esperan una economía “moderadamente mejor” pasó del 21 al 29 por ciento, los que esperan un nivel de actividad “igual” pasó del 31 al 35 por ciento, y los que piensan que el país estará “mucho mejor” del 4 al 12 por ciento.

En tanto, los que creen que la economía estará mucho pero cayeron del 11 al 6 por ciento, y los que esperan que esté “moderadamente peor” pasaron de representar el 33 por ciento al 18 por ciento, en comparación a la evaluación que hicieron del último semestre.

Según el analista, los empresarios creen que el año que viene aumentarán la inversión, las ventas al mercado interno y las exportaciones.

“Los resultados de la encuesta muestran que los empresarios suponen que en los próximos meses habrá cambios”, planteó D’Alessio.

Otro punto llamativo del trabajo presentado hoy es que los empresarios dejaron al petróleo en segundo plano luego de la caída en el precio del barril. Consultados acerca de las “inversiones necesarias para el 2016”, el crudo pasó del 45 al 20 por ciento en las respuestas, mientras que el resto de los rubros se mantuvo prácticamente estables.

En su turno, Sica repasó lo que fue el plan económico del gobierno para el 2015, focalizado en la inyección al consumo por medio del gasto público y el anclaje del tipo de cambio, lo que “se notó más en el segundo semestre que en el primero” y que focalizó el crecimiento en el sector construcción, pero perjudicó duramente a las economías regionales.

“El swap con China quitó de la agenda la posibilidad de una devaluación brusca”, reconoció.

LPO consultó al titular de Abeceb hasta qué punto puede mantenerse este esquema, a lo que el economista respondió que no podría precisar si aguantará dos o tres meses más, pero que sin duda es “insostenible” por la iliquidez de dólares del Banco Central y el déficit en pesos del sector público, en torno a los 5 puntos del PBI, de los que sólo 4 puntos corresponden a subsidios, advirtió.

Para lidiar con estos dos limitantes, Sica adelantó que “los dólares van a tener que entrar por la cuenta capital, por medio del endeudamiento y la Inversión Extranjera Directa(IED)”, y previó que habrá una modificación en el tipo de cambio, ya que “atrasar el valor del dólar es como ir en contra a la ley de gravedad”.

En ese sentido, dio por hecho que el próximo presidente buscará que los ruralistas ganen competitividad por medio de una “devaluación fiscal”, quitándole las retenciones a las economías regionales y a las exportaciones industriales, pero no a la soja.

Las pymes no prevén eliminar puestos de trabajo

Las pequeñas y medianas empresas (Pymes) de la Argentina descreen que el cambio de gobierno modifique demasiado su situación actual. Si bien las expectativas de sus directivos para el primer tramo de 2016 son mejores que las registradas en años anteriores, el fin de ciclo no les genera gran optimismo en relación a una mejora sobre la economía que impulse sus negocios, ni creación de puestos de trabajo, pese a los pronósticos de crecimiento del PBI.

Esa fue una de las conclusiones de una encuesta a directivos de esas compañías realizada por D’Alessio Irol durante agosto, y publicada esta tarde en Idea Pyme, un evento de la entidad empresaria que reunió a cientos de empresarios en el Auditorio del Buenos Aires Design, ubicado en Recoleta. “En un horizonte a un año, no se espera un cambio explosivo, ni sobresaltos”, ni para bien, ni para mal. En términos del debate político de estos tiempos, al parecer, las pymes descartan un shock y proyectan un gradualismo.

En una revisión sobre los datos de 2014, Eduardo D’Alessio, presidente de la firma que lleva su apellido, destacó el “divorcio” entre las perspectivas y lo que finalmente sucede. Dio de ejemplo lo ocurrido en 2015, que mostró un mejor desempeño respecto de la baja prevista. “La realidad (en el primer semestre) no convalidó el pesimismo de 2014”, se leyó en la pantalla. El año anterior, había ocurrido a la inversa.

En base a los datos obtenidos, D’Alessio precisó que un 31% de las empresas mantuvo y 45% tuvo un incremento en sus ventas entre enero y julio, pero con la rentabilidad en baja. “¿Les suena conocido?”, le preguntó D’Alessio al público distribuido en las mesas del salón. No fueron pocos los que asintieron.

De allí otro de los indicadores de proyección que aparecieron en la pantalla: no se espera que las responsables del 60% del empleo en el país generen nuevos trabajos. Aunque tampoco un recorte. “Las pymes tienen mejor capacidad de previsión de los costos laborales. Esperaban cerrar paritarias en 27,3 y un 82% cerró en 27,9” de subas, dijo el responsable del relevamiento. Hace un tiempo podría haber sido un dato positivo el hecho de que no se prevean recortes de personal, pero los augurios de crecimiento para 2016, lo empañan. Por caso, la consultora Elypsis, dirigida por Eduardo Levy Yeyati, estimó un avance del 4% del PBI en el año próximo.

Claudio Zuchovicki, gerente de desarrollo de la Bolsa de Comercio, que acompañó al dueño de la firma de investigación de mercado en la exposición, consideró que el empresariado está en una posición de espera hasta que llegue el próximo gobierno y disipe las dudas sobre qué curso tomará la economía para salir de los problemas actuales. Lo dicho se reflejó en la encuesta, en la cual, una mayoría respondió que frente al cambio de Gobierno prefiere “mantener el statu quo” y, en menor medida, “hacer ajustes preventivos”.

Zuchovicki citó uno de los inconvenientes de la macro, que viene en aumento. ¿De dónde saldrá el dinero para pagar el déficit fiscal?, se preguntó. En relación con las pymes, la presión impositiva se posicionó como uno de los principales, y crecientes, desafíos. “La queja es más por la distorsión que por la presión, porque están pagando impuestos por ganancias ficticias”, matizó D’Alessio.

En el frente externo, la encuesta dejó entrever la preocupación de los empresarios pyme sobre una desmejora que, según D’Alessio, “les preocupa más que el cambio de Gobierno, porque lo ven como impredecible”. “La mayoría percibe un cambio negativo; sobre todo, hablamos de Brasil”, dijo, del cual depende buena parte de las exportaciones argentinas. Al igual que el mantenimiento de la demanda interna, las condiciones para el comercio internacional están al tope de las preocupaciones sobre el año próximo.

Con todo, en un momento en que el 75% de las pymes operan por encima del 70% de su capacidad, la inversión tiende a mejorar, “a estirar la capacidad existente”. En este sentido, el sector agropecuario y servicios fueron los destacados, por encima de la industria.

Las pymes venden más, pero ganan menos

Según un informe de IDEA, el 45% de las empresas vive esa realidad.

Encuesta

Las pymes no creen que el cambio de gobierno modifique demasiado su situación actual. Si bien las expectativas de sus directivos para el primer tramo de 2016 son mejores que las de años anteriores, el fin de ciclo no les genera gran optimismo porque una mejora de la economía impulse sus negocios ni la creación de puestos de trabajo. La encuesta que D’Alessio Irol hizo entre directivos de esas compañías para Idea Pyme tiene otra conclusión de peso: el 45% de las empresas tuvo un aumento de las ventas entre enero y julio, pero su rentabilidad fue en baja. “En un horizonte a un año, no se espera un cambio explosivo ni sobresaltos”, dice el informe que presentó ayer Eduardo D’Alessio, presidente de la consultora, en un evento organizado por la entidad.
“¿Les suena conocido?”, preguntó D’Alessio a los ejecutivos que lo escuchaban sobre la situación de ventas en alza y ganancias en caída. No fueron pocos los que asintieron.
De allí que no se espera que se generen nuevos empleos. Aunque tampoco un recorte. “Las pymes tienen mejor capacidad de previsión de los costos laborales. Esperaban cerrar paritarias con subas de 27,3%, y un 82% cerró en 27,9”, dijo el responsable del relevamiento.
El analista destacó el “divorcio” entre las perspectivas y lo que finalmente sucede. Señaló lo ocurrido en 2015, que mostró un mejor desempeño respecto de la baja prevista. “La realidad (en el primer semestre) no convalidó el pesimismo de 2014”, se leyó en la pantalla. El año anterior había ocurrido a la inversa.
Claudio Zuchovicki, gerente de desarrollo de la Bolsa de Comercio, que acompañó a D’Alessio en la exposición, consideró que el empresariado está en una posición de espera hasta que llegue el próximo gobierno y disipe las dudas. Una mayoría respondió en la encuesta que frente al cambio de gobierno prefiere “mantener el statu quo” y, en menor medida, “hacer ajustes preventivos”.
Zuchovicki citó uno de los inconvenientes. ¿De dónde saldrá el dinero para pagar el déficit fiscal?, se preguntó. Aliviar la creciente presión impositiva fue uno de los principales desafíos planteados. “La queja es más por la distorsión que por la presión, porque están pagando impuestos por ganancias ficticias”, matizó D’Alessio.
En el frente externo, “la mayoría percibe un cambio negativo”, sobre todo por Brasil, dijo el consultor.

Las pymes no esperan grandes cambios tras las elecciones

Encuesta de IDEA

En la mayor parte de las empresas chicas y medianas no esperan cambios significativos con el Gobierno que asumirá el 10 de diciembre, al menos hasta que la nueva administración muestre todas sus cartas. Esa es la principal conclusión de la encuesta Expectativas de Ejecutivos PYME, presentada ayer en el marco de IDEA Pymes.

“Las futuras medidas económicas son percibidas como cambios graduales, no demasiado significativos”, planteó Eduardo D’Alessio, responsable del sondeo, realizado por Internet entre 168 directivos y dueños de pyme.

Casi nueve de cada diez entrevistados pronosticaron un escenario post-10 de diciembre similar al actual: 22% dijo que estarán “moderadamente mejor” que ahora, un 41% respondió que esperan estar “igual” y otro 26% dijo que sus expectativas son de estar “moderadamente peor”. Un 8% dijo que espera estar “mucho mejor” y, en el otro extremo, apenas un 3%, “mucho peor”. En cuanto a la actividad económica, la gran mayoría señaló que está trabajando en niveles altos (41%) o muy altos (31%).

“Se prevé que no habrá cambios significativos durante el próximo semestre”, agregó D’Alessio. “Si hilamos fino en los números, el pronóstico es el de una ligerísima mejora”. De todos modos, ante el cambio de Gobierno, la estrategia de las empresas es mantener el statu quo y realizar ajustes preventivos.

En ese contexto de moderada estabilidad, la principal preocupación es la presión fiscal: un 45% de los encuestados la señaló como el problema que más los afecta. “La queja no es tanto por las alícuotas, sino por la distorsión de no actualizar por inflación”, agregó el consultor. También inquieta el mantenimiento de la demanda interna y las condiciones para el comercio internacional.

Sobre el final de la séptima edición de IDEA Pyme, hubo un momento entre irónico y divertido cuando el moderador, Claudio Zuchovicki, interpeló al público: “¿Cúantos de ustedes atravesaron una crisis económica”, preguntó. Todos alzaron sus manos. “¿Dos?”. De nuevo, todas las manos se alzaron. “Muy bien –agregó– ahora pido que levante su mano quien cree que no vamos a tener una nueva crisis”. Ni una sola mano se alzó.