En abril las ventas en supermercados cayeron 12,6%, mientras que en shoppings se desplomaron 22,9%

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), difundió este martes su Encuesta de Supermercados y Autoservicios mayoristas correspondiente a abril de 2019, así como la Encuesta de Centros de Compras para el mismo período.

El ente estadístico comunicó que las ventas en supermercados a precios constantes (base de diciembre de 2016) sumaron en abril pasado un total de $23.097,7 millones, lo que representa una caída de 6,4% respecto al mes anterior y una caída del 12,6% respecto a abril de 2018.
El INDEC añadió que las ventas a precios corrientes para abril de 2019 relevadas en la Encuesta de Supermercados sumaron un total de $49.672,3 millones, lo que representa una caída de 2,8% respecto al mes anterior y un aumento de 45,6% respecto al mismo mes del año anterior, congruente con una inflación interanual de 55,8 por ciento.

Asimismo, las ventas en los centros de compras (shopping center) restaron en abril un 22,9% a precios constantes (de abril de 2016) en la comparación interanual, a 3.252,0 millones de pesos. Respecto de marzo, la caída de ventas se acota a 7,4% en términos reales, que incorporan la inflación.

A precios corrientes, en abril último las ventas de los shoppings alcanzaron un total de $7.036,7 millones, lo que representa una disminución de 2,3% respecto al mes anterior y un incremento de 21,2% respecto al mismo mes del año anterior.

Con estos datos, el primer cuatrimestre de 2019 finalizó con una baja de 12,5% en las ventas de supermercados a precios constantes, y con una disminución de 17,5% en el caso de los centros de compras., siempre en comparación con el primer cuatrimestre de 2018.

En cuanto al personal ocupado en los supermercados y autoservicios, el INDEC reportó un recorte de 3% en la plantilla en comparación con abril del año pasado, y de 0,6% contra el mes previo.

SIN HORIZONTE DE RECUPERACIÓN

Un informe sobre el mercado argentino de supermercados elaborado por la consultora Claves indicó que la situación del sector es “sumamente delicada”.

“No solamente se trata de uno de los rubros más golpeados por la caída del consumo, hecho que generó que varias empresas cerraran el 2018 con balances en negativo, sino que, además, las perspectivas no hacen presumir una pronta recuperación”, explicó Claves.

Una encuesta de D’Alessio/IROL detalla que ocho de cada diez consumidores se pasaron a segundas marcas y las utilizan en un rango del 20 al 60 por ciento de sus categorías de compras.

Grandes cadenas aumentan la elaboración de marcas propias para ganar clientes

La pérdida de poder adquisitivo hizo que el consumidor cambie sus hábitos de consumo y recurra a productos de segunda líneas. Atentos a esta tendencia, los supermercados empezaron a aumentar la elaboración de sus marcas para ganar clientes en ese mercado.

Una encuesta elaborada por DAlessio/IROL detalló que 8 de cada 10 consumidores se pasaron a segundas marcas y las utilizan en el 20% a 60% de sus categorías de compras. El motivo responde a la gran caída en el poder adquisitivo de los hogares, que generó nuevas estrategias de compra: cambiar de comercios, de marca o buscar promociones para hacer rendir al máximo su gasto en la canasta básica.

En esa línea, el trabajo detalló que los niveles de ventas en supermercados registraron una caída del 14,5% a precios constantes en marzo de 2019, mientras que en autoservicios mayoristas esta caída fue del 16,0 por ciento.

Frente a la retracción del consumo y a un cambio de hábitos por parte de los consumidores, el sector supermercadista viene potenciando la expansión de la marca propia, buscando la innovación y el desarrollo de productos a menor costo. Algunas de las cadenas ya han desarrollado más de 400 productos básicos de su marca propia, ofreciendo un surtido amplio a menor costo. Otras empresas también apelaron a estrategias de reorganización del negocio a través de procesos de reconversión, ampliación y reducción.

Para aumentar las ventas y disminuir su stock, supermercados ofrecen promociones (la segunda unidad al 50% de descuento; 3×2; 2×1; ofertas especiales en determinados di as) y alternativas de pago y financiación (descuentos con algunos bancos y pago en cuotas). Otras empresas también apelaron a estrategias de reorganización del negocio a través de procesos de reconversión, ampliación y reducción.

Las segundas marcas ganaron 10 puntos de mercado en los últimos tres años, también en ese período las marcas premium perdieron dos puntos en los sectores de alimentos y lácteos, pero resisten en cuidado del hogar y belleza. Los mayoristas alcanzan su participación histórica y los formatos de cercanía como discounters y minimercados son los que más crecen.
Para la consultora, la gran caída en el poder adquisitivo de los hogares, debido principalmente al aumento en las tarifas y el aumento generalizado de precios, hace que el momento del consumo masivo en Argentina sea quizá uno de los más complejos de su historia. La investigación señala que los supermercados no ven en el corto plazo que la recuperación económica se vaya a manifestar en el consumo masivo; prevén un año difícil y entienden que va a haber que trabajar aún con más austeridad.

 

Publicado en BAE el 26/06/19.

Por las elecciones y la caída del consumo, se desplomó 60% el financiamiento estructurado

La calificadora de riesgo detectó que por las presidenciales, la crisis económica y las altas tasas la “mayoría” de los emisores argentinos redujeron sus volúmenes de originación y se enfocan en los deudores de alta calidad. La incertidumbre política por las elecciones y las elevadas tasas de interés que encarecen el crédito provocaron una abrupta caída de las emisiones de financiamiento estructurado en la Argentina.

Según un reporte de Standard & Poor’s, el número de emisiones de financiamiento estructurado en América Latina bajó 30% a u$s 2.600 millones en el primer trimestre del año, por una fuerte de caída en la cantidad de transacciones con derivados financieros locales. Este tipo de emisiones incluyen transacciones toda clase de valores respaldados por activos o no como los créditos hipotecarios, prendarios o al consumo, las cuentas por cobrar, ingresos o flujos futuros de diversos tipos, entre otros.

“Las emisiones en la Argentina durante el primer trimestre de 2019 bajaron 60% en comparación con el primer trimestre de 2018”, remarcó S&P. “Todavía proyectamos que las principales emisiones estén respaldadas por los ingresos de las cuentas por cobrar de tarjetas de crédito regionales y por créditos al consumo no garantizados. Las nuevas emisiones aumentaron en abril y mayo, pero no prevemos un crecimiento real en el volumen de 2019”, agregó.

La calificadora de riesgo detectó que por las presidenciales, la crisis económica y las altas tasas la “mayoría” de los emisores argentinos redujeron sus volúmenes de originación y se enfocan en los deudores de alta calidad.

Pero además, alertaron por la fuerte caída del consumo masivo por la “complicada” situación económica, aunque admiten que todavía hay margen para endeudarse.

“Este tipo de operaciones todavía tienen suficiente respaldo crediticio a través de la subordinación y el margen excedente para tolerar mayores niveles de morosidad”, señalaron, y remarcaron que hasta junio los portafolios “más afectados” son los de los minoristas y las pequeñas empresas financieras que otorgan créditos personales.

En este marco, indicaron que el desempeño de las tarjetas de crédito regionales se estabilizó tras el endurecimiento de las políticas de originación (análisis crediticio del cliente) y el fortalecimiento de los procesos de cobranza, y que los créditos con descuento vía nómina (descuento salarial) todavía presentan el nivel más bajo de pérdidas de todos los activos locales.

Para S&P, el perfil del deudor común de un crédito al consumo estructurado se mantiene en un l rango de ingresos “bajo a mediano” y que destina los fondos para refinanciar otro crédito anterior o para comprar de bienes de consumo básico, como los alimentos. Por este motivo, la calificadora alertó que la pérdida del crédito disponible podría afectar significativamente el ingreso de las familias.

Un reciente estudio de la consultora D’Alessio IROL presentado en un seminario económico organizado por el IAEF reveló que los deudores argentinos que pagan cuotas de tarjetas de crédito desean pagar en el primer vencimiento, pero cuatro de cada 10 ya no pueden hacerlo. Hoy, un 77% dijo que no paga en fecha cuando un año atrás eran el 68%. El atraso en las tarjetas es el inicio de un espiral del endeudamiento y reducen hasta un tercio de los ingresos de los hogares.

A pesar de los incumplimientos, S&P aseguró que una intensificación de las diversas prácticas para cobrar los servicios de la deuda reflejan cifras de morosidad más bajas que las de otros países de la región.

En América Latina, Brasil encabeza la tendencia de emisión de estos activos en la región. Standard & Poor’s estimó que la expectativa total para 2019 se ubica entre u$s 11.000 millones y u$s 13.000 millones. “Esperamos estabilidad en las calificaciones en las carteras de financiamiento estructurado de América Latina. La tendencia de los activos en la región se mantiene sin cambios, y seguimos esperando la llegada de nuevos emisores y nuevas clases de activos en 2019”, afirmaron.

 

Publicado por Ámbito Financiero el 24/06/19.

Nada que festejar

Excepto por la estabilidad, algo ficticia, de la cotización del dólar y la intrascendente baja del índice riesgo país, datos que los propios funcionarios del gobierno confiesan manejarlos electoralmente, nada de la economía real parece darle la razón a la esperanza de mejora que declaman los círculos del poder.

Como expresamos más de una vez, no hay un solo dato que permita darle credibilidad a esos discursos de la recuperación mágica que llegaría por fin en el infinito semestre. Más bien la foto de cada día se parece más a aquella columna que detallamos a mediados del año pasado “Números que duelen, palabras que ofenden”. Más bien las variables macroeconómicas en su totalidad han empeorado notablemente, tal es así que la desocupación volvió a los dos dígitos, el consumo y la producción industrial no dejan de caer, el déficit fiscal comienza a tornarse en inmanejable por el peso de la deuda y la lista de etcéteras es casi interminable, casi como la masa de intereses que paga el gobierno por fracasados instrumentos de supuesto control de la inflación como las Leliq.

La forzada estabilidad cambiaria ya no alcanza como dato macroeconómico positivo, porque el proceso inflacionario sigue su curso y todavía tiene resto de vida para complicar las expectativas. Los casi 20 puntos de diferencia entre el índice mayorista y el IPC son la clara muestra que la carrera aún no terminó.

La caída del consumo y la producción parece no encontrar piso por lo que el panorama solo se tiñe de negro. La consultora D’Alessio Irol Berenstein (a quien nadie puede acusar de tener antipatía con el Gobierno) presentó esta semana dos trabajos uno el Monitor de humor social y político y otro sobre el consumo.

Antes de detallar el desastre real de la situación económica que refleja el estudio de consumo, vale destacar el tratamiento que se dio al estudio sobre el humor político social. Varios de los de los medios hegemónicos destacaron la “mejora en las expectativas de los ciudadanos” sin embargo, olvidaron reflejar un dato fundamental que destaca el trabajo de la consultora: “las expectativas económicas vuelven a ser mayoritariamente favorables debido al crecimiento de la confianza en el electorado oficialista y a una mejor perspectiva de un segmento de los votantes opositores, presuntamente motivados por las elecciones”, es decir que la buena perspectiva vuelve porque una parte importante de los consultados confía en que habrá un cambio de gobierno para el año que viene.

El estudio que difundieron sobre el consumo es la foto perfecta del porqué de la destrucción del aparato productivo, industria y económico no encuentra piso; desde las costeletas a los viajes en taxi, de la leche a la compra de remedios y la conexión a Netflix, todo cayó en números estrepitosos en los últimos 12 meses.

Ocho de cada diez consumidores sustituyó las primeras marcas por segundas y terceras, el 70% de los encuestados redujo sus compras de carne vacuna y gaseosas, el 60 por ciento disminuyó la compra de productos de higiene personal y el 80 % de los consultados abandonó directamente la compra de indumentaria.

A pesar de que el INV dice que los despachos de vino aumentan en pequeñísima escala, el trabajo de D’Alessio Irol y Berenstein afirma que el 54 % de los consultados abandonó el consumo de vino y un 66 % la cerveza. También con disminuciones por arriba del 50 por ciento en el consumo de los encuestados, los postres en base de lácteos y los fiambres que se sabe escalaron a precios solo para entendidos.

En el rango del 30 al 50 por ciento de consumidores que disminuyeron o abandonaron el consumo aparecen el pescado, la manteca, el yogur, los quesos, aceite, galletas, pan y leche. En una foto perfecta de la crisis de consumo y alimentaria, el 40 por ciento de los consultados asegura haber aumentado el consumo de arroz y fideos.

La crisis de consumo empieza a perder pertenencia a un sector social o económico para comenzar a cruzar a todos los estamentos de la sociedad sin distinción.

Casi el 80 % de los encuestados redujo o abandonó los gastos de comer afuera y delivery, el 70 % cortó los viajes en taxi, el 62 % limitó el uso del auto particular y hasta la telefonía celular sufre la crisis, casi 6 de cada 10 consultados redujo sus consumos en el rubro.

La crisis también afecta a los nuevos consumos, el 34 % bajó o anuló internet y un 33% de los encuestados dio de baja el servicio de Netflix.

Los datos son contundentes y es difícil encontrar dónde están las posibilidades de recuperación de una economía que además seguirá sufriendo un estrangulamiento sin par por parte de un equipo económico que solo sabe de ajuste y no de crecimiento para enfrentar los problemas.

Para darse cuenta de la magnitud del ajuste que deberá aplicar el Gobierno si sigue encerrado en sus políticas hay que desmentir, una vez más, al Ministro de Hacienda, Nicolas Dujovne. El ex panelista de tv festejó esta semana en su cuenta de twitter un superávit de 26 mil millones de pesos. Falso como moneda de chocolate. Ya que la realidad marca que el pago de intereses de la deuda en mayo se triplicó respecto a un año atrás llegando a 64.600 millones de pesos, por lo que mayo cerró con un déficit de 38.600 millones de pesos y los primeros cinco meses del año acumulan 219.000 millones de pesos, creciendo un 35% interanual y llegando ya a un punto del PBI.

Como se ve, más allá de publicaciones en las redes sociales, con títulos obsecuentes y declaraciones rimbombantes, nada hay para festejar.

 

Publicado por Sitio Andino el 23/06/19.

De alimentos a Netflix, todo cae en el recorte

Una encuesta de D’Alessio IROL revela que el 70 por ciento de los consumidores redujo sus compras de alimentos, pero también hay recortes en gastos de Internet y Netflix.

El 70 por ciento de los consumidores redujo sus compras de carne vacuna y de gaseosas en los últimos meses y el 80 por ciento sustituyó primeras marcas por otras opciones más baratas en el mercado de consumo masivo. También 8 de cada 10 personas bajaron o abandonaron sus compras de indumentaria y 6 de cada 10 achicaron el consumo de artículos de higiene personal. El 40 por ciento redujo sus compras de remedios: “los medicamentos no fueron abandonados, pero sí están en disminución, en especial en el nivel socioeconómico medio bajo”, indica la última edición del Monitor de Humor Político y Social que realiza mensualmente en forma online la consultora D’Alessio IROL y Berensztein en base a 700 encuestados. Los datos muestran que el deterioro del poder adquisitivo que se viene acumulando en los últimos años tiene impacto en prácticamente todo tipo de consumos, desde la comida hasta Netflix. Y del otro lado está el empleo, afectado porque no hay ventas, en un círculo que se autoalimenta.
Según un reciente informe de la UMET, el poder adquisitivo del salario acumula desde el comienzo del gobierno de Mauricio Macri una baja del 17 por ciento en promedio, con caídas mensuales ininterrumpidas desde diciembre de 2017. Ese deterioro se explica porque los salarios corren muy por detrás a la inflación pero también por el aumento del desempleo, caída de horas extra, suspensiones y la incertidumbre que hace del consumidor más previsor.

El alimento más afectado por la baja de consumo es la carne vacuna, ya que el 72 por ciento de los encuestados dijo haber restringido o abandonado esas compras, junto con gaseosas. Le siguen cerveza (-66,0), vino (-54,0), postres lácteos (-54,0) y fiambres (-51 por ciento). Entre el 40 y el 50 por ciento de los encuestados achicó o abandonó sus compras de pescado, manteca, azúcar, agua mineral, quesos y yogur, mientras que en la franja de entre el 40 y el 30 por ciento de los encuestados aparece la caída o eliminación del consumo de aceite, galletitas, leche y pan. Los únicos dos productos que mejoraron su desempeño es arroz y fideos, ya que cuatro de cada diez encuestados dice haber aumentado esos consumos.

Por fuera de alimentos y bebidas, en el tope del ranking de las restricciones según D’Alessio IROL y Berensztein está ir a comer fuera de casa, ya que el 81 por ciento de los consumidores redujo o abandonó ese gasto en lo que va del año. En el caso del delivery, el 77 por ciento achicó sus gastos. Por eso, el sector gastronomía viene siendo uno de los grandes perjudicados por la política económica del gobierno de Mauricio Macri. En el caso de las pizzerías (que no son el segmento más afectado ya que ofrecen un producto relativamente económico), el dato es que en el último año cerró el 7 por ciento de los locales (400 establecimientos).

El segundo sector de la economía más afectado por la baja del consumo es indumentaria, ya que el 78 por ciento de los consumidores dicen haber bajado o anulado esas compras. Como contraparte, los textiles vienen penando hace tiempo, afectados también por las importaciones. Se estima una reducción de un 30 por ciento de la actividad textil a lo largo de los cuatro años de la administración Cambiemos y un fuerte deterioro laboral.

En cine, teatro y entretenimiento, hay una merma en el 76 por ciento de los encuestados, lo cual afecta a todo el abanico cultural, mientras que en viajes y vacaciones el 74 por ciento bajó su nivel de consumo. En el taxi, el porcentaje de encuestados que redujo su consumo o dejó de consumir pasó del 42 al 70 por ciento, también a causa del crecimiento de Uber.

Además, hay achicamiento de gastos en rubros más esenciales, como artículos de perfumería e higiene personal (el 66 por ciento dice haber bajado sus compras) y artículos de limpieza (63 por ciento). El 62 por ciento limitó el uso del auto propio a causa de la fuerte suba de la nafta y de los peajes, el 60 por ciento restringió el uso del gimnasio y el 5, de los cursos y otro tipo de proyectos de formación. En telefonía celular, el 55 por ciento bajó su consumo.

En la escala de los rubros más afectados por la crisis de consumo luego aparece la televisión por cable, en donde el 44 por ciento pidió cambios en los abonos, y actividades extracurriculares para los chicos (42 por ciento). Seguidamente aparecen los medicamentos, un rubro que lidera las subas inflacionarias por el alto contenido importado de las drogas, en donde el 41 por ciento de los encuestados dijo hacer achicado su consumo, un porcentaje muy alto si se tiene en cuenta que es un sector de primera necesidad. Menos afectadas que el rubro de medicamentos están las clases de apoyo escolar para los chicos (39 por ciento de los encuestados bajó o anuló el consumo), Internet (34,0) y Netflix (33,0).

El sector más pudiente del país ya se refugia en las segundas marcas de alimentos y bebidas

Un relevamiento expuso que los sectores de clase media alta producto de sus ingresos también vio afectados sus hábitos de consumo producto de la crisis y la inflación. En los últimos nueve meses, nueve de cada diez hogares argentinos cambió la compra de productos de primera línea por otras alternativas de menor precio.

El cuarto año de mandato de Mauricio Macri expone la gravedad de la crisis económica que atraviesa el país y el brutal aumento de los precios producto de la incesante inflación. Un relevamiento expuso que los sectores de clase media alta y clase alta cambiaron sus hábitos de consumo para saltar a las segundas marcas, en especial en el rubro de bebidas y alimentos.

“El 89% de la clase media alta es el que más optó por marcas de menor precio, mientras que tanto clase media y baja, fue del 83%. Se debe a que los niveles más bajos, abandonaron mucho antes las primeras marcas. Es la primera vez que la diferencia es de 6 puntos más que en las clases más bajas”, explicó Nora DAlessio, vicepresidente de DAlessio Irol al portal BAE Negocios.

La investigación realizada por la consultora D´Alessio Irol y Berensztein en toda la Argentina muestra que el 83% de los habitantes del país abandonaron las primeras marcas para refugiarse en segundas marcas y etiquetas propias. El estudio indica que “9 de cada 10 argentinos bajaron el consumo de alimentos y bebidas”.

En promedio, todas las clases sociales bajaron el consumo de trece productos entre alimentos y bebidas. Los argentinos empezaron a comer más arroz en los últimos nueve meses, el consumo creció un 43%, pero sin diferencias en cuanto a nivel socioeconómico.

El producto más reemplazado fueron las gaseosas, un 72% ya no las consume como sucedía antes y se puede observar en todos los niveles sociales. El 74% de las clases más bajas la dejaron, el 73% de la clase media alta modificó el consumo y los sectores medios bajos lo hicieron en un 71%

En cuanto a los alimentos el producto que menos se consume es la carne, el 72% del sector más pudiente del país ya no logra consumirla mientras que en el segmento de bebidas alcohólicas el consumo de cerveza cayó un 66% y el de los vinos un 64.

La situación se extiende a otras categorías como las de artículos de limpieza donde el 66% de los consultados disminuyo la compra. Si el tema es perfumería e higiene personal, el 70% modificó su consumo y el 63% lo disminuyó. Sólo el 35% de los niveles más altos no modificó sus hábitos, el 32 de la clase media pudo mantener sus costumbres de higiene y perfumería sin cambiar nada, mientras que en la clase media baja, sólo un 22% pudo resistir.

Por último, casi el 50% de los argentinos modificó el uso de remedios. El 40% de los niveles más altos cambió el consumo, el 45% de la clase media y el 60% de la clase baja ya no puede comprar más remedios como lo hacía antes.

 

Publicado por Política Argentina el 19/06/19.

Preocupante: 37% de los argentinos paga sólo el mínimo de la tarjeta de crédito

Un 77% de la clase media está endeudada. Un 58% tiene deudas con la tarjeta de crédito. Un 37% de los argentinos paga sólo el mínimo

La crítica situación económica del país logró que un 49% se encuentre bastante frustrado porque no puede concretar proyectos que requieran de dinero. Un 77% de la clase media está endeudada. Un 58% tiene deudas con la tarjeta de crédito. El dato más alarmante es que un 37% de los argentinos paga sólo el mínimo y agrega que es “para quedarse tranquilos”.

Nora DAlessio, vicepresidenta de DAlessio Irol, quien realizó el estudio señala que “no pagar el total de la deuda de la tarjeta es la puerta para el espiral del endeudamiento”. Los encuestados confiesan que toman préstamos, o sea se endeudan más, para poder cancelar la tarjeta.

Un 12% está endeudado en tarjeta no bancarias, un 31% en préstamos bancarios, un 8% le debe a una concesionaria de autos o terminal, un 7% a cadenas de comercio, un 6% a otras entidades financieras y un 6% tiene deudas con el supermercado. “Las cuotas de la tarjeta de crédito son el principal “rubro” de sus deudas.

Sólo 4 de cada 10 argentinos que están endeudados pagando cuotas, destinan menos del 20% a esas deudas. Un 38% destina el 40% de sus ingresos familiares a pagar deudas. La mitad espera poder saldar sus deudas antes de fin de año, pero la otra mitad asegura que necesita por lo menos tres años más para cumplir el sueño de no tener deudas.

El año pasado, el 47% estaba conforme con los préstamos que había pedido, hoy la misma valoración bajó a la mitad; apenas el 24% no reniega. Los tres aspectos principales que tienen en cuenta a la hora de tomar un crédito para un auto o vivienda es el nivel de inflación (42%), el monto final con intereses (35%) y poder pagar la cuota (32%).

 

Publicado por iProfessional el 19/06/19.

Nueve de cada diez hogares de clase media alta abandonaron las primeras marcas de alimentos

Los cambios en el consumo hasta ahora impactaban más fuertemente en las clases baja y media, y los niveles socioeconómicos más altos parecían estar ajenos. Sin embargo, en los últimos nueve meses todo cambió. Un estudio demuestra que nueve de cada diez hogares de clase media alta abandonó primeras marcas en el rubro de alimentos y bebidas.

La investigación fue realizada por DAlessio Irol y Berensztein en todo el país. De ahí surge que “el 89% de la clase media alta es el que más optó por marcas de menor precio, mientras que tanto clase media y baja, fue del 83%. Se debe a que los niveles más bajos, abandonaron mucho antes las primeras marcas. Es la primera vez que la diferencia es de 6 puntos más que en las clases más bajas”, explicó Nora DAlessio, vicepresidente de DAlessio Irol a BAE Negocios.

El 83% de los argentinos abandonó las primeras marcas y se refugió en las segundas y etiquetas propias. DAlessio explicó “el cambio más significativo en el consumo es el reemplazo de primeras marcas por otras”.

El estudio indica que “9 de cada 10 argentinos bajaron el consumo de alimentos y bebidas”. El nivel medio alto bajó un 89%, el medio medio un 90% y el medio bajo, disminuyó en un 89% los consumos en esos rubros.

El 40% de la población con mayores ingresos modificó el consumo de medicamentos

En promedio, todas las clases sociales bajaron el consumo de trece productos entre alimentos y bebidas. Los argentinos empezaron a comer más arroz en los últimos nueve meses, el consumo creció un 43%, pero sin diferencias en cuanto a nivel socioeconómico.

La categoría gaseosa es la que más reemplazaron; un 72% ya no consume esta bebida como antes. El cambio de hábito se dio en todos los niveles sociales, más fuerte con un 74% en las clases más bajas, seguida en un 73% por la clase media alta que modificó el consumo de las bebidas con burbujas. La clase media resiste al cambio, pero un 71% ya las reemplazó.

Las categorías de alimentos que más cayeron están encabezadas por la carne: un 72% dejó de consumirla. En el segmento de bebidas alcohólicas, el consumo de cerveza disminuyó un 66% y el de vino un 64%.

En las categorías de artículos de limpieza, el 66% de los encuestados disminuyó la compra. La clase media alta modificó un 67%, la clase media cambió un 65% y la media baja bajó su compra en un 74% en esos rubros. Las mujeres modificaron más su compra que los hombres.

Si el tema es perfumería e higiene personal, el 70% modificó su consumo y el 63% lo disminuyó. Sólo el 35% de los niveles más altos no modificó sus hábitos, el 32 de la clase media pudo mantener sus costumbres de higiene y perfumería sin cambiar nada, mientras que en la clase media baja, sólo un 22% pudo resistir.

El 47% de los argentinos modificó el uso de los remedios. El 40% de los niveles socioeconómicos más altos cambió el consumo, el 45% en la clase media y el 60% de la clase media baja no compra medicamentos como antes.

Los que tienen mayor poder adquisitivo son los que más dejaron de comprar indumentaria

Los que más dejaron de tomar medicamentos son las personas de clase media baja, un 51% los abandonó. En la clase media un 39% ya no los puede comprar, mientras que en la clase alta, ya un 40% disminuyó la compra de remedios. “No estamos diciendo que reemplazaron las primeras marcas de medicamentos por genéricos, estamos diciendo que dejaron de tomarlos. Es muy preocupante”, remarcó Nora DAlessio.

Si de andar en taxi se trata, todas las clases sociales dejaron de tomarlo. Un 69% la alta, un 70% tanto la media como la baja. Respecto de la compra de indumentaria, la que más se ajustó el cinturón es la alta ya que un 84% dejaron de comprar prendas, seguidas por un 77% tanto en la clase media como baja.

 

Publicado por BAE el 19/06/19.

¿Qué pasó en estos últimos 9 meses con el consumo?

Se continúa evidenciando retracción en el consumo en los primeros cinco meses de 2019 con respecto al año pasado.

La siguiente información pertenece a la medición de mayo del Monitor de Humor Político y Social que realiza mensualmente en forma online D’Alessio IROL y Berensztein a 700 encuestados.

PRINCIPALES CONCLUSIONES

  • Si bien se observa una tendencia a la baja generalizada en el consumo, la única excepción sería Internet, manteniendo un promedio similar al de 2018.
  • Los votantes kirchneristas serían los que más manifiestan haber restringido sus consumos.
  • La reducción del consumo evidencia su peso en ciertos rubros o productos por nivel socioeconómico, como Netflix (25% en el medio alto, 32% en medio y 40% en medio bajo) e Internet (28% en el medio alto, 32% en medio y 45% en medio bajo), sin mostrar diferencias en otros, como taxis e indumentaria.
  • Los medicamentos no fueron abandonados, pero sí están en disminución, en especial en el nivel socioeconómico medio bajo.
  • La misma proporción de argentinos disminuyó e incrementó algún producto de alimentos y bebidas. La diferencia: disminuyeron 12 y aumentaron solo 5.
  • La sustitución de primeras marcas ya se convirtió en un hábito de los argentinos.

Informe completo: Qué pasó en estos últimos 9 meses con el consumo

Este trabajo se realizó con Resultados24© | Respuestas en 24 hs. Velocidad con el respaldo de la experiencia de más de 30 años en investigación de mercado de D´Alessio IROL.

La desaceleración de los precios le puso un techo al pesimismo social

Con la estabilización del dólar y la baja en el ritmo de la inflación experimentada en noviembre, el monitor elaborado por D´AlessioIrol/Berensztein registró un freno en la caída de imagen del Gobierno y una leve mejora en la expectativa sobre el futuro económico, fundamentalmente entre el electorado de Cambiemos.

EL PESIMISMO SOCIAL PARECE HABER TOCADO UN TECHO La desaceleración de la inflación frena la caída de imagen del Gobierno Moderada la suba de precios y con el dólar más calmo, mejoran levemente las expectativas en el electorado de Cambiemos. El futuro electoral aún es incierto

La mayor estabilidad cambiaria y la desaceleración de la inflación en noviembre generó una leve mejora de las expectativas sobre la evolución delos precios que quedó reflejada no solo en el relevamiento que el Banco Central realiza entre las principales consultoras económicas (ver suplemento F&M), sino también en el freno de la caída de imagen de la administración macrista, como lo mostró la última medición del Monitor del Humor Social, que D´Alessio Irol/Berensztein realiza en forma exclusiva para El Cronista.

El estudio exhibe un freno en la tendencia ascendente de la percepción negativa sobre la situación actual de la economía, que tras alcanzar un pico de 92%, retrocedió a un 89% de las respuestas brindadas por los 1439 adultos encuestados en todo el país. En ese escenario, la inflación sigue siendo un desvelo que abarca a nueve de cada diez entrevistados. De allí que la baja en el ritmo inflacionario también haya generado una leve recuperación de la confianza sobre el futuro, fundamentalmente entre quienes eligieron tres años atrás a Mauricio Macri. Hoy, la posición mayoritariamente negativa sobre el estado en que se encontrará la economía doméstica dentro de un año retrocedió cinco puntos. Mientras que a la hora de evaluar la gestión del Gobierno, el avance de las críticas del propio oficialismo cedió por primera vez en más de un año, aunque exhibe una paridad entre quienes la califican como mala y los que consideran que es buena (ver gráfico).

`En esta medición hay indicios de que la caída en imagen del Gobierno puede haber encontrado un piso. Deberemos esperar a las próximas para comprobar o no esta hipótesis pero es probable que la estabilidad cambiaria haya generado un efecto de relativa calma luego de las turbulencias experimentadas a lo largo del año, y sobre todo en los últimos meses`, señala el politólogo Sergio Berensztein.

En esa línea, el analista Eduardo D´Alessio remarcó que `los principales indicadores de imagen y gestión del Gobierno muestran un comienzo derecuperación` y proyectó que `el resultado del G-20 puede producir un punto de inflexión`.

`Macri se ha mostrado cómodo entre los líderes mundiales, mostrando una Argentina que mantiene intacta sus poco ejercidas capacidades organizativas y de control de la calle`, resaltó.

Por lo pronto, la imagen de los principales dirigentes del oficialismo no mejoró en la encuesta efectuada previamente a la cumbre, más allá de que la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, la diputada Elisa Carrió y el jefe de Estado se mantienen como los mejor evaluados entre los dirigentes políticos que se encuentran en funciones y son los más aceptados por los votantes de Cambiemos, dos rankings en los que, en tiempos de complicaciones económicas, gana adhesiones Martín Lousteau.

Entre los opositores, las preferencias se inclinan hacia los senadores Cristina Kirchner y Fernando Pino Solanas. Sin embargo, poseen una mejor evaluación quienes se mantienen alejados de la arena política, como el ex ministro Roberto Lavagna (51% de imagen positiva) y el neurólogo Facundo Manes (38%).

Al respecto, Berensztein observó que `es notable que las distintas expresiones de la oposición hayan sido incapaces, al menos hasta ahora, decapitalizar el desgaste experimentado por el oficialismo. Esto no se ha modificado y surgen interrogantes respecto del futuro inmediato, sobre todo de cara al proceso electoral`.

La evolución de la economía en los próximos meses será clave para proyectar lo que pueda ocurrir en las urnas.

Publicado por El Cronista el 05/12/18