Las pymes venden más, pero ganan menos

Según un informe de IDEA, el 45% de las empresas vive esa realidad.

Encuesta

Las pymes no creen que el cambio de gobierno modifique demasiado su situación actual. Si bien las expectativas de sus directivos para el primer tramo de 2016 son mejores que las de años anteriores, el fin de ciclo no les genera gran optimismo porque una mejora de la economía impulse sus negocios ni la creación de puestos de trabajo. La encuesta que D’Alessio Irol hizo entre directivos de esas compañías para Idea Pyme tiene otra conclusión de peso: el 45% de las empresas tuvo un aumento de las ventas entre enero y julio, pero su rentabilidad fue en baja. “En un horizonte a un año, no se espera un cambio explosivo ni sobresaltos”, dice el informe que presentó ayer Eduardo D’Alessio, presidente de la consultora, en un evento organizado por la entidad.
“¿Les suena conocido?”, preguntó D’Alessio a los ejecutivos que lo escuchaban sobre la situación de ventas en alza y ganancias en caída. No fueron pocos los que asintieron.
De allí que no se espera que se generen nuevos empleos. Aunque tampoco un recorte. “Las pymes tienen mejor capacidad de previsión de los costos laborales. Esperaban cerrar paritarias con subas de 27,3%, y un 82% cerró en 27,9”, dijo el responsable del relevamiento.
El analista destacó el “divorcio” entre las perspectivas y lo que finalmente sucede. Señaló lo ocurrido en 2015, que mostró un mejor desempeño respecto de la baja prevista. “La realidad (en el primer semestre) no convalidó el pesimismo de 2014”, se leyó en la pantalla. El año anterior había ocurrido a la inversa.
Claudio Zuchovicki, gerente de desarrollo de la Bolsa de Comercio, que acompañó a D’Alessio en la exposición, consideró que el empresariado está en una posición de espera hasta que llegue el próximo gobierno y disipe las dudas. Una mayoría respondió en la encuesta que frente al cambio de gobierno prefiere “mantener el statu quo” y, en menor medida, “hacer ajustes preventivos”.
Zuchovicki citó uno de los inconvenientes. ¿De dónde saldrá el dinero para pagar el déficit fiscal?, se preguntó. Aliviar la creciente presión impositiva fue uno de los principales desafíos planteados. “La queja es más por la distorsión que por la presión, porque están pagando impuestos por ganancias ficticias”, matizó D’Alessio.
En el frente externo, “la mayoría percibe un cambio negativo”, sobre todo por Brasil, dijo el consultor.